Ana Morgade: «Allegado es el que tengo dentro de la barriga»

–¿Hay luz inteligente en este planeta?

–¡Uf, más que muchas personas! Uno se cree que la luz es una cuestión práctica, para no darte con el meñique en un mueble. Y no. Es mucho más. Pero creo que me han elegido para esto porque yo con luz atenuada mejoro mucho. Siempre se me ha dado bien la penumbra.

–O porque está próxima a dar a luz.

–Anda, esa buena. Ahí me has pillado.

–¿El suyo va a ser un alumbramiento inteligente?

–Seguro que sí, con los padres que tiene la niña o el niño... Es que todavía no sabemos muy bien qué es porque nos esquiva en las ecografías.

–Me refería a si va a echar mano de la epidural.

–Ah, yo sí a todo. A toda la tecnología y la ciencia. Estoy completamente a favor del siglo XXI.

–Sube muchas fotos a Instagram sobre fondo de pared alicatada. ¿Se autorretrata en el baño?

–Era un baño pero lo hemos transformado en camerino. ¿Cómo? Poniendo Ana Morgade en la puerta, ja, ja, ja... Subir esas fotos es una manera de ver cómo me estoy poniendo.

–De cara está igual.

–Es que siempre he tenido la cara muy lamida. A mí el sobrepeso me beneficia. Estoy mejor embarazada. Incluso estoy pensando en prorrogarlo. Las hormonas del embarazo son lo mejor que me ha pasado en la vida. Estoy pensando en sintetizarlas en un laboratorio y forrarme. Si yo pudiera vender la sensación de buen humor que tengo todos los días, sería millonaria.

–En el teatro interpreta 'Conductas alteradas'. ¿Es su realidad actual?

–Ahora tengo la conducta alterada pero para bien. Hubo que parar la gira por la pandemia, pero he hecho cosas en 'streaming'. Para un bufón es muy difícil estar en casa sin hacer reír a nadie. A nosotros el aplauso y la risa nos da la vida. Bueno, eso y el sueldo.

–Su bebé es hijo del confinamiento, ¿no?

– Desde luego, a la que haces un poquito de cálculo de fechas, es fácil atar cabos y ver que en casa, durante el confinamiento, yo no me he aburrido.

–Y dice que estar embarazada «es como tener todo el rato una app actualizándose en segundo plano».

–Uy, sí. Una piensa que esto es una cosa gradual, pero no lo es. Un día estás de dos meses y al siguiente parece que estás de seis porque de repente eso mete un estironazo... Hay unas subidas y unas bajadas de energía que hay momentos en los que a mí literalmente se me actualiza Windows.

– Fue una niña indisciplinada, imagino.

– Sí, pero no por voluntad propia. Es que ya desde pequeña me debía a la comedia.

– Por cierto, ¿usted sabe qué es un allegado?

– Claro, el que tengo aquí dentro de la barriga.