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José A. González
Lunes, 7 de junio 2021, 00:12
«He decidido seguir viendo la vida con ojos de niño», asegura el periodista y escritor Javier Sierra (Teruel, 1971), que hoy regresa a Movistar+ con una nueva temporada de 'Otros mundos' en la que indagará en los misterios e incógnitas del Camino de Santiago. ... El estreno será a las 22:00 horas y coincide con el año Xacobeo.
–De Egipto al Camino de Santiago, ¿por qué ha puesto sus ojos en Galicia en esta producción?
–Hay varias razones. La primera es de índole técnica, porque los viajes internacionales estaban muy restringidos y era muy complicado plantear una producción audiovisual importante. Así que decidimos apostar por buscar un entorno español que tuviera la carga de enigmas, de símbolos, de misterio que a mí me interesa. Y ahí, desde luego, estaba el Camino de Santiago. Lo segundo, también por la oportunidad temporal, es año Xacobeo y en mil años nunca ha estado cerrada, nunca ha estado vacía, salvo ahora. Nosotros hemos rodado la serie en plena pandemia, con el camino vacío y esto no había ocurrido en diez siglos. Lo que te vas a encontrar es una serie que ahonda en los secretos del Camino y en su ADN. Me interesa la cicatriz que te deja el Camino de Santiago en el alma.
–Eso tiene que impresionar.
–¡Muchísimo! Poder filmar solos en San Juan de la Peña, en la Catedral de León, o en el propio Obradoiro sin nadie y con una ciudad de Santiago de Compostela en silencio es increíble. Ha dado a esta producción una dimensión absolutamente única.
–¿Hay tantos misterios en el Camino de Santiago?
–Habrá cosas que llamarán la atención. Por un lado, está el Camino y su recorrido. Luego hay una historia argumental que es la de Sor María de Jesús de Ágreda, una monja contemporánea, que escribió un libro revelado llamado 'La mística ciudad de Dios', donde se hablaba de las apariciones de la virgen al apóstol en la Hispania romana. Por último, está la parte que lo hila con el resto de la serie de 'Otros mundos', que es toda la parte biográfica mía. Cómo un niño va creciendo al calor de los misterios y va afinando su visión sobre el mundo en el que vive.
–Me sorprende el símil que hacen de el Camino de Santiago con el Juego de la Oca, ¿qué tiene que ver?
–El Juego de la Oca tiene oficialmente 500 años y es un juego en el que el jugador va superando una serie de pruebas. Bueno, muchas de esas pruebas encajan en su distancia relativa con etapas del Camino de Santiago. O sea, hay puentes, pozos, posadas, en fin, elementos que son gemelos entre el Juego de la Oca y el Camino de Santiago. De ahí, esa comparación.
–Hablaba antes de que esta producción es casi autobiográfica. ¿Cómo surge esa idea?
–Surge de la necesidad de crear un formato televisivo que fuera original dentro de los documentales. En todos los documentales que uno pueda encontrar en cualquier plataforma o en cualquier televisión el espectador se queda deslumbrado ante la magnificencia del misterio. Pero se había dejado de lado el impacto emocional. De repente me di cuenta de que la mejor trama posible para esto era mi vida.
–¿Y qué le diría ese Javier Serra niño al de ahora?
–Le diría que siga siempre el camino que en conciencia cree que debe recorrer, que no se desvíe por los cantos de sirena. Al final hay algo en el fuero interno de los niños que es muy auténtico, que terminamos olvidando por otros intereses y que conviene recuperar si queremos llegar a al Santo Grial de la vida, que es la felicidad.
–¿De donde le viene ese interés por 'lo no normal'?
–Desde niño, soy un niño de provincias que vive en Teruel, rodeado de monumentos históricos y de calles de piedra, que empieza a hacerse preguntas sobre quiénes construyeron aquello y sobre las historias que hay detrás de cada esquina. Y a partir de ahí se desarrolla una curiosidad que mis padres me ayudaron a cultivar y he mantenido viva.
–¿Hay algo que aún le sorprenda?
–Sí, sí. Durante el rodaje quisimos ir a filmar lo que se llama el milagro de la luz en la iglesia de San Juan de Ortega (Burgos). Es algo que sólo ocurre en el equinoccio de primavera. Cuando fuimos a rodar, la Iglesia estaba cerrada por el tema d la covid-19. Nos quedamos sin milagro de la luz, pero descubrimos que en una iglesia cercana en Briviesca (Burgos), se producía el mismo milagro y fuimos el primer equipo de televisión en filmarlo.
–¿De todos los 'Otros mundos' que conoce con cuál se queda?
–Eso es muy difícil de responder. Me quedaría con lo que fascinó a aquel niño de ocho años, que era el misterio de los platillos volantes. Me hizo mirar al cielo. Decidí seguir mirando la vida con esos ojos de niño.
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