Francia se cita con España tras una remontada de locura

El parisino está llamado a ser, junto al noruego Erling Haaland, el gran referente del fútbol internacional esta década; el belga, por su parte, sobrelleva un presente decadente y no termina de ver la luz al final del túnel en el que se metió tras su llegada a la capital española, aunque las lesiones parecen haberle dado, por fin, algo de tregua. Mientras el Real Madrid sigue pugnando por juntarles la próxima temporada, ambos se cruzarán en el Juventus Stadium, escenario de la segunda semifinal de la Liga de Naciones.

Francia y Bélgica llegan a la cita con espíritu reivindicativo, tras experimentar amargas decepciones en la Eurocopa. Los 'bleus' se estrellaron en octavos ante Suiza, que les superó en una tanda de penaltis que tuvo como villano a Mbappé, autor del fallo decisivo desde los once metros que dio el pase al combinado helvético. Los 'diablos rojos' subieron un peldaño más pero Italia, a la postre campeona, contuvo su avance en cuartos de final. Eden Hazard ni siquiera pudo estar aquel día en el banquillo a causa de un pinchazo en la parte posterior del muslo derecho que apagó su esperanza de volver a brillar en un gran torneo.

Sí lo había hecho en el Mundial de Rusia, donde ganó el Balón de Plata, pero Francia impidió que su selección se llevase un botín mayor al apearla en semifinales para coronarse luego en el Luzhniki moscovita. «Prefiero perder con esta Bélgica que ganar con esta Francia», aseguró entonces el ahora '7' del Real Madrid, echando más sal en las múltiples heridas abiertas entre los vecinos.

Aquel fue el campeonato en el que la generación dorada de Bélgica estuvo más cerca de la gloria. Pese a que está repleta de estrellas, siempre le ha faltado un paso en el momento oportuno. Aunque no tenga la entidad de un Mundial o una Eurocopa, la Liga de Naciones podría ser su gran ocasión.

Para ello espera tener una buena versión de Eden Hazard, que ha comenzado el curso mostrando algunos brotes verdes, aunque sin la continuidad necesaria para que termine de exorcizar todos sus demonios. Así las cosas, su principal amenaza sigue siendo Romelu Lukaku. «En la Nations League debemos hacerlo realmente bien, para llegar a lo más alto en el próximo Mundial», expresó en una reciente entrevista con la UEFA el ariete del Chelsea.

Boicotear ese objetivo es el propósito de Francia, que llega en medio del terremoto que han generado las recientes declaraciones de Mbappé, en las que el delantero explica su versión de la guerra por sus servicios, y las de Florentino Pérez, en las que el mandatario blanco deja claro que irá con todo para reclutarle en enero. Inmerso en ese runrún, el futbolista del PSG alcanzará ante Bélgica el medio centenar de internacionalidades a sus 22 años. El récord con Francia lo posee Lilian Thuram, que sumó 142. Si las lesiones le respetan, está llamado a romper esa y otras muchas barreras.

El choque contra los 'diablos rojos' servirá además para que Mbappé siga profundizando en su conexión con Benzema y será una nueva prueba para Griezmann, bigoleador el pasado mes de septiembre frente a Finlandia en el último encuentro disputado por la selección francesa antes de esta 'final four' de la Liga de Naciones. El atacante del Atlético lució como enganche en un sistema 3-4-1-2 que todo apunta que volverá a repetir Deschamps en el Juventus Stadium.

A Francia le va el rock'n roll. Los 'bleus' tuvieron que verse contra las cuerdas para corregir el errático planteamiento que realizó de entrada su seleccionador en una segunda parte frenética que acabó de nuevo con Bélgica lamentando otra oportunidad perdida por su generación dorada. El golazo de Theo Hernández sobre la bocina tumbó a los 'diablos rojos' y acordó la cita de Francia con España en una final de la Liga de Naciones que se perfila apasionante.

El punzante lateral del Milan, que creció en el Atlético, maduró en el Alavés y fracasó en el Real Madrid antes de levantar el vuelo como 'rossonero', abrochó un triunfo que parecía una quimera cuando la campeona del mundo en Rusia se marchó cabizbaja a la caseta tras ver cómo Bélgica ponía tierra de por medio con dos goles en la recta final del primer periodo. Pero Deschamps corrigió sobre la marcha y sus pupilos tiraron de raza.

El camino lo señaló Benzema con una diana marca de la casa. Mbappé lo alumbró redimiéndose desde el punto de penalti de aquella pena máxima que marró frente a Suiza en la Eurocopa. Y Theo cruzó la meta con los brazos en alto después de un Tourmalet futbolístico cuando el choque parecía abonado al tiempo suplementario.

Había sido ya noticia Theo cuando se conocieron los onces, porque él y Lucas se convertían en la primera pareja de hermanos que vestían al mismo tiempo la elástica de la selección francesa desde que lo hicieran Hervé y Patrick Revelli en los años setenta del pasado siglo. El milanista venía de cumplir años el miércoles 24 años y Deschamps le concedió un buen regalo. Se lo pagó con creces.

Porque Bélgica parecía haber resuelto el duelo justo antes del descanso. Y parte de la responsabilidad hay que atribuírsela a Deschamps, que falló en el planteamiento, con una defensa de tres centrales que necesita ajustarse más y una delantera que no entraba en juego porque la propuesta consistía más en evitar errores que en ir a hacer daño a Bélgica. Se vio nada más comenzar el partido, con un centro de Lukaku desde la derecha y un remate de De Bruyne que obligó a Lloris a sacar una mano milagrosa. En el otro bando, Griezmann oficiaba de enganche, una posición que a priori le beneficia, pero Mbappé y Benzema estaban desasistidos porque Francia andaba más pendiente de cerrar espacios que de construir como demanda la clase de sus estrellas. Así las cosas, Courtois fue un mero espectador en la primera mitad.

Todo lo contrario que Lloris, que afrontaba una noche tormentosa, pese a que Deschamps le había abrigado con dos capas muy tupidas al cerrar con cinco defensas y plantar una segunda línea en la que Griezmann sumaba su habitual sacrificio en labores de intendencia al músculo de Pogba y la disciplina de Rabiot. Pero Carrasco hizo saltar la muralla sacándose un conejo de la chistera. El futbolista del Atlético, carrilero desde hace ya tiempo en esta Bélgica, recortó por la izquierda y sorprendió a Lloris a contrapié golpeando con la diestra.

El mazazo dejó sonada a Francia, que no tardó en volver a besar la lona. Filtró esta vez De Bruyne a Lukaku, que se giró ante Lucas Hernández y rebasó a Lloris con un latigazo casi sin ángulo que reventó la malla.

Avanzó líneas Francia en la segunda parte y por fin sacó partido a sus delanteros. Griezmann ya había avisado de que el paso por la caseta había traído aparejado un propósito de enmienda. Pero fue Benzema quien resucitó un litigio que parecía tener veredicto revolviéndose en una baldosa antes de superar a Courtois con un golpeo tan certero como acostumbra el '9' del Real Madrid.

El trigésimo segundo gol del lionés con su selección, y el quinto desde que se ganó el perdón de Deschamps, espoleó a los 'bleus', que olieron sangre y fueron directos a la yugular de Bélgica. Tielemans se lo puso en bandeja con un penalti en una acción sobre Griezmann que pidió tirar Mbappé. El prodigio de Bondy cumplía 50 partidos con su selección y ni pestañeó antes de añadir otra muesca en su revólver.

Bélgica volvía a ver fantasmas por todos lados. No es extraño. Esta generación dorada se ha quedado con la miel en los labios demasiadas veces y el físico ya le pasaba factura. Más que a nadie a

A Bélgica ya no le quedaba otra que encomendarse a Lukaku, una bestia que no entiende de cansancio. El ariete del Chelsea marcó, pero en fuera de juego. Vuelta a empezar de nuevo. Pogba estrelló un libre directo contra el travesaño. El pulso era una maravilla. Y todavía quedaba la guinda. La puso Theo, que se regaló un golazo para celebrar sus 24 años. Un aniversario glorioso antes de encarar a España. El no va más.