Secciones
Servicios
Destacamos
Jon Rivas
Miércoles, 17 de julio 2024, 17:54
Hay días en los que solo se ve una etapa, que es lo normal; otros en los que nada sucede y no se ve ninguna, y a veces se dan circunstancias para que se vean dos o más, y en las que harían falta un par de pantallas de televisión para poder seguir los detalles. Y es que, por un lado, Richard Carapaz, ciclista valiente, sin complejos, que ya fue líder en la tercera jornada y perdió el amarillo en el Galibier, no quería marcharse del Tour sin ganar una etapa, y completar esa trilogía con Giro y Vuelta que solo consiguen ciclistas con clase como el ecuatoriano, actual campeón olímpico y que está dando sopas con onda a los responsables de su federación que decidieron, no se sabe con qué criterio, –o sí se sabe , y suena a excusa espuria–, descabalgarlo de la oportunidad de volver a la gloria olímpica. Por un lado está esa victoria de Carapaz, que distanció a Simon Yates, al que había alcanzado en la durísima ascensión a Noyer, para marcharse en solitario.
En la otra pantalla, como si fuera a través del túnel del tiempo, porque se desarrolla a la vez, pero con kilómetros de retraso, aparece Tadej Pogacar, el que en la víspera auguraba una etapa tranquila. Y aparece también Remco Evenepoel, que rezaba porque las cosas se quedaran como estaban. Pero o no dicen la verdad, o la verdad cambia según las circunstancias, porque ni Pogacar permitió que fuera una etapa tranquila, ni Evenepoel contribuyó a que nada cambiara.
Ambos ocupaban un plano medio cuando el líder, que no se sabe contener, o no quiere hacerlo, pasó al primer plano con otro de sus feroces ataques que hacen vibrar el asfalto. Salió detrás Vingegaard, y Evenepoel, un poco despistado, tardó un rato. Pogacar cogió ventaja, que en la cima del puerto era de 15 segundos.
En el descenso, ayudados por sus lugartenientes, entre Evenepoel y Vingegaard consiguieron alcanzar al líder. Pero el belga olió la sangre, no la de Pogacar, que parecía fresco, sino la del danés, más tocado después del esfuerzo. Atacó en la última ascensión a Superdévoluy y rebañó 12 segundos en la meta, a la que Pogacar llegó dos segundos por delante de Vingegaard. Antes habían alcanzado la pancarta 25 ciclistas más, pero a veces el espectáculo, la segunda etapa dentro de la etapa, se corre más tarde.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
25 artistas para descubrir y disfrutar en 2025
El Diario Montañés
La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.