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La selección española sub-19 se proclamó este domingo campeona del mundo de la categoría por segunda vez en la historia. El equipo con jóvenes nacidos en 2004 y 2005 emuló, 24 años después, a los júniors de oro que en 1999 alcanzaron la gloria, ... con la mejor generación que ha dado nunca el baloncesto español. En Lisboa se encumbraron en el Mundial sub-19 Pau Gasol, Navarro, Felipe Reyes, Carlos Cabezas, Berni Rodríguez, Raúl López y compañía. Casi un cuarto de siglo después, en Debrecen, Izan Almansa, Jordi Rodríguez, Baba Miller, Isaac Nogués y Rafa Villar, entre otros grandes talentos de la cantera, repitieron la gesta, ante una selección francesa muy física que sorprendió en semifinales a Estados Unidos y tuvo que rendirse en una emocionate final. Con prórroga incluida, España derrochó carácter, corazón y fe para firmar otra hazaña dorada en un torneo de formación.
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La selección dirigida por Dani Miret estuvo liderada en ataque en la final por Jordi Rodríguez, Villar, Almansa y Miller, aunque también en defensa por Nogués, autor de siete rebotes y seis robos para 18 de valoración. Los mismos que sumó Izan Almansa, merecido MVP del Mundial sub-19 tras ganar el pasado verano los trofeos de mejor jugador del campeonato universal sub-17 (también oro) y del Europeo sub-18 (plata). La reacción tras el descanso de Almansa, nuevo jugador en la G League, liga de desarrollo de la NBA, fue fundamental para que España se vistiese de oro en Hungría, donde pese a no jugar su mejor baloncesto en el partido decisivo sí tiró de casta y sacrificio (hasta 18 robos de balón), pese a su inferioridad en el rebote (29 capturas frente a 54 de un adversario durísimo) y peores porcentajes de tiro que el rival.
España
Villar (17), Garuba (5), Rodríguez (18), Miller (11) y Almansa (14) -quinteto inicial-. De Larrea (2), García (-), Gómez (0), Langarita (0), Moreno (0), Nogués (6) y Oneutu (0).
73
-
69
Francia
Bouzidi (9), Ajinca (21), Risacher (0), Perrin (14) y Sarr (8) -quinteto inicial-. Correa (-), Dzellat-Diakeno (0), Fischer (7), Hoeltzel (-), Le Meut (0), Parmentelot (4) y Penda (6).
Parciales: 19-18, 9-11, 13-14, 22-20 y 10-6.
Árbitros: García (Venezuela), Reneau (EE UU) y Gedvilas (Lituania). Eliminados: Miller y Perrin.
Incidencias: Final del Mundial sub-19, disputada en el Fönix Arena de Debrecen (Hungría).
España no estuvo cómoda en ningún momento hasta que llegó la prórroga, forzada a falta de 18 segundos para el final de los 40 minutos por una canasta de Jordi Rodríguez, uno de los principales artífices de este nuevo hito de la selección sub-19. Tenía perdido el título España, pero fue el colectivo y el incansable esfuerzo defensivo que ha mostrado a un alto nivel en todo campeonato, los que le llevaron a la prórroga y a lo más alto del podio tras muchísimo sufrimiento. Relanzada por esa canasta de Jordi Rodríguez que en principio pareció ser un triple pero se quedó en dos puntos para igualar tan intenso duelo (63-63), frustró España el último ataque de Francia y a partir de ahí se sintió poderosa para llevarse el oro.
Ya no estaba en esa prórroga Zacharie Perrin, que logró 14 puntos y nada menos que 20 rebotes, porque la gran estrella gala fue eliminada por personales y su ausencia abrió también el camino hacia el título. España, que tantísimos tiros libres falló (17 aciertos de 32 desde la línea de personal) y fue superada por Francia en todos los aspectos, salvo en robos y pérdidas, mantuvo sin embargo la cabeza fría en el momento de la verdad. En esa prórroga sí se pareció a la mejor y más sólida España, después de que el adversario, que aspiraba a su primer título mundial sub-19, atascase su ataque con una enorme capacidad atlética. Con tantas dificultades para tener éxito en la ofensiva y también para correr, sin coger rebotes defensivos, el oro se fue forjando a base de defensa, juego coral y presión para desactivar y poner nerviosa a Francia.
Pese a todo el cansancio, después de arrasar en este Mundial, incluso con un histórico 102-20 a Líbano en octavos, a España le tocó ponerse el mono de trabajo para volver a derrotar a Francia en Hungría una semana después de hacerlo en la segunda jornada de la primera fase. Entonces, por 88-69. Este domingo le costó a España muchísimo más, sobre todo, porque fue anulada por un equipo que pese a dejar mejores sensaciones en la primera parte, solo se fue con un punto por delante al descanso (28-29). Ni siquiera cuando España perdía por siete (46-53) a seis minutos del final España se descompuso, porque este ambicioso equipo no solo tiene clase y exhibe entrega, sino que también es muy fuerte de mentalidad.
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