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YASSINE KHIRI
Argel
Sábado, 20 de julio 2019, 18:37
Después de casi tres décadas de espera el delirio se desató en Argelia. El país norteafricano recibió como héroes a los 'Zorros del Desierto', que conquistaron la noche del viernes la segunda Copa de África de su historia al derrotar a Senegal la víspera (1- ... 0) en El Cairo. Los flamantes campeones, con las medallas al cuello, llegaron a primera hora de la tarde de este sábado al aeropuerto de Argel, donde les esperaba una delegación encabezada por el primer ministro, Noureddine Bedoui.
El capitán, Riyad Mahrez, fue el primero en descender del avión, portando consigo el trofeo junto al seleccionador, Djamel Belmadi. Sobre la pista, los bomberos ofrecieron un pasillo bajo un arco formado con chorros de agua a presión, según las imágenes difundidas en directo por la televisión nacional. Una multitud congregada a ambos lados de la carretera que une el aeropuerto de Argel con el centro de la capital explotó de alegría al paso del autobús escoltado por un número importante de motocicletas y vehículos de policía. Al grito de «¡One, two, three, viva l'Algérie!» (Uno, dos, tres, viva Argelia), los aficionados ovacionaron a sus héroes.
El autobús acudió a la plaza del 1 de mayo, donde miles de personas esperaron durante horas para festejar el título con los jugadores. «Estoy aquí desde las nueve de la mañana para ver a los jugadores y compartir mi alegría con otros aficionados. Ahora soñamos con la Copa de las Confederaciones», afirmaba Hocine, de 22 años, llegado de Biskra (400 kilómetros al sur de Argel). «No he pegado ojo en toda la noche a causa de las celebraciones, pero he querido estar presente aquí en la plaza del 1 de mayo para ver de cerca a Bagdad Bounedjah (autor del gol en la final) para darle las gracias por esta fabulosa victoria», confesó Madjid, de 28 años.
La epopeya inesperada de Argelia, eliminada en la primera fase en la Copa de África de 2017, se selló con la victoria ante Senegal en el Estadio Internacional de El Cairo ante cerca de 20.000 aficionados argelinos, entre ellos el presidente interino, Abdelkader Bensalah.
El combinado norteafricano añadió una segunda estrella a su camiseta al conquistar el título 29 años después del logrado en 1990. Aunque llegó sin hacer ruido a Egipto, el equipo de Riyad Mahrez fue creciendo hasta reinar en el continente. En pleno movimiento de protesta popular contra la élite política del país, este éxito toma una dimensión especial
«Toda Argelia estará en la calle, va a ser increíble. Lo viví en 2014 (tras los primeros octavos de final en un Mundial). Fue increíble. Pero ahora va a ser aún peor», vaticinó el exjugador del Valencia Sofiane Feghouli.
De Orán, la ciudad natal del goleador Baghdad Bounedjah, a París y Marsella, donde hay una importante emigración argelina, los aficionados celebraron el título en un ambiente festivo a pesar de algún incidente aislado. Símbolo de la transformación de los 'Zorros', Mahrez, autor de un libre directo antológico en la semifinal, parece haber dado un paso al frente tras heredar el brazalete de capitán: «Siempre tuve muchas responsabilidades en la selección. Pero lucir el brazalete me dio confianza».
Con jóvenes talentos como Ismael Bennacer, elegido mejor jugador del torneo con sólo 21 años, o Youcef Atal, el futuro de Argelia se presenta radiante.
Un total de 198 personas fueron detenidas la noche del viernes al sábado en diversas ciudades de Francia por su participación en altercados asociados a las celebraciones de la victoria de Argelia en la Copa de África. El Ministerio del Interior precisó que de esos 198 arrestados, 177 quedaron bajo custodia en comisaría.
La mayoría de las detenciones (102) se produjeron en París, donde miles de personas se concentraron en diversos puntos de la ciudad al término de la final, y en particular en los barrios de los Campos Elíseos y de Barbès, donde vive una importante comunidad de origen argelino.
Los primeros choques en los Campos Elíseos con los hinchas argelinos se produjeron, según 'Le Parisien', poco antes de la una de la madrugada. Las fuerzas del orden lanzaron gases lacrimógenos hacia la parte alta de la avenida.
En Barbès, desde última hora de la tarde del viernes algunas calles estuvieron literalmente ocupadas por una multitud que vio el partido en el exterior a través de las pantallas de bares. Alguna bandera argelina gigante seguía todavía colgadas este sábado por la mañana en ese barrio.
Los cláxones de coches cuyos ocupantes circulaban mostrando con orgullo la bandera argelina se prolongaron buena parte de la madrugada.
En París, la prefectura había desplegado 2.500 agentes para evitar que se reprodujeran los incidentes del pasado día 14, con ocasión de la calificación de Argelia para la final, cuando fueron detenidas 282 personas en toda Francia y hubo desbordamientos más graves, que se tradujeron entre otras cosas en comercios y establecimientos saqueados.
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