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Etapa 9

A esta Vuelta le ha mirado un tuerto

Cartagena - Cruz de caravaca.184,5 kms ·

La organización decide tomar los tiempos a dos kilómetros de meta y los favoritos hacen el tramo final parados, en una etapa que gana Kamna

Iñaki Izquierdo

Domingo, 3 de septiembre 2023, 12:26

A esta Vuelta le ha mirado un tuerto. Desde que arrancó de Barcelona hace diez días, casi todo le ha salido mal. Y, además, todo lo que sale mal se ve mucho. La crono por equipos, la neutralización en Montjuic, el accidente de Evenepoel en ... Andorra... Ayer, la carrera volvió a ofrecer una imagen muy triste cuando decidió que los tiempos se tomarían cincuenta metros antes de la pancarta de dos kilómetros a meta y se eliminaban las bonificaciones. Se informó a los ciclistas por el pinganillo. Cuando el grupo de favoritos llegó ese punto en la subida al collado de la Cruz de Caravaca, Primoz Roglic (Jumbo) lanzó un potente sprint y sacó dos segundos a Mas (Movistar), Evenepoel (Soudal) y Vingegaard (Jumbo). Y se acabó la etapa. De ahí hasta arriba, los ciclistas subieron parados, trasladando otra escena, una más, muy negativa para la imagen de la Vuelta.

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El motivo del recorte fue la peligrosidad del tramo por las inclemencias meteorológicas. La carretera en esos dos últimos kilómetros no estaba en buenas condiciones, con barro, y la previsión era de lluvia muy fuerte. Hubo opiniones para todos los gustos. Los ciclistas de cabeza de carrera, supervivientes de una escapada, se disputaron la victoria sin incidencias. Ganó Lennard Kamna (Bora), que añadió este triunfo a sus etapas en Giro (el año pasado) y Tour (2020).

La decisión provocó una situación extraña, con los favoritos totalmente parados en el tramo final, para pasmo del público que en buen número esperaba en las cunetas. Los ciclistas no se molestaron en mantener las formas hasta la llegada y pedalear a un ritmo normal , sino que siguieron de charla y bromeando entre ellos ofreciendo una mala imagen. En la clasificación no coinciden los tiempos con los puestos porque se paró el crono a dos kilómetros de meta, pero el orden de llegada se estableció en meta. Enric Mas fue noveno a 3:18 y Alexander Vlasov (Bora), décimo a 3:11. Cristian Rodríguez (Arkea) llegó undécimo a 4:18 y Vingegaard y Evenepoel lo hicieron juntos el 19º y 20ª en el mismo tiempo que Mas, a 3:18. Un desbarajuste.

Con una participación de campanillas, a la organización no le están saliendo las cosas y la Vuelta llega al primer día de descanso con malas sensaciones. Los mejores se están dejando ver y son protagonistas de la carrera, pero las circunstancias externas se están superponiendo a las deportivas.

El puerto de la Cruz de Caravaca no aportó nada. Carecía de dureza suficiente y los favoritos no entraron en harina. Kuss mantiene el maillot rojo, pero cedió unos pocos segundos. Las bazas del Jumbo serán Roglic y Vingegaard, aunque el americano conserva una renta confortable de más de dos minutos que si se emplea a fondo en la crono de mañana le puede permitir seguir al frente de la carrera hasta el Tourmalet, el viernes. La llegada el miércoles a la Laguna Negra en Vinuesa no debería ser problema para el de Durango.

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Abanicos al inicio

La etapa pudo ser diferente si los abanicos de la primera mitad hubieran cuajado los abanicos provocados por el Jumbo. El viento pegaba en la salida de Cartagena y los neerlandeses, secundados por el Soudal y el Bora, abrieron hueco. Movistar, Bahrain y UAE tuvieron que remangarse para cerrar el hueco del grupo de 45 ciclistas que marchaba en cabeza. Tras una larga persecución, que provocó una media de 50,1 kilómetros en la primera hora, en el puerto de Casas de la Marina volvió la unidad.

La primera gran prueba para la general se disputa mañana en Valladolid, con una crono larga en la que Evenepoel tratará de hacer valer su condición de campeón del mundo de la especialidad. En 26 kilómetros pueden abrirse diferencias. La contrarreloj es llana, a diferencia de la del Tour de Francia en la que Vingegaard logró ventajas abismales.

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Tras un inicio caótico, la Vuelta afronta a partir de ahora las etapas decisivas. El paso por los Pirineos, con metas en el Tourmalet y Belagua, y la última semana por la cornisa cantábrica deben aportar a la carrera un perfil mucho más sólido. La organización, además, se está cargando de razones para ser mucho más inflexible cuando lleguen las etapas decisivas, tras haber abierto la mano en estas primeras nueve jornadas. A partir de Valladolid ya no habrá más concesiones.

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