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Iñaki Izquierdo
Lunes, 28 de agosto 2023, 19:38
Remco Evenepoel (Soudal) se lo llevó todo en la cima de Arinsal. El triunfo de etapa, el liderato de la Vuelta y varios puntos de sutura en la sien derecha a consecuencia de una caída pocos metros después de cruzar la meta. El campeón belga ... celebró el triunfo a su manera, con ese aire retador que hace las delicias de sus seguidores. Golpeándose el pecho, aquí estoy yo. Con la euforia, se le olvidó frenar y se fue derecho contra un grupo de auxiliares que esperaba detrás de la meta. La persona que estaba en primera fila se apartó, pero la que se encontraba en segundo plano, una trabajadora del equipo Astana, no pudo retirarse y se produjo el choque. La mujer sufrió una fractura en el brazo. El choque evitó que Evenepoel se estampase contra las vallas. El despiste del campeón belga pudo costarle un susto bastante más serio, pero la peor parte se la llevo la auxiliar. El espacio tras la meta no era grande, pero es habitual en etapas de montaña, donde no suele sobrar el sitio para montar la infraestructura de las llegadas.
El belga no estaba contento en la llegada y dejó caer de nuevo su descontento con la Vuelta, como ya hizo tras la primera etapa: «Había una curva 50 metros después de la meta. Una vez más, es una cuestión de seguridad, no es normal... Me está tocando un poco las pelotas». Su equipo confirmó pocos minutos después del final de la etapa que su líder está bien. Evenepoel lucía unas tiras de papel de las que los médicos emplean para suturar heridas cuando subió al podio a por el maillot rojo, pero podrá seguir en carrera con normalidad.
La Vuelta no consigue desprenderse del gafe que parece acompañarle desde el inicio en Barcelona. A las dos etapas esperpénticas del fin de semana, ayer se añadió ese desenlace tan accidentado. Pese a ello, parece que la carrera ya ha comenzado de verdad.
Visitaba los Pirineos muy pronto, en la tercera etapa, y los favoritos se tantearon en la subida a Arinsal, a casi 2.000 metros de altitud. Un puerto exigente. La nieve ya ha llegado a Andorra y la subida se hizo dura. Lennard Kamna (Bora) y Damiano Caruso (Bahrain) se metieron en la escapada del día y defendieron sus opciones hasta el final, pero el impulso del grupo acabó con el intento del alemán y el siciliano a menos de tres kilómetros para cruzar la meta.
Sepp Kuss lideró las maniobras del Jumbo, que por un momento pareció que podía copar la cabeza de carrera con el americano, un Vingegaard ágil de piernas y un Roglic más escondido. No fue así porque Evenepoel tomó la iniciativa desde lejos. Conocía la llegada, las curvas que daban acceso a la meta, y no dejó margen de maniobra al ganador del Tour. Se impuso con claridad -los jueces dieron un segundo con el resto- y lo celebró con entusiasmo.
El belga recupera el maillot rojo con el que se coronó en la última edición de la carrera. Es líder con cinco segundos de ventaja sobre Enric Mas (Movistar), que en la Vuelta parece otro corredor. Todos los favoritos llegaron juntos a la primera meta en alto de la carrera -salvo Geraint Thomas (Ineos), a 47 segundos- y la carrera no ha hecho más que empezar pero ya hay algunas diferencias. Vingegaard cede 31 segundos al belga, Vlasov 33, Roglic 37 y Juan Ayuso, muy activo en la subida, 38.
Queda perfilado el diseño de la Vuelta para afrontar una primera semana llena de complicaciones. La carrera volverá a los Pirineos en la segunda semana con meta en el Tourmalet, pero ahora viaja al sur y se encontrará con tres jornadas complicadas, con los finales an alto de Javalambre el jueves, Xorret de Catí el sábado y Cruz de Caravaca el domingo. El termómetro bajó de los diez grados en Andorra y el pelotón puede encontrarse con calor, aunque las previsiones son buenas, sin temperaturas extremas que castiguen el organismo de los ciclistas.
La etapa se decidió en un sprint de once corredores, tras dos puertos de primera, Ordino y Arinsal, que sirvieron para comprobar que los favoritos han llegado a la salida con los deberes hechos. Salvo los problemas de Geraint Thomas, todos los demás estuvieron delante.
En la llegada, Evenepoel impuso su potencia en un terreno que domina. Ha cogido confianza en su final, como demostró con su victoria en la Clásica de San Sebastián, y ya no teme los finales complejos tácticamente con muchos rivales. No necesita anticipar tanto y tiene seguridad en su sprint. Los diez segundos de bonificación que se anotó en meta le dan el liderato y esa capacidad de remate puede proveerle de un buen colchón de segundos al cabo de toda la Vuelta. Roglic, maestro en este tipo de llegadas, solo fue cuarto y no sumó bonificaciones.
Mas y Ayuso, que el año pasado acompañaron a Evenepoel en el podio de Madrid, están para competir. El UAE movió la última subida con el de Jávea y Marc Soler y Mas también tensaron el grupo en un momento. Tras un inicio a trompicones, la Vuelta ha comenzado de verdad. Tanto que Evenepoel ya es líder.
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