Memphis y el VAR devuelven al Atlético a semifinales de Copa

El Sevilla cumplía precisamente este jueves 134 años, aunque el aniversario quedó teñido de luto en las horas previas al partido por la muerte de dos de sus aficionados que sufrieron un accidente de tráfico cuando viajaban a la capital española para presenciar el encuentro en el Metropolitano. Dicha tragedia ofrecía un contexto muy complicado de manejar a la hora de que la escuadra hispalense se resarciese de la goleada que encajó el pasado domingo en el recinto del Girona y le diese una alegría a su hinchada en medio de una campaña tormentosa. Pese a todo, luchó con bravura y por ello es digno de elogio.

Como casi siempre, la movilidad entre líneas de Griezmann fue el principal argumento ofensivo del Atlético después de un inicio bastante parejo, aunque al Principito le jugó una mala pasada el pie de apoyo en la ejecución de un inocente penalti cometido por Marcao sobre Molina y terminó mandando el balón a las nubes tras resbalarse. Arropó el Metropolitano a su estrella, que se rehízo enseguida para echarse de nuevo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros mientras el Sevilla exhalaba un suspiro de alivio y trataba de reforzar la vigilancia.

Asume Quique Sánchez Flores que sin un forro más grueso será muy difícil que el Sevilla levante cabeza. El problema es que sus zagueros de mayor jerarquía han conocido tiempos mejores y carecen ya de la velocidad necesaria para corregir cuando se producen desajustes. De ahí que su equipo caminase sobre el alambre en un par de acometidas del Atlético en las que a los rojiblancos tan solo les faltó un poco más de precisión en el último pase para desencadenar un mano a mano con Nyland, de vuelta al once tras permanecer dos meses en el dique seco que han dejado muy cuestionado a Dmitrovic. Más ruido que nueces, en cualquier caso, al descanso de un enfrentamiento que soltó amarras en la segunda parte.

Estuvo cerca de deshacer el nudo Griezmann con un espectacular remate de chilena tras un centro de De Paul que se marchó ligeramente alto cuando la vaselina del francés ya había dejado sin capacidad de respuesta a Nyland. Y poco después lo intentó Lino con un latigazo esquinado que repelió el sobrio cancerbero noruego.

Simeone sacó de la reserva a Llorente y Barrios con el fin de reforzar el paso al frente que había dado su equipo y asediar a un Sevilla que comenzaba a padecer sofocos. Tiró asimismo el Cholo de Correa y de Memphis a costa de mandar al banquillo a Griezmann y Morata. Una decisión comprensible tan solo atendiendo al tremendo desgaste que acumula la pareja de delanteros más en forma del Viejo Continente, pero que acabó resultando determinante.

Buscó también piernas frescas Quique con la entrada de Juanlu y de Lamela en detrimento de Navas, extenuado, y de Isaac Romero, desabastecido. Los relevos mejoraron al Sevilla, que tomó aire y consiguió enhebrar un par de ataques prometedores a partir del buen toque de Rakitic. Pero fue el Atlético el que sacó tajada de las decisiones de Simeone con una extraordinaria acción de Correa, reivindicativa ahora que parece tener un pie fuera, y que culminó Memphis para citar a los suyos con Real Sociedad, Mallorca y Athletic en el sorteo de este viernes, pese a un susto final que echa más leña al fuego. No en vano, cuatro días después de que el madridismo se reconciliase con Hernández Hernández, el Atlético también brindó por la salud del canario y de Gil Manzano. Así de irónico resulta a veces el fútbol.