La NBA se rinde a la 'Lukamanía'

Atrás quedaban seis años de blanco en los que quemó etapas a velocidad de vértigo hasta erigirse en dominador del continente con 19 años, coronado como MVP de la 'Final Four' de la Euroliga y mejor jugador también de la temporada regular de aquella Liga Endesa que significó el trigésimo cuarto título del equipo de Chamartín, sentenciado con un triple del 'niño maravilla' que venció la resistencia del Baskonia en el cuarto partido del combate por la gloria y adiós al club de su vida.

Dos días después los Atlanta Hawks le seleccionaban en el tercer puesto del 'draft' y le intercambiaban por Trae Young, elegido en el quinto escalón por los Mavericks, y una futura primera ronda del sorteo. El número 1 fue para DeAndre Ayton, al que se encomendaron los Phoenix Suns pese a que el aterrizaje en su banquillo de Igor Kokoskov, con el que había conquistado el Eurobasket de 2017, parecía una maniobra óptima para llevar a Arizona al precoz genio de Ljubljana.

«Desafortunadamente, debido al código profesional no puedo responder por qué los Suns no eligieron a Doncic», manifestó hace unas semanas el hoy seleccionador serbio, rendido al que fue su pupilo. «El baloncesto que juega a los 20 años lo coloca en la posición de uno de los jugadores más dominantes a día de hoy, y la velocidad a la que todo esto ha tenido lugar es especialmente fascinante. Ya no tiene sentido hablar de su potencial. Luka ya lo ha demostrado. Su juego es fascinante. Es igualmente peligroso para la canasta del rival como lo es haciendo a todos sus compañeros mejores de lo que son objetivamente. Hoy, Luka es quizás el jugador más versátil del mundo», sentenció el preparador balcánico.

'Rookie' del año en su primer curso, el primer cuarto de la segunda campaña de Doncic en la NBA se ha convertido en una colección de hitos que dejan en ridículo a quienes desdeñaron la cobertura a su irrupción en la NBA hablando de 'hype'. Primer y único jugador en conseguir un triple-doble de 35 puntos en 25 minutos o menos; jugador más joven en firmar dos triples-dobles seguidos con al menos 35 puntos; tercero que completa un mes promediando un triple-doble de al menos 30 puntos, tras Oscar Robertson y Russell Westbrook; y primero que enlaza 20 choques consecutivos encestando 20 o más puntos, capturando cinco rebotes y repartiendo cinco asistencias desde que la NBA se fusionase con la ABA, pulverizando el registro de 18 que ostentaba Michael Jordan, por citar unos pocos.

«Casi cada día hay algún récord, pero es mi segunda temporada y tengo mucho más que hacer», señalaba Doncic en vísperas del pulso con los Detroit Pistons en el que situó el nuevo listón. En el siguiente encuentro, ante los Miami Heat, se doblaba el tobillo al pisar a Kendrick Nunn en una entrada a canasta y ponía en vilo a los Mavericks, a los que ha catapultado a puestos de privilegio en la Conferencia Oeste.

Sus promedios son estratosféricos: 29,3 puntos, 9,6 rebotes y 8,9 asistencias por partido que le sitúan en la carrera por el MVP. Las marcas se lo disputan, mientras compañeros y rivales se deshacen en elogios. «Va a dar miedo cuando alcance su mejor momento», dijo Paul George. «LeBron, Magic... ellos son genios. Hay muy pocos tipos así, pero Luka Doncic es uno de ellos», remarcó Doc Rivers. «Tiene una increíble inteligencia como jugador. El cielo es el límite para él», señaló Giannis Antetokounmpo. «Juega con una sabiduría que no había visto antes», confesó Dirk Nowitzki, su predecesor como jugador franquicia en Dallas.

Dirige con la fantasía de Magic Johnson, ejecuta con la letalidad de Larry Bird y tiene una ambición equivalente a la de LeBron James. La evolución de su esguince de tobillo va por buen camino. Sonríen los Mavericks, respira Carlisle y se congratula la NBA. El retorno de Doncic está al caer. En Madrid siempre tuvieron claro que manejaban una maravilla, pero de niño ya sólo le queda la mirada propia de quien en su inocencia no distingue la que acaba de liar.