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Llegaba Gran Canaria al Talamillo con fama demostrada durante la temporada de equipo muy sólido, con un quinteto muy físico y que movía el balón de manera inteligente hasta encontrar el mejor tiro. Y todo eso lo demostraron en su paso por Burgos, ante ... un Servigest que ofreció una gran versión pero no pudo igualar el gran acierto de los canarios, lo que hizo que estos se fueran despegando en el marcador a medida que avanzaba la segunda parte.
Servigest
Fryer (10), Bonner (6), Arredondo (6), Macek (18) y Filipski (27) -cinco inicial- Alvaro (-), Siaurusaitis (-), Abdoul (-), Domingos (-) y Cruz (-).
67
-
80
Gran Canaria
Sánchez (24), Den Orth (16), Vega (4), Twigt (18) y Hollerman (12) –cinco inicial- MacSorley (6), Nortje (-), Hernández (-) y González (-).
Parciales: 16-18; 21-16 (37-34); 16-24 (53-58); 14-22 (67-80).
Árbitros: Hernández, Labajo y Tejido.
Sin embargo, la igualdad fue la tónica dominante en la primera, con ambos equipos rivalizando para ofrecer minutos de un magnífico baloncesto en silla de ruedas. Los canarios demostraban por qué se dice de ellos que son un equipo con múltiples referencias ofensivas, las cuatro primeras canastas fueron de cuatro jugadores distintos, y los burgaleses no se quedaban atrás en intensidad y acierto. De este modo se llegaba al ecuador del primer cuarto, 10 a 12, con Arredondo anotando un tiro exterior poco después para empatar a 14.
Al final de los primeros diez minutos llegaron los canarios por delante, 16 a 18, pero vinieron entonces los mejores momentos locales. Un triple de Filipski colocaba el 25 a 22 en el marcador, y aunque Twigt y Sánchez volvían a poner por delante a los visitantes rápidamente con sendas canastas, los burgaleses se encontraban muy cómodos en la pista y su baloncesto les llevaba a dominar 35 a 30 en el minuto dieciocho, aunque la diferencia se redujo a 37 a 34 al descanso.
Tras el intermedio, y después de unos minutos de tremenda igualdad, 45 a 44 tras una canasta de Macek en el veinticuatro, llegó el primer arreón de los visitantes que les llevó hasta el 47 a 53. A partir de ahí los burgaleses no fueron capaces de igualar el acierto mostrado por Gran Canaria, que movía el balón con mucha inteligencia hasta encontrar el mínimo resquicio en la defensa local. El físico canario era determinante a estas alturas de encuentro, y los burgaleses no lo podían igualar.
Poco a poco Gran Canaria se despegaba en el marcador, y a falta de siete minutos su ventaja superaba por primera vez los diez puntos, 57 a 68. De este modo, la temporada llegaba a su final en el Talamillo con una victoria visitante por 67 a 80.
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