El Atlético resucita a tiempo y conquista la Copa de la Reina

La 41ª edición de la Copa de la Reina medía a dos equipos con historias dispares. El Atlético, con el objetivo de repetir la gesta de 2016. El Madrid, con la ilusión de levantar el primer título de su corta historia en la élite del fútbol femenino.

El encuentro comenzó con la tensión de una final histórica para ambos conjuntos. La colchonera Estefanía Banini gozó de la primera gran ocasión de la contienda, pero Misa, como de costumbre, desbarató el peligroso disparo. El Madrid buscaba insistentemente la velocidad desbocada de Linda Caicedo, aunque la zaga colchonera supo controlar las acometidas de la colombiana.

En un partido cerrado, iba a ser el balón parado el que rompiera la igualdad inicial. Cabezazo inapelable de Toletti tras un saque de esquina para adelantar a las blancas en la final. Un testarazo angulado que hizo inútil la estirada de Lola Gallardo.

El Madrid ganó control tras el tanto de la centrocampista francesa y comenzó a dominar más en el juego, castigando a las rojiblancas en el sector izquierdo con Olga y Caicedo, especialmente dañinas.

El Atlético fio el peso de su ataque en las transiciones, con las que gozó de oportunidades claras. La tuvo Ajibade en sus botas tras trazar una diagonal perfecta, pero de nuevo Misa se impuso con una buena parada. Con la misma sensación con la que acabó la primera mitad comenzó la segunda. El Madrid, mejor plantado y dominando frente a un Atlético que seguía haciendo daño al espacio.

Caroline Weir, discreta durante la primera parte, comenzaba a carburar. Sorteó a tres rivales y solo Lola Gallardo evitó un segundo tanto de las blancas que acabaría llegando minutos después. La lluvia comenzó a arreciar con fuerza en Butarque y con ella la velocidad del juego aumentó. El Madrid se sintió más cómodo con un césped más rápido y el Atlético apenas inquietó a Misa tras el descanso.

El conjunto blanco contó, de nuevo, con el protagonismo del balón parado en el segundo gol. Balón medido de Linda Caicedo, que confirma las buenas sensaciones mostradas en su corto periplo con la camiseta blanca, y remate ajustado de Ivana, que superó por alto a Lola Gallardo. El Madrid se hizo fuerte por arriba y amplió la ventaja desde las alturas en la gran final.

Tras el segundo tanto blanco el partido entró en una fase de calma intensa. El Madrid lo tenía encarrilado y el Atlético comenzaba sus ataques muy lejos de la portería de Misa. Sin embargo, las colchoneras no cesaron en su empeño de remontar la final, y otra vez Ajibade contó con una opción manifiesta que la zaga del Madrid rechazó. Manolo Cano agitó el avispero y dio entrada a Lucía Moral y a Eva María, ambas delanteras, para volcar el juego al área blanca.

Y dio con la tecla de lleno. Moral anotaba el 2-1 a falta de cinco minutos y daba alas a las colchoneras. Cuando el Madrid ya rozaba su primera Copa de la Reina, la colegiada señaló una falta en la frontal del área y Banini se encargó de anotar, con un disparo seco por la escuadra, el mejor gol de la Final Four para forzar la prórroga en una final vibrante.

Lejos de acusar el golpe, el Madrid se rehizo y amenazó la portería de Lola Gallardo en la primera mitad de la prórroga. Sin embargo, el cansancio empezó a hacer mella y ya no pisaban área rival como en el tiempo reglamentario. Ninguno de los dos conjuntos quiso cometer errores sin opción a reaccionar y se citaron en la tanda de penaltis.

El azar de los once metros quiso que el Atlético cerrara la histórica remontada con triunfo. Los fallos de Olga y Svava dieron su segunda Copa de la Reina al Atlético de Madrid femenino en una de las finales más vibrantes del torneo copero.

La final de la Copa de la Reina fue histórica también por ser la primera vez que un encuentro de fútbol femenino contaba con videoarbitraje. El VAR lleva años instalado y dando que hablar en el fútbol masculino, y la implementación por primera vez en este derbi femenino supone un gran paso hacia adelante en la tarea de profesionalizar a las colegiadas españolas.