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El esloveno Primoz Roglic, vencedor de la cuarta etapa del Tour. Efe
Tour de Francia 2020

Roglic se quita la máscara en el primer final en alto

El francés Julian Alaphilippe, quinto en la etapa, mantuvo el maillot amarillo de líder

luis miguel pascual / EFE

Sisteron

Martes, 1 de septiembre 2020, 13:45

El esloveno Primoz Roglic llegó al Tour de Francia rodeado de misterio, tras haberse retirado en la Dauphiné unos días antes y dejando planear dudas sobre su estado de forma, pero en la primera llegada en alto asestó un golpe moral a sus rivales imponiéndose ... en Orcières-Marlette. Una jornada en la que el francés Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step) salvó el maillot amarillo.

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Roglic se impuso al esprint en la primera llegada en alto de la presente edición del Tour. Demostración de fuerza de uno de los grandes favoritos a lograr la corona que defiende Egan Bernal. Roglic superó a otro prodigio esloveno, el debutante Tadej Pogacar, y al francés Guillaume Martin. Fue su tercer triunfo de etapa en el Tour.

El vencedor de la última Vuelta a España concluyó el trabajo de su equipo en los últimos kilómetros, con el belga Wout Van Aert y el estadounidense Sepp Kuss tirando del pelotón importante.

La escapada del día se formó desde la salida en Sisteron, reuniendo a seis corredores (Neilands, Politt, Vuillermoz, Burgaudeau, Benoot y Pacher), cuya ventaja no pasó de tres minutos durante la mayor parte de la jornada. La formación Deceuninck del líder Alaphilippe, quinto en meta, controló la diferencia mandando en la cabeza del pelotón.

Un grupo con bastantes ciclistas abordó la ascensión hacia Merlette, 7,1 kilómetros (6,1% de pendiente media). El ritmo dictado por los hombres de Alaphilippe y después de Roglic impidió cualquier aventura, hasta que Guillaume Martin lo intentó sin éxito a 600 metros de la línea.

El triunfo, el tercero en su carrera en la ronda gala, pone de manifiesto que el corredor del Jumbo ha dejado atrás los problemas físicos y con la actitud controladora que tuvo su equipo dejó entrever una mentalidad de campeón.

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«Desde el segundo día ya comprobé que puedo competir», aseguró el esloveno tras su triunfo, que, gracias a las bonificaciones, le aupó al tercer puesto de la general a 7 segundos del francés Julian Alaphilippe.

Mejora

«Cada día mejoro, todavía no estoy totalmente al mismo nivel que tenía en la Dauphiné, pero me encuentro bien y es una buena señal para las semanas que vienen», comentó el corredor.

Su retirada en la pasada Dauphiné había encendido las señales de alarma sobre su condición en el Tour, aunque muchos observadores acusaban al esloveno de estar ocultando sus cartas. Al primer final en alto, quedaron al descubierto.

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A Roglic se le ha puesto más cara de favorito que nunca, al frente de un equipo que se comporta con la fortaleza de llevar en sus filas al patrón del pelotón.

Equipo líder

El Jumbo, que cuenta con hombres importantes para respaldar a su líder, comparte con el Ineos las labores de control de la carrera, que ahora también lleva a cabo el Deceuninck del líder.

«Hemos fichado a gente de un gran nivel, tenemos que mostrar que somos un gran equipo. Vamos a tener que mantener la presión, pero el Tour son tres semanas y hay que controlar todos los días», señaló.

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Entre las figuras importantes están el holandés Tom Dumoulin, que ya sabe lo que es ganar una carrera de tres semanas, y el belga Wout van Aert, impresionante en la subida a Orcières.

«Ha ganado casi todas las carreras en las que salía a disputar. Cuando está a fondo en las subidas, todos sufrimos para seguirle. Pero el resto también han trabajado bien, espero que sigamos haciéndolo. Hemos cumplido el plan que nos habíamos trazado», comentó.

El único borrón fue que el esloveno no se vistió de amarillo, un mal menor, porque, confesó, eso les permitirá compartir labores de control con otros equipos, como el de Alaphilippe.

«Solo estamos al principio del Tour, es la primera llegada en alto, ha sido dura para todos, no veo sorpresas, para nosotros sigue la misma jerarquía», dijo.

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El francés es para Roglic un candidato a la victoria final, porque ya se quedó cerca del podium en la edición del año pasado. «Sabemos de lo que es capaz, es un gran campeón, no nos sorprende que siga de líder», aseguró.

Las apuestas apuntan, sin embargo, a que su principal rival es el colombiano Egan Bernal, al que ya ha distanciado en 10 segundos en la general, los de la bonificación del día.

El ciclista del Ineos, defensor del título, no pudo aguantar el ritmo del esloveno en el esprint final del último kilómetro de la jornada, pero eso no es motivo para que Roglic deje de considerarle como uno de sus principales rivales.

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El duelo entre ambos será también el de sus equipos, los más fuertes del pelotón y todavía quedan muchas batallas por dar, aunque el ciclista del Jumbo golpeó primero.

La quinta etapa, el miércoles, desciende al llano en un recorrido de 183 kilómetros entre Gap y Privas. La victoria normalmente se la jugarán los velocistas.

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