Burgos, capital del ciclismo

Será precisamente la Catedral la que acoja hoy mismo la salida de la ronda burgalesa, una cita que este año llega de nuevo marcada por la crisis sanitaria de la covid-19, que ha obligado a aplicar restricciones y protocolos especiales para evitar la propagación de la enfermedad. Ya el año pasado, la organización de la ronda burgalesa mostró al mundo su capacidad para llevar a cabo la prueba en este complejo escenario y en esta ocasión quiere volver a reivindicar la Vuelta a Burgos como una de las grandes citas del ciclismo internacional.

Para ello, la edición de este año volverá a contar con una gran participación, en la que destaca la presencia de ciclistas como Egan Bernal, vigente campeón del Giro, Mikel Landa, vencedor en Burgos en 2017, o Iván Ramiro Sosa, vencedor en las ediciones de 2018 y 2019. También se han unido a la terna otros grandes ciclistas del contexto internacional, como Luis León Sánchez, los hermanos Simon y Adam Yates, Damiano Caruso, Gorka Izagirre o Hugh Carthy, entre otros muchos.

En esta ocasión, de hecho, serán 21 los equipos que tomen la salida. Se trata de una de las participaciones más numerosas de la historia de la ronda burgalesa, que además contará con la presencia de hasta 13 equipos World Tour, la máxima categoría del ciclismo internacional. Sin duda, los Ineos, Bahrein, Astana, Movistar y compañía aportarán espectáculo para preparar a sus corredores de cara a la Vuelta a España.

La nómina de participantes se completa con varios de los equipos habituales en la ronda burgalesa, como el Nippo, el Euskaltel, el Caja Rural y, por supuesto, el Burgos BH, que confía en hacer un gran papel en su tierra.

En total, 146 ciclistas están citados a mediodía en el entorno de la Catedral para dar comienzo a la prueba. Tal y como viene siendo norma en los últimos años, la primera etapa se desarrollará en los alrededores de la capital provincial, con un recorrido de 161 kilómetros que finalizará con una doble ascensión al Castillo, calificado como puerto de tercera categoría, donde se situará la meta. El recorrido oblgiará a cortar el tráfico y modificar las rutas de autobuses urbanos de la capital provincial

Sin duda, la exigente rampa de la Subida de San Miguel, combinada con el tramo de adoquín del arco de San Esteban, servirá para abrir las primeras diferencias. Se trata de una ascensión cota y explosiva, en la que las ventajas entre los favoritos suelen ser mínimas, pero que habitualmente sirve para testar el punto de forma de los aspirantes al triunfo.

En principio, la segunda jornada será más tranquila. Al menos, si el viento lo permite. En este caso, la etapa partirá desde Tardajos y finalizará en Briviesca tras 175 kilómetros fundamentalmente llanos, en los que los sprinters tendrán su oportunidad.

Será en la tercera jornada cuando llegue la alta montaña. Una vez más, el protagonista de la etapa, que partirá desde Busto de Bureba, será el Picón Blanco de Espinosa de los Monteros, que se ascenderá tras hacer lo propio con otros tres altos. Sin embargo, en esta ocasión, el puerto, de categoría especial, no será el final de la etapa. Su paso se realzará a 17 kilómetros de meta, que estará dispuesta en el centro de Espinosa de los Monteros tras un vertiginoso descenso por La Sía.

La cuarta etapa también será, a priori, terreno de los sprinters. En este caso, se trata de un recorrido de 163 kilómetros entre Roa y Aranda de Duero sin grandes exigencias más allá de lo que planteen los propios equipos para endurecer la jornada.

Y para el quinto día se reserva, una vez más, la etapa reina. Serán de nuevo las rampas de las Lagunas de Neila las que dicten sentencia en una jornada que arrancará en el paraje del Comunero de Revenga y contará con un recorrido de 146 kilómetros en el que se ascenderán hasta cuatro puertos, incluida la última ascensión a las Lagunas.