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Sobre los presurizadores de pelotas se ha hablado largo y tendido, especialmente en el ámbito del pádel, donde es más común su utilización pese a que también funcionan con pelotas de tenis. El objetivo de un presurizador de pelotas no es otro que el de hacer que pelotas que ya no son nuevas lo parezcan durante tanto el máximo tiempo posible.
A simple vista, el presurizador de pelotas no es más que un bote de pelotas común, sólo que algo más grande en la zona de la tapa. Es un dispositivo sencillo, que funciona manteniendo las pelotas a determinada presión mientras no se están usando, preservando así sus propiedades ideales durante más tiempo.
¿Es necesario su uso? Necesario, realmente no. ¿Rentable para jugadores habituales? Desde luego sí. Se trata de dispositivos cuyo precio no es elevado incluso en los de gama alta, por lo que, aunque el precio de las pelotas de pádel y tenis tampoco suele ser excesivo, sí permiten ahorrar regularmente y se acaban rentabilizando. Además, usar menos botes y pelotas resulta también bastante más sostenible desde el punto de vista ecológico, y en estas cosas cada pequeño detalle cuenta.
El uso recomendado para una pelota de pádel es de 4 sesiones. A partir de ahí, sus propiedades de bote ya no son las óptimas: la pelota rebota menos y por tanto es más lenta y requiere de mayor fuerza de golpeo, aumentando también así el riesgo de lesiones. Es cierto que pueden seguir usándose algo más, pero cualquier jugador con un mínimo de experiencia notará la diferencia.
Lo que no todo el mundo sabe es que la pelota empieza a perder presión desde el mismo momento en que se abre el tubo por primera vez, y a partir de ahí no deja de hacerlo se use o no. Es decir, que esos 4 usos recomendados no servirían de nada si entre cada uso pasan una o dos semanas, por ejemplo: enterradas en el fondo de la bolsa de deporte, incluso en su tubo, las pelotas están perdiendo presión de forma continuada.
Aquí es donde entra en juego el presurizador, manteniendo las pelotas conservadas en un ambiente estanco y a una presión concreta para evitar que el deterioro se dé. Evidentemente, los beneficios del presurizador no son ilimitados: las pelotas acabarán cediendo al desgaste igualmente después de cierto número de sesiones, pero se comportarán durante mucho más tiempo como bolas nuevas.
El uso del presurizador es muy sencillo a la práctica. Basta con meter las bolas en el bote, que tendrá habitualmente capacidad para 3 o 4, y poner la tapa, cerrando con firmeza.
Tras esto se usa una bomba manual para aportar la presión necesaria mediante la válvula de inyección hasta el nivel adecuado. El propio presurizador incluye un medidor de presión con dos zonas verdes, siendo la primera para las pelotas de pádel y la segunda para las de tenis. Por seguridad, es importante limitarse a esta y no usar aire a presión de compresores o de cualquier otro tipo.
Una vez alcanzada la presión deseada, las pelotas se mantendrán en condiciones óptimas hasta su siguiente uso. Cuando llegue el momento bastará con abrir la válvula de nuevo y abrir el bote de forma normal.
En este punto, son muchos los aficionados que aconsejan usar el presurizador sólo en casa, y sacar las pelotas de este justo antes de salir a jugar para evitarle al dispositivo golpes, y es que algunos componentes como el manómetro son sensibles a caídas o impactos.
Aquí contamos básicamente con dos grandes opciones. Existen más marcas e incluso presurizadores que funcionan a rosca, sin bomba de presión. Sin embargo, teniendo en cuenta sus precios y prestaciones, lo mejor es acudir a uno de estos:
Cuando se trata de presurizadores de pádel o tenis, el más conocido por todo el mundo es Pascal Box. Se trata del más popular, el de mayor calidad y también el de más alto precio, aunque en este caso eso solo implica que suele encontrarse por poco más de 50€.
Pascal Box incluye todos los componentes necesarios para su uso, es decir el vaso contenedor, la tapa con manómetro y la bomba manual. Los materiales son de primera y eso se nota en la durabilidad del producto, en los acabados y en detalles de calidad como el abrefácil en la tapa, que permite abrirlo con facilidad con la reja de la pista cuando se ha pasado un tiempo cerrado y está duro a causa de la diferencia de presión.
Si ya compraste un Pascal Box o tienes bomba manual en casa y simplemente quieres otro tubo presurizado en que mantener las pelotas en buenas condiciones, Ball Rescuer también es muy popular.
Por muy poco dinero, este sistema de tapa te permite convertir un tubo normal de pelotas en un recipiente presurizado a 30psi. Lo bueno de Ball Rescuer es que permite usar botes de 4 bolas en vez de limitarse a los de 3 y, aunque su versión más barata incluye sólo la tapa presurizadora, es posible comprarlo también con bomba y un pack para engrasar la junta de estanqueidad cuando pierda hermeticidad con el tiempo.
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