El Villa de Aranda se desmorona tras el descanso

Los hombres de Alberto Suárez también fueron de menos a más en la primera parte. Tras un inicio repleto de pérdidas de balón que el cuadro anfitrión aprovechó para marcharse con dos goles de ventaja (3-1), poco a poco los visitantes fueron mejorando ese lastre y gracias a su intensa defensa impidieron que el Helvetia Anaitasuna estuviese cómodo en su juego ofensivo.

Los locales apenas encontraban huecos para los lanzamientos de su primera línea y volcaban casi todo su potencial por las alas. Anotaban con facilidad desde los extremos gracias a circulaciones rápidas de balón que acababan en el zurdo Gastón en bastantes momentos.

En las filas arandinas Guilherme mantenía muy entero al Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda con sus lanzamientos exteriores. Precisamente un gol del lateral brasileño sirvió para igualar el choque a 9 goles en el minuto 22. Eso obligó a pedir tiempo muerto a Quique Domínguez para intentar detener al cañonero rival y también al pivote Javi García, autor de cuatro goles prácticamente seguidos.

Esas órdenes no surtieron mucho efecto y el bloque forastero aprovechó de una doble exclusión en las filas del Helvetia (Bazán y Fischer) y gozó de una última posesión donde tenía opción de marcharse al descanso con ventaja en el electrónico, pero una pérdida con dos jugadores más en pista permitió a Gastón correr el contragolpe para conseguir el 12-11 con que se llegó al intermedio en el Pabellón de Anaitasuna.

La reanudación trajo la mejor versión del bando pamplonés. Quique Domínguez sorprendió con una defensa abierta y esa táctica desactivó los pases a Javi García en el pivote. Además empezó el festival cañonero de Ruslan en el lateral derecho, autor de cinco goles en la segunda mitad. En el minuto 40 la ventaja ya era de 19-14 y, a partir de ahí, los locales manejaron el choque a su antojo.

Ander Izquierdo estuvo infalible desde la línea de siete metros. En las filas visitantes solo Guilherme mantuvo algo la emoción con sus lanzamientos. El duelo se encaminó hacia un final plácido para un Anaitasuna que sigue aspirando a los puestos europeos mientras el colectivo arandino empieza a ver un futuro cada vez más negro.