A Roberto Pérez le mueve la pasión por el balonmano. Después de siete temporadas en las filas del Recoletas Atlético Valladolid, el primera línea vallisoletano no seguirá en la disciplina de los gladiadores azules. Hablamos del jugador que en más ocasiones ha vestido la camiseta ... del club pucelano. Pero a rey muerto, rey puesto. Ha recibido la llamada del UBU San Pablo, que entrena un viejo conocido suyo como Nacho González, y ha decidido embarcarse en un proyecto que busca crecer y alcanzar la Liga Sacyr Asobal. A sus 37 años, confía en decir todavía cosas en el mundo del balonmano.
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–En agosto comienza su aventura burgalesa.
–Me voy por la cercanía a Valladolid y porque se trata de un buen proyecto. No es comenzar una cosa desde cero como tantos jugadores españoles que prueban suerte por Europa. Se trata de un balonmano muy conocido por mí. Es jugar en Plata para intentar subir. Podemos calificarlo de aventura, pero no es una cosa que me cambie completamente la vida.
–En Burgos vuelve a coincidir con Nacho González, que fue su entrenador en el BMValladolid, Nava y Atlético Valladolid.
–Es el cuarto equipo en el que coincido con él. Siempre he estado bien con Nacho. Se trata de un entrenador que conozco, me gusta su sistema, y estoy contento con él y él conmigo. De ahí que haya salido este fichaje.
–Después de siete temporadas se ha puesto fin a su paso por el Atlético Valladolid. ¿Se le hace muy duro dejar el equipo?
–Mucho. Si dijese otra cosa, mentiría. Fui de los primeros fichajes que realizó el equipo y arriesgué por quedarme aquí. Venía de la última temporada del BM Valladolid, en la que yo estaba jugando mucho, y tuve ofertas, al desaparecer el club, para irme, pero decidí quedarme en mi ciudad y devolverla a la categoría que se merece, la Asobal, lo que conseguimos. Se te hace duro porque has estado desde el inicio, desde el nacimiento del proyecto.
–¿Se sentía con fuerzas para seguir en el Recoletas?
–Sí, por supuesto. Me siento con fuerzas y por eso me voy a Burgos. Mucha gente me preguntó si me iba a retirar cuando saltó la noticia de mi salida del club, pero no tengo ninguna gana de retirarme. No voy a estar jugando otros veinte años, pero me veo con fuerzas e ilusión para continuar.
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–¿Hasta cuándo va estar jugando al balonmano Roberto Pérez?
–Siempre voy temporada a temporada, pero eres un deportista de élite y sabes que el final, más tarde o más temprano, te va a llegar. Mi previsión es que me pueden quedar dos o tres temporadas en las que tengo ganas de continuar luchando.
–¿El jugador o jugadores que más le han impactado a lo largo de su carrera?
–Son varios. El primero, Raúl González, ya que antes que compañero fue mi entrenador. Me impactó mucho David Davis, compañero y amigo dentro del vestuario. No me olvido de Gurbindo y Raúl Entrerríos. De esta última etapa, hay muchísima gente que me ha marcado, pues la vives de un manera más intensa, ya que antes estaba a caballo entre uno y otro equipo. Si tuviera que quedarme con uno, sin duda, Raúl González.
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–Haber podido alargar su carrera se debe a un concienzudo trabajo físico y a la ausencia de lesiones graves.
–Son dos cosas que van de la mano. El que tú entrenes y trabajes bien tu forma física siempre te va a dar resultados y un buen rendimiento. A mí siempre me ha gustado entrenar, algunas veces incluso de más, y estoy contento por ello.
–Burgos es un proyecto en crecimiento, que pretende llegar más pronto que tarde a la Liga Asobal.
–La principal motivación para fichar por Burgos es que se trata de un proyecto cercano a mi ciudad y que pretende alcanzar en breve la Asobal. Si me hubiesen propuesto ir simplemente a jugar a un equipo de Asobal o Plata para ver qué pasa, seguramente lo hubiera declinado. He tenido ofertas similares que he rechazado, pero Burgos tiene la ventaja de que quieren hacer las cosas bien y llegar a la máxima categoría lo antes posible.
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–Hay dos corrientes: una que dice que el nivel de Asobal está subiendo y otra que afirma que sigue bajando. ¿Qué postura defiende usted?
–En el deporte en general está creciendo mucho la competitividad, pero si lo comparamos con la Asobal de hace unos cuantos años, cuando era referente mundial la liga española... Ahora nos ha adelantado la francesa, la alemana y alguna más. Pero también es verdad que la competencia es cada vez mayor. Es muy difícil ascender y mantenerse. Hay proyectos muy buenos y gente en Plata que viene empujando. Aquella Asobal de antaño era la mejor liga del mundo y una competición muy exigente.
–¿Se ve como entrenador de balonmano en el futuro?
–No puedo decir que no, porque nunca se sabe. A mí me gusta mucho trabajar con chicos, iniciar y transmitir todos los valores a la gente joven, mostrarles que se puede llegar arriba, pero que no es fácil. Ahora me veo más vinculado a proyectos con jóvenes y con el balonmano. En un futuro, no sabría decirte si pasaré por un banquillo.
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–¿Qué les quiere decir a esos aficionados que le han brindado su apoyo en Huerta del Rey durante las últimas siete temporadas?
–Que gracias, por supuesto. Siempre he dicho para mí que la afición es un jugador o un compañero más. Así me lo lleva demostrando desde que era cadete, luego juvenil y cuando subí al primer equipo. Por ello, solo puedo darles las gracias.
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