colpisa/afp
Viernes, 16 de agosto 2019, 21:41
El mítico exciclista italiano Felice Gimondi, que consiguió su mayor victoria conquistando el Tour de Francia en 1965, murió el viernes a la edad de 76 años. «Un gran campeón que hizo que nuestro deporte fuera más humano nos deja. Un gran hombre», destacó la ... Federación Italiana de Ciclismo.
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Gimondi falleció tras sufrir una crisis cardíaca mientras se bañaba en las aguas de Sicilia, en Giardini Naxos, cerca de Taormina. Durante cinco décadas, Gimondi fue una figura respetada en el ciclismo italiano e internacional.
Además del Tour de 1965, Gimondi ganó otras cuatro grandes rondas por etapas, tres Giros de Italia (1967, 1969, 1976) y una Vuelta a España (1968).
Con títulos en las tres grandes rondas por etapas (Tour, Giro, Vuelta), Gimondi es uno de los siete ciclistas que en la historia han conseguido esa hazaña. Los otros son Eddy Merckx, Jacques Anquetil, Bernard Hinault, Alberto Contador, Vincenzo Nibali y Chris Froome.
El título de Gimondi en el Tour fue en su primer año como profesional y un año después de darse a conocer ganando el Tour del Porvenir.
Fue igualmente campeón mundial en ruta en una ocasión, en 1973, en Montjuic (Barcelona).
Ese día, el capitán de la 'Squadra' italiana dominó al esprint a un trío estelar, el belga Freddy Maertens, el español Luis Ocaña y el también belga Eddy Merckx.
Gimondi se retiró como corredor en 1978 y fijó su residencia en un castillo del siglo XIX. Abrió una compañía de seguros, pero continuó ligado al ciclismo.
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Fue embajador del fabricante de bicicletas Bianchi, una figura muy influyente e incluso llegó a asesorar durante un tiempo a Marco Pantani, el primer italiano en ganar el Tour de Francia (1998) desde el éxito de Gimondi 33 años antes.
Junto a sus éxitos en las tres grandes y en el Mundial en ruta figuran en su palmarés victorias en otras pruebas emblemáticas del ciclismo, como la Milán-San Remo (1974), la París-Roubaix (1966) o el Tour de Lombardía (1966 y 1976). Fue también vencedor de la Vuelta a Romandía de 1969, la Vuelta a Cataluña de 1972 y la Vuelta a Apulia de 1973.
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En sus entrevistas a lo largo de las últimas cinco décadas, Gimondi solía destacar el sacrificio necesario para poder triunfar en el deporte al que dedicó su vida.
«No tuve un don espectacular. Pero con trabajar, haciendo mi labor correctamente, con voluntar y aplicación, triunfé. En las categorías inferiores no era muy rápido. Incluso en profesionales tenía problemas con los cambios de ritmo», admitió.
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