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Pueden respirar tranquilos los que nunca han visto 'Juego de Tronos' y que durante mes y medio han tenido que soportar a los fans de esta producción mientras discutíamos, elucubrábamos y celebrábamos cada acontecimiento que se producía en la última temporada. La guardia ha terminado. Una vez procesemos el final dejaremos a la serie tranquila y permitiremos que pase a la historia con todos los honores.
Habrá gustado más o menos el desenlace -ahora vamos con ello- pero nadie duda del interés inusual que se ha despertado en torno a sus capítulos de cierre. Ha provocado debates, ha generado análisis desde puntos de vista bien diversos, ha sido manoseada como metáfora hasta la saciedad, se la han sorteado políticos -aunque luego hayan renegado de ella-, ha soportado todo tipo de comparaciones y ha sido examinada con las lupas más potentes. Pocos títulos aguantan una disección de ese calibre.
Por eso era previsible que su clausura no pasara inadvertida y, por supuesto, no satisficiera a todo el público. Como con 'Juego de Tronos' todo ha sido exagerado, aquí los seguidores decepcionados no se han conformado con expresar sus críticas en corrillos y redes sociales sino que incluso han organizado una petición a través de change.org para que se volviera a rodar la octava temporada. A lo grande. David Benioff y D. B. Weiss, los guionistas de este título de HBO, todavía deben de estar retorciéndose de la risa.
En torno a ellos y a cómo se ha desarrollado el final existen bastantes teorías. Hay quien afirma que el peso de estar al frente de una producción de tal éxito era demasiado para ellos y querían desvincularse cuanto antes de ella. Otros, sin embargo, achacan el hecho de que las últimas temporadas hayan contado con menos capítulos a que tuvieron que elegir, por cuestiones de presupuesto, si primar la espectacularidad o el número de entregas. Sea como sea HBO ha dicho adiós a la gallina de los huevos de oro con la que se topó en 2011 y que aguantó ocho años.
En la madrugada del domingo a lunes se desveló cuál sería el destino de Poniente y qué papel desempeñarían los protagonistas que aún seguían vivos. Si todavía no ha visto este episodio será mejor que no lea más.
Sortear 'espoilers' fue un deporte de alto riesgo el lunes. No había conversación, medio de comunicación o red social en las que no se colase lo sucedido en los Siete Reinos. Tras el polémico quinto episodio, 'Las campanas', en el que Daenerys se dejaba llevar por la ira y destruía Desembarco del Rey, las miradas estaban puestas en ella. Apareció brava ante sus soldados, soltando una arenga para que continuaran alerta ante nuevos peligros y manteniendo la actitud intransigente con la que sorprendió a buena parte de la audiencia hace una semana. «No bajaremos nuestras lanzas hasta haber liberado a todas las personas del mundo, desde Invernalia hasta Dorne, desde Lannisport a Qarth, desde las Islas de Verano al Jade Sea», exclamó para sorpresa de Tyrion, Arya y Jon.
Al final fue este último el que le arrebató la vida (clavándole una daga) tras una conversación en la que se daba cuenta de que no iba a conseguir que cambiase de opinión. Se les rompió el amor sin usarlo demasiado. Lo hizo como lo ha hecho todo Jon en la serie, con escasa energía, con poca sangre, con la desidia con que mueve cada gesto de su cara.
Hasta el dragón que fue después al encuentro de su madre le puso más pasión al asunto. Casi hasta lloró la bestia. De la mano del animal llegó el instante más emocionante del episodio, la destrucción total del Trono de Hierro. Si no era de Khaleesi no sería de nadie. Con el fin de este símbolo omnipresente se acababa una forma de gobernar, de nombrar reyes, de dirigir el destino en los Siete Reinos.
Al resto de capítulo le faltó épica y le sobraron momentos casi cómicos, como esa improvisada reunión de señores (de algunos ni nos acordábamos) de casas nobles en Pozo Dragón para seleccionar al sucesor. Sam propuso que se instaurase la democracia pero Poniente no está aún preparada para tal avance, por lo que se optó por designar a un nuevo rey que no pudiera tener descendencia y que obligase en un futuro a elegir de nuevo por consenso al monarca. Algo es algo.
Las casas de apuestas no fallaron esta vez. Por sorprendente que pareciese el desenlace, no pocos espectadores ya preveían que el que ocupase el Trono de Hierro no iba a ser ni Daenerys ni Jon, sino el más pequeño de los Stark. Bran, a la chita callando -nunca mejor dicho-, ha conseguido ser el elegido para ostentar el poder en los Siete Reinos (los Seis si se descuenta Invernalia). Según la casa de apuestas de Las Vegas, el candidato favorito la semana pasada era Bran. La casa de apuestas Bovada fue por el mismo camino, sobre todo después de la emisión del capítulo cinco. Los acontecimientos relacionados con Daenerys hicieron que muchos apostantes girasen su mirada hacia el muchacho que pasó a tener un 83,3% de posibilidades. Y así fue. Ni las dotes de mando de su hermana Sansa ni la habilidad para combatir de Arya fueron suficientes para alcanzar el cargo.
Y el escogido fue... Bran Stark. Ni la hábil Sansa, ni la aguerrida Arya, ni el sagaz Tyrion, ni el sensato Jon (que hasta hace nada era el dirigente considerado más idóneo). El que se llevó el gato al agua fue ese personaje que decía saberlo todo pero que ha ido soltando la información según le convenía y que lo mismo se plantaba frente a un árbol a pasar la tarde que se metía en la mente de otros personajes para controlar sus acciones. El cambiapieles, el Cuervo de Tres Ojos, acabó nombrado como Bran el Tullido, primero de su nombre, rey de los Ándalos y de los primeros hombres, Señor de los Siete Reinos... Bueno, de Seis, porque su hermana Sansa le pidió la independencia del Norte y se la concedió (sin referéndum ni nada). Mientras, Arya se fue a explorar mundo y Jon regresó al Muro, que por arte de magia se ha vuelto a poner en pie...
Los memes del capítulo no se han hecho esperar: Arya disfrazada de Colón, Jon casándose con Tormund en el Castillo Negro, o Ned y Catelyn Stark en la cama despertando como si todo hubiese sido un sueño... Para más inri se volvió a colar un gazapo, esta vez fue un botellín de agua entre las piernas de Sam. Menuda racha.
Con menos humor han reaccionado algunos diarios estadounidenses. 'USA Today' titulaba su crítica así: 'Un desastre de final que los aficionados no merecían'. Por su parte, 'The New York Times' destacaba las incoherencias de muchas decisiones de los guionistas, como el hecho de que los inmaculados cortasen la garganta a algunos soldados por apoyar a Cersei y dejaran libre a Jon pese a haber asesinado a su reina.
El desenlace ha suspendido en la popular página web Rotten Tomatoes, donde los usuarios puntúan series y películas. En Imdb apenas supera el 5 y se queda muy atrás de los sobresalientes que lograron en sus despedidas títulos como 'Los Soprano', 'A dos metros bajo tierra', 'The Shield' o 'Breaking Bad'.
Estas bajas notas de muchos espectadores parecen coincidir con la opinión de algunos actores protagonistas. «Decepcionante», definió Kit Harrington (que encarna a Jon Nieve). «Cersei se merecía tener un momento más grande o luchar contra alguien», protestaba su intérprete, Lena Headey. Es un clamor generalizado que un personaje como ese debería haber salido por la puerta grande.
Pero no todo fueron protestas. Algún elogio cayó. Era complicado liquidar bien una serie de semejante calado, pese a contar con la ayuda de George R. R. Martin (autor de los libros). Lo que quedaba claro ayer entre los aficionados es que tardaremos en toparnos con un fenómeno similar. «No hay nada más poderoso en el mundo que una buena historia», manifestó Tyrion en su alegato por Bran. En la que ellos han participado ha sido una de las más vistas en televisión.
'Rosseane' Antes de lo de Resines en 'Los Serrano', 'Rosseane' sorprendió a los televidentes con un final, tras diez temporadas, en el que todo había sido un sueño.
'Seinfeld' Otra comedia con un final que no dejó indiferente a nadie. Los cuatro protagonistas de la popular serie son detenidos por no haber ayudado a un hombre gordo en apuros. Finalmente son condenados a cuatro años de cárcel.
'Los Soprano' La familia Soprano cena en un restaurante. Se masca una tragedia que nunca llega. De pronto la pantalla se funde a negro. Los suscriptores de HBO colapsaron la centralita creyendo que habían sufrido una avería, pero no, aquello era el final.
'Perdidos' ¿Estaban muertos o de parranda? A nadie le quedó claro, pero la reunión de todos los habitantes de la isla en una iglesia según iban falleciendo no gustó a casi nadie. Muchas de las incógnitas que planteaba este título quedaron sin resolver.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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