España prepara su gran salto en el Mundial femenino

Al técnico le llega su gran oportunidad después de los tres lustros que hace que fue contratado por la Real Federación Española de Fútbol, aunque ejerce como seleccionador desde 2018. Los últimos años la trayectoria del equipo ha ido en línea ascendente, y de verse inferiores a las nórdicas o estadounidenses, actualmente pueden afrontar el torneo con la confianza de verse entre las mejores.

España está deseosa de dar el gran salto con la mejor generación de futbolistas que ha tenido hasta la fecha, con el influjo todavía de un Barça que reinó este curso por segunda vez en la Champions League.

La desilusión de la Eurocopa de Inglaterra, la grave lesión de Alexia Putellas y la polémica con las 15 rebeldes, protagonizaron un año turbio en el que, paradójicamente, se ganó por primera vez a Estados Unidos, equipo que buscará su quinta corona en la cita después de haber ganado las últimas tres ediciones. Ahora las aguas vuelven a estar calmadas y la afición se permite tener tener licencia para soñar, y más con la presencia de la doble Balón de Oro, motivadísima pese a estar entre algodones estos días antes del debut, y Jenni Hermoso, máxima goleadora de la historia de la Roja, también recuperada para medirse en el debut mundialista a Costa Rica, que junto a Zambia y Japón completan el grupo de la primera fase. Será la primera vez que la selección parta con mejor ranking que sus rivales de la fase de grupos en un un gran torneo internacional.

El objetivo es pasar como primeras a unos octavos de final donde el cruce sería con el A de la anfitriona Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y Filipinas, y, además, en caso de hacer historia y alcanzar los cuartos, se eliminaría del camino a las estadounidenses a cambio, seguramente, de Suecia o Países Bajos.

Vilda cuenta con un equipo reconocible, de toque y posesión, que cuenta en la portería con Misa (Real Madrid), guardameta menos goleada de la Primera Femenina, y sale jugando desde atrás siempre que puede con el liderazgo de Irene Paredes (Barcelona), futbolista española con más internacionalidades de la historia, la manija de Teresa Abelleira (Real Madrid), el cénit del 'tiki taka' y una fija en el once, junto a Putellas y Bonmatí (Barcelona) como guías de un equipo en el que la exatleta Salma Paralluelo, la goleadora Hermoso (Pachuca) y Mariona Caldentey (Barcelona), una de las indultadas por el seleccionador, catapultan los ataques y definen la buena pinta de un grupo que se resintió después de que 15 jugadoras decidieran descartar ser convocables porque estaban disconformes con la federación y el trato recibido por el equipo.

El Mundial se convertirá en el evento deportivo femenino más seguido de la historia. Un mes antes del torneo, la FIFA comunicaba que se habían vendido más de un millón de entradas, superando al Mundial de Francia 2019. Adidas, Coca-Cola, Hyundai-Kia, Visa o Wanda son los socios comerciales de un evento del que dependerá la evolución del fútbol femenino. «Para las marcas, apoyar a una futbolista ha pasado de ser una moda o un acto de responsabilidad social a un negocio. Antes íbamos con un discurso basado en valores y ahora vamos con números. El crecimiento es global y no va a parar», indica Carlota Planas, primera mujer que dirige una agencia de representación de jugadoras.

Este año será el primero en el que el mundial enfrente a treinta y dos selecciones en lugar de a veinticuatro, como venía siendo habitual. Esto conlleva que entre algunos de los equipos existan grandes diferencias, quizás mayores que en otras ediciones, por el menor desarrollo del fútbol femenino en ciertos países, pero lo cierto es que no hace más que reafirmar lo que ya se sabe: el fútbol practicado por mujeres no para de crecer.

«El fútbol femenino se encuentra en un momento crucial de su evolución», explica Belén Zurita, docente de la escuela de negocios del sector deportivo Unisport Management School, y periodista especializada en deporte en Movistar, que apunta clave el hecho de aumentar la cobertura mediática del fútbol femenino para promover su visibilidad y construir una base sólida. Al mismo tiempo, trabajar para fomentar la creación de programas y contenido especializado que destaquen los logros, historias y talento de las jugadoras. «El nacimiento de los ídolos genera más interés por parte del público. Es de vital importancia tener un gran exponente para aumentar el interés y el propio espectáculo», indica.

El primer partido de este Mundial, que será retransmitido en 189 países, enfrentará este jueves a Nueva Zelanda y a Noruega, campeona en 1995, en Auckland, mismo día que Australia se mide a la República de Irlanda, debutante en un Mundial femenino, en Sídney. Según comunicó la FIFA, para este partido se ha colgado el cartel de «no hay billetes»: Se han vendido más de 80.000 localidades.