La Audiencia Nacional juzgará en febrero a Rubiales por el beso a Jenni Hermoso

Luis Rubiales no se sentará en el banquillo de los acusados por el beso a Jenni Hermoso hasta febrero de 2025, 17 meses después de aquellos hechos. El Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional ha señalado entre los días 3 y 19 de febrero del próximo año el juicio al expresidente de la Federación Española de Fútbol (FEF) por agresión sexual y coacciones.

Junto a Rubiales, en el banquillo de los acusados se sentarán el exseleccionador femenino Jorge Vilda, el exdirector deportivo de la selección Albert Luque y el que fuera responsable de Marketing, Rubén Rivera, todos ellos encausados por supuestamente haber coaccionado a la jugadora para que afirmara que el beso en la final del pasado Mundial femenino, celebrada en Sídney (Australia) el 20 de agosto, había sido consentido.

El juicio, tal y como consta en una diligencia de ordenación de la Letrada de la Administración de Justicia del Juzgado Central de lo Penal, se celebrará en la sede de San Fernando de Henares los días 3, 4, 5, 6, 10, 11, 12, 13, 17, 18 y 19 a partir la de las 10 horas.

Esta sede, situada en un polígono industrial a las afueras de la ciudad de Madrid, es la de mayor capacidad de este tribunal y tiene una sala con capacidad para hasta 400 personas, entre acusados, defensores y prensa.

El juzgado ha elegido esta ubicación -que ha sido escenario de grandes juicios como 'Gürtel', piezas del 'caso Villarejo' o la rama policial del 'procés' habida cuenta de la gran expectación mediática que ha suscitado esta causa y que no puede ser atendida en las instalaciones de la Audiencia Nacional de la calle Génova, de mucho menor aforo, en el centro de la capital.

El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge acordó el pasado 8 de mayo la apertura de juicio a Luis Rubiales por su beso no consentido. Ya en enero, este mismo magistrado había propuesto juzgarle al considerar que el entonces presidente de la FEF actuó «de forma unilateral y sorpresiva», además de destacar en su resolución que «las presiones a las que se sometió a la jugadora» provocaron en la futbolista «una situación de ansiedad e intenso estrés».

También propuso a principios de año sentar en el banquillo a Vilda, Luque y Rivera al entender que «existió una acción concertada de los tres acusados», pactada con Rubiales, para intimidar a Jenni Hermoso e intentar lograr que la jugadora grabara un vídeo en el que manifestase que el beso no fue forzado, sino que tuvo el consentimiento de la campeona del mundo.

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