Sonido

Qué es un DAC y por qué lo necesitas

Si alguno pinta canas como yo, quizás se acuerde de la época en que, al elegir los componentes del ordenador, había que tener en cuenta uno que parece haber desaparecido del gran mercado.

Hablo de la tarjeta de sonido, algo que en su momento era indispensable si queríamos disfrutar de audio en el equipo. Se trataba de componentes de tamaño reducido y no muy caros por lo general, siendo los de Sound Blaster los más populares y conocidos casi siempre. Como ocurre ahora con la tarjeta gráfica, dejaban en la parte trasera de la torre los conectores para auriculares o los legendarios altavoces de escritorio amarillentos de entonces.

Hace ya muchos años que han caído en desuso, ya que incluso las placas base más económicas actualmente llevan incorporada su propia tarjeta de sonido o audio, con lo que ya no son necesarias… ¿verdad?

Si has llegado leyendo hasta aquí, probablemente ya supongas lo que te voy a decir: las tarjetas de sonido específicas siguen existiendo y tienen una utilidad que sigue totalmente vigente hoy en día.

Y es que del mismo modo que algunos procesadores incorporan un chip gráfico, pero la potencia de este no puede compararse con el de una tarjeta gráfica dedicada, con las tarjetas de sonido ocurre prácticamente lo mismo.

De hecho, la misma Sound Blaster sigue en el mercado y sus tarjetas de sonido externas, que puedes conectar a tu PC o tu equipo de sonido, dan una calidad de audio de un nivel totalmente distinto.

Es cierto que se trata de un mercado mucho más nicho, y yo mismo, que no conozco tanto de audio como de otros tipos de hardware, no las había probado hasta hace poco. Pero usar una tarjeta de audio dedicada es como pasar a un monitor de mayor resolución y tasa de refresco. ¿Necesario? Desde luego, no. ¿Una mejora tan notable como para no querer volver atrás? Sin duda.

Su funcionamiento es sencillo: basta con conectar la tarjeta al ordenador (o a la consola, al móvil o dispositivo reproductor) y conectar a esta los auriculares o equipo de audio. Sólo con esto, la diferencia en la calidad del sonido ya es apabullante, tanto como para que cualquiera lo note al instante.

Como ocurre en todo tipo de productos, existen tarjetas de todo tipo de gamas, pero he podido hacerme con la Sound Blaster X5, una de gama profesional, y no me arrepiento en absoluto.

Se trata de un dispositivo que parece una radio o equipo de Hi-Fi de los de antes, del tamaño de un router aproximadamente, con reguladores y perillas analógicos que recuerdan a los diseños de hace un par de décadas.

Al tratarse de un equipo de calidad profesional, cuenta con todos los ajustes que cualquier audiófilo podría desear, especialmente si descargamos su aplicación Creative App, que da un sinfín de opciones y ajustes para los más entendidos.

Pero aquí quiero dirigirme al usuario más casual y decirle que no se asuste, porque la aplicación pone al alcance de cualquiera la configuración del dispositivo, con varios modos básicos como música, películas y gaming (con distintos géneros y grandes títulos aquí preparados específicamente).

Esto significa que basta con conectar la X5 y los auriculares a esta y arrancar la app o tocar un par de botones para poner el modo deseado y, sin necesidad de hacer nada más, disfrutar de una claridad y profundidad de audio totalmente diferente.

Tanto si simplemente quieres disfrutar de tu música favorita como si necesitas asegurarte de escuchar a la perfección los pasos de ese enemigo que se te acerca por la espalda a media partida, como conseguir la experiencia más inmersiva en películas o gaming, este es un periférico que no puedo dejar de recomendar después de haberlo probado.

Y aquí incluso los auriculares más del montón se benefician de su uso, pero si cuentas con unos de gama media o más allá, la diferencia es aún más notable, pues la tarjeta externa le saca al hardware hasta la última gota de rendimiento y posibilidades.

Por supuesto, si trabajas con audio, ya sea escuchando, tocando o componiendo, es un componente totalmente indispensable, pero incluso para streamers y editores de video resulta algo vital para conseguir ese punto de calidad profesional.