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Julián Alía
Madrid
Martes, 21 de abril 2020, 00:52
Muchos aprovechan los días de confinamiento para ponerse al día con lecturas atrasadas o con ese clásico que siempre se les ha resistido, pero Óscar López (Barcelona, 59 años) no. Más que nada, porque es imposible sumarlas a los libros que se ve 'obligado' a ... devorar para 'Página Dos', el programa de La 2 de TVE, que hoy a las 20.00 horas emite el primero de sus tres especiales con motivo del Día del Libro, que tiene lugar este jueves.
–¿Qué tienen preparado?
–La idea es hacer un gran homenaje a los libros. Estas semanas eran las más importantes para la industria, y nos propusieron hacer estos especiales como gran homenaje al libro. Es la manera que tiene La 2 de apoyar al sector en un momento difícil, porque sabemos que muchas librerías han tenido que cerrar. Tenemos muchas entrevistas (Santiago Posteguillo, Marta Sanz o Javier Castillo) y recomendaciones, pero queríamos que fueran programas en positivo. No nos recreamos en el confinamiento. Damos por hecho que estamos confinados hasta cuando nos digan, pero que los libros son una ventana al exterior. También hay reflexiones de autores, en las que han participado Julia Navarro, Fernando Aramburu, o Isabel Allende, desde California. Y hemos recuperado la sección del bloguero irreverente, 'El impostor'.
–¿Le da pena que se hayan cancelado tantos eventos, aunque sea lo que toca al fin y al cabo?
–Con todo el dolor de mi corazón, hay que pensar que esto es un 'impasse'. Serán los meses que sean, pero es preferible que no nos amarguemos más ya, y que vayamos a lo esencial y entendamos qué es lo que toca. Cuanto antes se encauce el tema sanitario, antes podremos hacerlo con el resto de cosas. Si hay que aplazar los eventos, hagámoslo, y dejemos de lamentarnos. Yo creo que ahí es donde todos, y, de una manera especial, el Estado, tenemos que poner de nuestra parte, para que esto no sea una hecatombe. Al mundo del libro le estaba costando remontar la crisis anterior, y justo ahora que lo estaba haciendo, que las editoriales estaban más o menos contentas y que la gente había vuelto a las librerías, les llega este golpe.
–¿Cómo podemos echarles una mano?
–El libro hay que entenderlo como un bien de primera necesidad. Hay que ir a las librerías en cuanto se pueda. No podemos permitir que las librerías cierren y que los escritores pierdan esos libros que tanto tiempo les ha costado escribir. Se pueden comprar en formato digital, en audiolibro… Ya sé que existe la gran plataforma que todo el mundo conoce y que te los puede llevar, pero yo quiero pedirle a la gente que piense en las pequeñas librerías y en las cadenas de libros, porque si no, van a cerrar. Y eso no puede ser. Una ciudad sin libros no es lo mismo.
–¿Reservándolos también?
–Hay muchas fórmulas. Reservar es una buena idea. No va a quedar tanto para que puedan volver a abrir y nos acerquemos con nuestra mascarilla, pero sí es importante que el librero pueda contar con ese dinero, que sepa que ya hay gente ahí. Y eso genera un efecto dominó. Y si no, que nos ayude el Estado también. No sé a quién se lo leí, que decía que nos dieran un vale a todos los ciudadanos, y que lo pudiésemos cambiar por un libro. No quiero parecer frívolo, pero igual que sube el consumo de cerveza, de 'snacks' y de chocolate porque estamos confinados, que suba también el consumo de libros, de cultura, que es importante.
–¿Diría que hay más demanda de contenido literario en estos días?
–Nosotros estamos teniendo una respuesta brutal. Notas que hay muchas ganas de información cultural, al menos en cuanto a los libros. Me he quedado alucinado con la respuesta de la gente. Tengo la sensación de que hay una gran demanda, y que necesitan mucho contenido cultural.
–Y desde el punto de vista de los escritores, ¿cree que muchos se lanzarán a la piscina?
–Yo creo que sí hay gente que se está animando, pero el problema es que no va a haber sitio donde publicar. Estos últimos años, la clase media de la literatura se ha visto afectada. El dinero se reserva para los que venden mucho, y los que vendían unos diez mil ejemplares van a seguir pasándolo mal, porque esto se va a alargar como consecuencia de esta crisis. Y ya desde el punto de vista argumental, seguramente en 2021 veremos muchas novelas donde el tema del coronavirus de una manera u otra va a estar presente.
–¿Le está dando tiempo a ponerse al día con sus lecturas?
–Imposible. Como hemos roto la estructura y tenemos más autores en cada programa, hemos tenido que leer mucho más. Pero bueno, ya es lo habitual. No paro, y como no pierdes tiempo en desplazamientos, todo ese tiempo lo puedes invertir en leer.
–¿Y, aparte, se está leyendo algo por gusto?
–Pues… no (risas). Lo he pensado, pero no he podido. Todo lo que he estado leyendo estos días ha sido en torno a los especiales que estamos preparando. Tengo cosas pendientes y algún clásico, pero estos días no me ha sido posible. También he tenido que aprender a trabajar de esta manera, y con la tecnología digital, que yo era el tipo más analógico del mundo. Y ahora mis hijos alucinan conmigo (risas).
– ¿Qué libros recomienda para estos días?
–De lo último que he leído, 'La forastera', de Olga Merino, que se publicó antes del confinamiento y me gustó mucho. Sería una lástima que pasara desapercibida por culpa de esta situación. Y la trilogía del detective Zarco de Marta Sanz. La acaba de cerrar con 'Pequeñas mujeres rojas', y creo que no lo podía haber hecho de una mejor manera. Tiene un talento literario increíble.
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