El aullido que vale 6,6 millones

Sin embargo, la cadena apostó este lunes por una programación especial para la ansiada cita. En el horario vespertino, a las 20:00 horas, una selección de sus mejores momentos, y ya en 'prime time' (pasadas las 22.30 horas), el capítulo decisivo. La anunciada modificación de la parrilla ya aventuraba lo que podía ocurrir.

Fue en mayo de 2017 cuando 'Los Lobos' aparecieron por primera vez en '¡Boom!', y es que, haciendo honor al nombre del programa que presenta Juanra Bonet, desde que el equipo empezó a participar, las audiencias han subido más de 5 puntos y casi un millón de espectadores, llegando a los 2.206.000 televidentes, que significan un 17,2% de 'share', sin tener en cuenta todavía los registros de hoy. De hecho, gracias a ellos ha sido el concurso más visto en esta temporada por primera vez en su historia, destronando a 'Pasapalabra' que presenta Christian Gálvez.

Ya ha llovido desde que 'Los Lobos' entraron en el Libro Guinness de los récords por sus 300 victorias, con José Pinto todavía en sus filas, y desde este lunes habría que actualizarlo a 505. También podrían aparecer en un segundo epígrafe por la cuantía obtenida, con la que '¡Boom!', que ya ostentaba el título de ser el programa de televisión que había entregado el premio más alto en España -más de 2,3 millones de euros en junio de 2016, conseguidos por los 'Rockcampers'-, ha pulverizado su propio registro, casi triplicándolo.

Tras ganar esa cantidad (a la que habrá que descontar el 'mordisco' de Hacienda, aproximadamente el 47,5%, unos 3,2 millones), los integrantes de 'Los Lobos' contaron sus primeras reflexiones. «Sentí la inmensa satisfacción de haber conseguido el objetivo que nos habíamos planteado como equipo», dijo Manu. «Al principio sentí incredulidad. Inmediatamente después, la certeza de que era nuestro. Me encontré en una nube y experimenté una gran felicidad. Al instante, sentí la necesidad de bajar de esa nube para compartir la inmensa alegría con mis compañeros», apuntó por su parte Alberto. «Fue una mezcla de sorpresa y de emoción intensa. Los espectadores empezaron a gritar y fue como zambullirse en un torbellino de sensaciones. Hasta perdí la orientación de dónde estaba», apostilló Valentín.