Javier Olivares, creador y guionista de 'El Ministerio del Tiempo'.

«Va a ser la temporada más gamberra» de 'El Ministerio del Tiempo'

«Igual que España trata mal a sus héroes, trata mal a su propia cultura», afirma Javier Olivares, guionista de la serie que hoy regresa a TVE con nuevos capítulos

Julián Alía

Madrid

Martes, 5 de mayo 2020, 00:14

Vuelve la patrulla ideada por Javier Olivares (Madrid, 62 años), que, junto a su hermano Pablo, enfermo de ELA y fallecido en 2014, apostó por una mezcla de géneros poco convencionales en España: el de aventuras y el fantástico. Así, 'El Ministerio del Tiempo' llega ... con su cuarta temporada a La 1 de TVE esta noche a las 22.40 horas.

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–Ha creado y participado en muchas series, pero esta tiene algo especial, ¿no?

–Sí, 'El Ministerio del Tiempo' tiene algo especial, sin duda. Yo creo que la idea fue muy arriesgada en su tiempo, y lo sigue siendo. Cuando mi hermano y yo nos metimos en ello, Pablo ya tenía ELA. Por eso tiene siempre algo de homenaje y de recuerdo.

–¿Qué le fascinó de la idea?

–Que siendo una serie compleja, que habla de la historia de España, para un chaval puede ser una de aventuras, pero quien quiera ver más tiene detrás un fondo documental y de riesgo bastante fuerte. Pese a ser una serie de género fantástico, tiene mucha verdad, y habla de nosotros, de los españoles, de cómo fuimos… Y creo que también se echaba de menos una serie de aventuras, que casi no se había hecho nada desde Curro Jiménez.

–¿No teme que se pueda desmadrar demasiado?

–Por mucho que desmadres, y esta temporada va a haber más de uno, porque es la más gamberra, y curiosamente la más sentida, siempre te agarra a la realidad y a no pasarte demasiado la emotividad de los personajes. Hay dos cosas que no puedes cambiar nunca: el recorrido de los personajes y la documentación. Yo puedo ser muy fantasioso cuando cojo un libro, como 'El Anacronópete', pero la historia y los personajes te agarran al suelo.

–¿Eso les lleva a desechar muchas ideas?

–En esta temporada, como en todas, tenemos claro el arranque, la evolución de los personajes, y algunos capítulos. Pero muchos de ellos van cambiando. Muchas veces te pones a desarrollar el capítulo y te das cuenta de que no puedes hablar del general San Martín, que por entonces creo que era teniente, sin mencionar la batalla de Bailén, o sin ese momento tragicómico de la prueba del submarino de Isaac Peral, pero para hacer eso necesitas demasiado. Quizá es porque no somos muy brillantes, pero la mayor parte de las veces tienes los medios que tienes y te tienes que acoplar a ellos. La España musulmana y la España romana son las grandes deudas que tenemos en 'El Ministerio del Tiempo', pero para ello tienes que construir y viajar mucho…

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–'El Anacronópete' es la primera novela que habla de una máquina del tiempo. ¿Por qué es tan desconocida?

–Es una novela anterior a la de Wells y que está escrita en zarzuela. Igual que España trata mal a sus héroes, trata mal a su propia cultura. Otro caso es el de 'Un soldado español de veinte siglos', que también es del XIX, y tampoco es muy conocida. De hecho, yo me la tuve que comprar por Internet, a un anticuario que la tenía, con dedicatoria del propio autor, José Gómez de Arteche. El género fantástico en España es como de segunda categoría y no se ha valorado nunca.

–¿Cuál es su período histórico favorito?

–No me iría muy lejos. Al Madrid de los 80, que lo viví. Fue algo que me gustaría volver a repetir, con esa ilusión y esa pasión por la cultura, pasear por aquellas calles de Madrid y ver a todo al mundo vestido de modas que ya se habían pasado, pero que aquí con la dictadura no se habían podido tener. Parecía un capítulo de 'Star Trek' raro. Yo me quedaba ahí, aunque como ya lo he vivido, tampoco tiene mucho mérito.

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–¿Cómo está pasando estos días?

–Encerrado, obedeciendo lo que me dicen que tengo que hacer, y un poco impactado. Si hace un año le llevas a una productora una idea sobre un virus o una pandemia que obliga a todo el mundo a estar encerrado en sus casas, no te la compra nadie porque creen que eres un imbécil. También te genera un impacto personal ver la cantidad de gente que se ha ido y las condiciones en las que se ha sido. Mi esposa trabaja en un hospital, y es muy triste que se te vaya alguien importante y que no puedas estar a su lado. Y eso hay que multiplicarlo por miles. Estoy esperanzado por luchar y salir adelante, pero se respira tristeza.

–¿Cómo ve a la clase política?

–Da la sensación de que mucha gente no está a la altura de los acontecimientos. No es momento de utilizar lo que está pasando para ningún otro tipo de tema. No es momento ni de decir que el Gobierno tiene que dimitir, ni de celebrar nada, ni el día de la República.

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