Al Barça le sale cara en los penaltis

«Ganar un título nos daría mucha moral, confianza y tranquilidad para seguir trabajando. Llevamos un tiempo sin títulos y ya nos tocaría. Si no los logramos, me vais a matar», afirmó Xavi este miércoles en la rueda de prensa previa al partido de su equipo frente al Betis. El preparador catalán sabe de la necesidad que tienen los suyos de lograr títulos para comenzar con buen pie el proyecto iniciado este verano y es consciente de lo que supondría lograr un triunfo de peso en mitad de la temporada, un gran impulso antes del tramo decisivo del curso.

La ocasión es pintiparada para el Barça. Los de Xavi llegan a la cita con la moral por las nubes después del triunfo capital que lograron en el Metropolitano. El 0-1, gracias a un solitario tanto de Dembélé, enterró las dudas surgidas tras los compromisos ante el Espanyol y el Intercity y sirvió también para abrir brecha en el liderato de la clasificación gracias al pinchazo del Real Madrid. Ante el Atlético, los culés recuperaron algunas de sus señas de identidad como la presión asfixiante en campo contrario o la velocidad en el repliegue gracias, en parte, al regreso de Ronald Araujo, un futbolista que se antoja capital para los azulgrana en este tramo de la temporada.

Para lograr el billete a la final que se disputará el domingo, Xavi podrá contar con todos sus futbolistas por primera vez desde que comenzara el curso. Lewandowski y Jordi Alba regresan a la convocatoria al no estar sancionados en la Supercopa de España y podrían ser la gran novedad en un once en el que Xavi apostará de nuevo por la fórmula que tanto éxito le dio en el Metropolitano. «Visualizo un partido en el que tendrá mucho que ver la posesión, intentaremos dominar con el balón», reconoció con unas palabras que dejan entrever que de nuevo el rombo compuesto por Busquets, Gavi, De Jong y Pedri podría volver a escena en detrimento de uno de los extremos.

No será un partido sencillo para el Barcelona. Enfrente estará un rival que logra como pocos asentarse en los partidos gracias al balón. Manuel Pellegrini ha construido un equipo que sabe a lo que juega, que disputa igual cada partido independientemente del escenario y que compite como hace años que no se veía en el Villamarín. El Betis conquistó la Copa del Rey el pasado año y lo hizo ganando eliminatorias como la que este jueves disputa ante los culés. «No venimos de acompañamiento, vamos a salir a ganar desde el primer minuto», advirtió el técnico chileno en la rueda de prensa previa.

El Betis llega a la cita además en un buen momento. Los verdiblancos recuperaron la plaza de Liga de Campeones el pasado fin de semana tras imponerse por 1-2 al Rayo Vallecano, un triunfo que puso fin a la racha de tres partidos sin ganar y que les permitió coger moral de cara a la Supercopa. Pellegrini podrá contar con todos sus futbolistas a excepción de los lesionados Víctor Camarasa, Juan Cruz y Sabaly, además de la baja de Alex Moreno, ya futbolista del Aston Villa de Unai Emery después de que el conjunto inglés haya desembolsado una cifra cercana a los 15 millones de euros.

El Barcelona estará en la final de la Supercopa, pero lo hará después de sufrir de lo lindo ante el Betis. El conjunto de Xavi se impuso en los penaltis en un partido en el que se adelantó dos veces con goles de Lewandowski y Ansu Fati pero en el que los verdiblancos lograron levantarse en ambas ocasiones. Ter Stegen apareció en la tanda con dos intervenciones que hacer soñar a Xavi con ganar su primer título como azulgrana ante el Real Madrid.

«Sufren sin la pelota», avisó Xavi en la previa, y así fue. El Betis se encontró nada más salir del vestuario con un Barça enchufado, que fue capaz de avasallar a los verdiblancos en campo contrario y al que era prácticamente imposible arrebatarle el balón. Xavi puso en liza su clásico 4-3-3 con Sergi Roberto y Jordi Alba incorporándose a la medular en fase ofensiva y con De Jong como ancla junto a Pedri y Gavi. La fórmula sirvió para hacerse con la ansiada posesión, estropearle el plan de inicio a Pellegrini, que esperaba ser protagonista, y alimentar a Raphinha, Dembélé y Lewandowski, trío de lujo en la antesala de una hipotética final.

El plan del Barça funcionó, pero solo lo hizo en ataque. Los de Xavi supieron alternar el juego en corto con balones más directos a la espalda de los centrales, gol anulado incluido a Pedri tras un centro de Raphinha, pero en defensa fueron incapaces de contener a un Betis que fue creciendo a medida que transcurrieron los minutos. Hasta cuatro ocasiones clamorosas coleccionaron los de Pellegrini en la primera mitad por medio de Fekir, Pezzella y Luiz Henrique, pero en todas ellas se toparon con un Ter Stegen soberbio. El meta alemán sostuvo a los suyos hasta que apareció Lewandowski, muy impreciso hasta el gol, para cazar un envío de Dembélé y, en segunda instancia, estrenar el marcador antes del paso por vestuarios.

Tras la reanudación, el Betis apostó por ganar músculo en la medular. Pellegrini dio entrada a William Carvalho por Sergio Canales y los verdiblancos lo agradecieron en unos primeros minutos en los que ganaron en control del juego y en los que no rehuyeron el ida y vuelta que ofrecían perfiles como el de Fekir y Luiz Henrique. Entre los dos comenzaron a amenazar a los culés en las transiciones e hicieron temblar los cimientos del Barça, que tenía sensaciones contradictorias. Lewandowski seguía sin estar fino pese al gol, Raphinha no era una solución constante y las buenas vibraciones iniciales habían virado en incertidumbre por lo ajustado del marcador.

Xavi torcía el gesto, no quería pasar por los apuros de la primera mitad, y decidió tomar cartas en el asunto agitando el avispero. Dio entrada a Busquets y Ferran Torres pero no logró frenar la hemorragia creada por Fekir, el mejor del duelo, y Luiz Henrique. Ambos habían cambiado el choque y se aliaron para empatar el partido en una jugada que finalizó el galo con un latigazo inapelable para Ter Stegen. El Barça estaba contra las cuerdas, pero aún le quedaba tiempo para un arreón final antes de la prórroga. Lewandowski marcó, pero fue anulado por fuera de juego previo de Ferran Torres, mientras que Ansu ensayó para ser el héroe pero se topó con Bravo sobre la bocina.

Ya en la prórroga, el partido entró en combustión. En apenas un instante Ansu Fati se sacó de la chistera un gol de la nada. El '10' culé vio una oportunidad en un balón despejado por la zaga bética y conectó un zurdazo imposible ante el que nada pudo hacer Bravo, un gol de bella factura que permitió a los suyos recobrar el aire, pero solo durante un momento. El Betis se volvió a levantar de la mano de Luiz Henrique, indetectable durante todo el choque. El brasileño le ganó la partida a Jordi Alba y su centro lo remachó de tacón Loren para establecer el definitivo 2-2 antes de la tanda de penaltis. En ella anotaron Lewandowski, Kessié, Ansu Fati y Pedri, y se erigió como héroe Ter Stegen al parar dos lanzamientos.