La centrocampista de la selección española, Jenni Hermoso (c), levanta el trofeo EFE
UEFA Women's Nations League

Montse Tomé y Jenni Hermoso, el otro triunfo de la Liga de Naciones

La seleccionadora se ha ganado el respeto tras su aterrizaje forzoso en un turbio mes de septiembre, mientras que la delantera madrileña sigue demostrando ser indispensable entre las campeonas del mundo

Isaac Asenjo

Madrid

Jueves, 29 de febrero 2024, 10:16

España domina con puño de hierro el fútbol femenino, donde actualmente es campeona mundial en las categorías inferiores así como en la absoluta, en la que el miércoles inscribió su nombre en el palmarés de la primera Liga de Naciones después de sellar con ... solvencia el billete para los primeros Juegos Olímpicos del balompié nacional jugado por mujeres. Un torneo ganado ante Francia, rival al que jamás se le había ganado, y del que salen dos grandes triunfadoras: Montse Tomé y Jenni Hermoso.

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Un mes después de lograr su primera estrella universal, y tras el caos del 'caso Rubiales', España disputaba su primer duelo ante Suecia en un envite donde se sacudía la tensión y en el que el mensaje fue casi más importante que el resultado. Aquel triunfo ante las nórdicas hizo de altavoz social en la batalla por la igualdad así como primera piedra para lograr alcanzar el pase a París 2024 y, lograr ante las 'bleus' de Hervé Renard disputar la finalísima de la Liga de Naciones.

Corría por aquel entonces un mes de septiembre turbio y lleno de polémicas extradeportivas en el equipo nacional, que viajó a Gotemburgo con semblante serio tras el aterrizaje forzoso de Montse Tomé al banquillo de La Roja y la exclusión de aquella primera convocatoria de Jenni Hermoso, a la que la seleccionadora dijo dejar fuera con el argumento de querer protegerla del ruido mediático, generado por aquel beso en los morros no consentido que le dio Luis Rubiales durante la celebración del Mundial. «¿Protegerme de qué o de quién?», respondió ella.

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Aquel gesto dejó en un segundo plano una de las gestas más importante en la historia del deporte femenino español, y provocó una revolución en la Federación Española de Fútbol con el impulso de un movimiento global contra el machismo. «Lo de septiembre nadie lo quiso. Fue un aprendizaje que nos hizo ser el equipo fuerte que somos ahora. Es pasado. Me centro en positivo, en lo bueno», dijo la preparadora ovetense tras levantar el trofeo de la Liga de Naciones. Un título en el que se vio como detalle importante que las jugadoras fueron a su encuentro, buscando el abrazo cómplice con la alegría del triunfo. La unión deseada.

Su debut no fue aplaudido por las mundialistas españolas, y le llegó tras la crisis en la concentración de Oliva y la firma posterior de un acuerdo por el que se formó una Comisión Mixta que supondría un antes y un después en la FEF. Le llovieron críticas por ser segunda de Jorge Vilda en el último lustro y fue señalada. Resolvió la papeleta con nota, puso paz en los momentos más duros, y devolvió la normalidad al vestuario. La asturiana se ha ganado el respeto con diálogo y mucho fútbol.

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El regeso de Jenni

La seleccionadora hizo sus retoques, con la vuelta de Jenni Hermoso incluida tras dos partidos de ausencia, y salió reforzada, con el reconocimiento de las propias jugadoras. «Me dolió y me sigue doliendo; y se va a quedar ahí, pero ya pasó. Sigo estando aquí, sigo defendiendo este escudo y a esta selección», explicó la delantera. Seis partidos de clasificación y solo un borrón, la derrota ante Italia en Pontevedra; luego la goleada a Países Bajos y la gloria ante Francia.

«Tenemos un grupo con mucho poso, en conjunto con las de juventud, hay una mezcla muy positiva, con mucha energía, ambición, de mentalidad ganadora, podemos sacarles el máximo potencial. Es mucho mérito de todas, y hay que hay disfrutar. Estamos en un momento de equilibrio bueno y con un clima que nos acompaña», reflexionó Tomé.

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La entrenadora se ha podido centrar en el fútbol y ha ido imprimiendo su sello en un equipo en el que la máxima goleadora histórica de la selección -53 goles- fue poniendo remedio para alejarse del foco mediático. Goles ante el ruido involuntario de la resaca mundialista para repetir que es una de las mejores del mundo, e indispensable en los planes de esta España acostumbrada a romper los techos que otras nunca pudieron alcanzar.

La atacante del Tigres mexicano forma parte junto a Irene Paredes y Alexia Putellas de aquella España 'cenicienta' de 2013 que ha vivido todas las fases del fútbol hasta tocar el cielo en Sídney. Anotó en su regreso en Salerno ante una Italia encerrada y a la que nunca se le había ganado en su feudo. Se alejó de los focos - o eso intentó pese a ser protagonista de programas y portadas - tras convertirse en referente social con el movimiento #SeAcabó. Quiso ser solo protagonista en el césped, y repitió con golazo en Sevilla, dando inicio al festival goleador de la semifinal ante Países Bajos.

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«Cuando está en el campo, Jenni Hermoso es sonrisa», elogió Tomé sobre la talentosa atacante que sigue brillando a sus 33 años. «Es muy importante seguir aquí, estoy feliz. España vuelve a hacer historia. Que todas las generaciones nos vean como un ejemplo a seguir. Me vuelvo a demostrar que cada día puedes ser más fuerte, que puedo con todo», apuntó la madrileña, incluida en una lista de las mujeres más influyentes del mundo en 2023, y a quien el fútbol le da la vida que necesita tras «seis meses muy largos». El Mundial la cambió. «Soy más fuerte. He aprendido muchísimas cosas que seguro que no me pasarán en el futuro. Me siento superorgullosa de todo. Seguiré haciendo lo que sienta y lo que piense».

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