Consolidar la dinastía que comenzaron a erigir hace cuatro temporadas y que les ha llevado a enfundarse tres anillos desde entonces es el reto que afrontan los Golden State Warriors en la nueva campaña de la NBA, que comienza la madrugada del martes 16 ... al miércoles 17 con el duelo que mide a los Boston Celtics, grandes candidatos al título de la Conferencia Este, y los Philadelphia 76ers, una de las franquicias llamadas a amenazar el orden establecido, al que seguirá el pulso de los vigentes campeones con los Oklahoma City Thunder, un 'outsider' que suscita muchas dudas tras constatar el pasado curso que la confluencia de talentos individuales no siempre suma en el conjunto y que tendrá que encajar a Dennis Schroder en una rotación al servicio de Russell Westbrook, tras ver partir a Carmelo Anthony a los Houston Rockets. Dos choques de envergadura para dar el pistoletazo de salida a un campeonato en el que casi todas las miradas están puestas en el desembarco del 'Rey' LeBron en Los Ángeles con la misión de resucitar la gloria que siempre acompañó a los Lakers y cuya llegada permite a los californianos dar ya por descontado un puesto en los 'playoffs' y mucho espacio para soñar a una plantilla plagada de jóvenes llenos de talento como Lonzo Ball, Brandon Ingram, Josh Hart o Kyle Kuzma.
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Lejos de ver mermado su tremendo potencial, los Warriors han añadido este verano la pieza que les faltaba para completar un quinteto de lujo: DeMarcus Cousins. Lesionado desde el pasado enero, el cuatro veces 'All-Star' firmó un contrato de un año por 5,3 millones de dólares que permitió a los de la Bahía de San Francisco reclutarle sin soliviantar su estructura salarial. Una bicoca pese a que no podrán contar en varios meses con el pívot. Pero a Steve Kerr, que retiene a Stephen Curry, Klay Thompson, Kevin Durant y Draymond Green, poco le importa. Su inmenso arsenal le faculta para asaltar un tercer anillo consecutivo que nadie consigue desde que lo hicieran los Lakers de comienzos del milenio y perseguir en situación privilegiada el cuarto en cinco años, una concentración de poder inédita desde aquellos legendarios Celtics de Red Auerbach y Bill Russell de los años sesenta del pasado siglo.
Pese a salir como indiscutibles triunfadores del mercado con una operación que validó la apuesta de Jeanie Buss por la dupla Magic Johnson-Rob Pelinka como rectores de los despachos, los Lakers siguen necesitando tiempo para amenazar seriamente el reinado de los Warriors en el Oeste. Por muy grande que sea LeBron, al que han rodeado de una interesante mezcla de descaro y veteranía, les siguen faltando piezas para opositar al anillo en una conferencia en la que la competencia es brutal.
El verdadero desafío lo representan los Rockets, a los que Mike D'Antoni ha convertido en una demoledora máquina ofensiva que ahora deberá encajar a 'Melo' en una escuadra en la que James Harden y Chris Paul demostraron el año pasado que son capaces de tutear a los Warriors. Mérito suyo fue que las finales de Conferencia no se convirtiesen en un soliloquio de los de la Bahía y, de no mediar la lesión del ex de los Clippers, quizás hubiesen retado a LeBron en la pelea por el anillo.
Los Utah Jazz, liderados por Donovan Mitchell más el poderío intimidador de Rudy Gobert y un Ricky Rubio en continuo crecimiento desde su aterrizaje en Salt Lake, son otro serio aspirante en el Oeste, donde los New Orleans Pelicans tratarán de reafirmar las magníficas sensaciones que dejaron a partir de la llegada de Niko Mirotic y con Anthony Davis ambicionando el MVP.
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Sin Kawhi Leonard, Tony Parker ni Manu Ginóbili, pero con DeMar DeRozan como nuevo jugador franquicia junto a LaMarcus Aldridge, los Spurs intentarán igualar el récord de 22 temporadas consecutivas alcanzando los 'playoffs' que establecieron los Syracuse Nationals/Philadelphia 76ers entre 1950-1971. Para equipos como los Timberwolves, los Suns o los Mavericks se preludia otro episodio en su travesía del desierto, con jóvenes diamantes y unos 'playoffs' muy caros.
Más claro se antoja el panorama en el Este, donde los Celtics parten con la vitola de favoritos tras un curso en el que lograron una hazaña al alcanzar las finales de Conferencia después de perder en el primer partido de la temporada regular a Gordon Hayward y en el tramo decisivo a Kyrie Irving. Percances que suplieron con una aportación superlativa de Jaylen Brown y el 'rookie' Jason Tatum en un engranaje muy solidario. Si el físico les respeta, el cielo les aguarda.
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La llegada de Kawhi Leonard a Toronto y la salida de DeRozan ha revolucionado a la franquicia canadiense, que fía sus opciones a la motivación del californiano. De los 76ers se espera un nuevo paso después de que el 'Proceso' diese por fin fruto. Para ello dependerán de la salud de Joel Embiid, de una mejora en el lanzamiento de Ben Simmons y de lo que pueda aportar Markelle Fultz tras un año en el que sufrió en sus carnes la 'maldición' que persigue a los 'rookies' en Pensilvania. Del resto, poco más que esperar salvo el espectáculo que siempre aporta Giannis Antetokounmpo en los Bucks o unos Pacers que digirieron bien la marcha de Paul George gracias a la producción de Victor Oladipo pero que siguen precisando de un Myles Turner más regular para seguir creciendo.
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