Los escaladores del Burgos BH se muestran en el primer final en alto de La Vuelta

El otro gran protagonista del día por parte del Burgos BH fue José Manuel Díaz Gallego, quien logró entrar en la fuga de once hombres que lideró gran parte de la etapa. Previamente lo había intentado con insistencia Eric Fagúndez en una primera hora de carrera con continuos ataques. El uruguayo llegó a escaparse hasta en tres ocasiones, pero el pelotón neutralizó todos sus ataques. Díaz sí logró distanciar al gran grupo, pero tuvo que perseguir al resto de fugados durante varios kilómetros. Además, sufrió un inoportuno pinchazo nada más contactar con el grupo delantero, lo que le obligó a realizar un nuevo esfuerzo para volver a cabeza de carrera.

Tras atravesar Andorra la Vella, en la aproximación al Coll d'Ordino, Díaz Gallego fue el encargado de desatar las hostilidades entre los once escapados. El jienense atacó desde lejos para hacer una primera criba en el grupo. Sin embargo, varios de sus compañeros respondieron con fuerza y acabaron superándolo en el inicio de la subida. Tras ello rodó en un segundo grupo, hasta ser alcanzado por un pelotón que nunca dio mucho margen a los fugados.

«Ha habido bastante disputa por entrar en la fuga. El grupo tardó en formarse unos 40 o 50 kilómetros y me costó bastante entrar en él. Cuando salí del pelotón, ellos estaban a 20 segundos y tuve que remar junto con el compañero de Arkéa durante 20 kilómetros. La gente de la fuga era muy fuerte y yo había gastado más fuerzas en ese inicio. En la parte final se fue un grupo de cinco corredores y no pude estar con ellos», explicaba José Manuel Díaz.

Este martes llegará la primera oportunidad para los hombres rápidos con la llegada a Tarragona. Los corredores saldrán desde la capital andorrana e ingresarán de nuevo en Cataluña, rumbo a la costa mediterránea. Los 185 kilómetros de recorrido contarán con dos partes bien diferenciadas. Un inicio de etapa sobre un terreno mayormente favorable y un final que incluye los ascensos al Alto de Belltall y el Coll de Lilla, que podrían eliminar a algunos velocistas.