«En España hay una línea roja que no se puede cruzar: la sangre»
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David Beriain - Reportero ·
«Las mafias internacionales hacen buenos negocios aquí», dice el periodista de 'Clandestino' (DMax)Julián Alía
Sábado, 23 de mayo 2020, 00:20
Acostumbrado a investigar y contar lo que ocurre dentro del crimen organizado por todo el mundo, David Beriain (Artajona, Navarra, 43 años) vive 'cautivo' estos días en Madrid. Ya estaba preparando la nueva temporada de 'Clandestino', «un programa que trata de entender a la ... gente que vive al otro lado de la realidad y, muchas veces, de la legalidad», y que vuelve a ser internacional tras su temporada en España, que emite DMax esta noche a las 22:00 horas.
–¿Cómo le ha afectado la situación actual?
–En lo personal, mi pueblo, Artajona, fue uno de los focos principales. Tuvimos un número muy alto de afectados y de fallecidos. Aunque el pasado jueves fue un grandísimo día para mí, porque salió a planta mi tío Ramón después de 55 días en la UCI con coronavirus. Yo estoy en Madrid, encerrado en casa, y tuvimos que parar algunas producciones, como la siguiente temporada de 'Clandestino', porque viajar está complicado.
–¿Cómo será la nueva temporada de 'Clandestino'?
–Vuelve a ser internacional. Estábamos en la investigación previa y preparándonos para viajar a los primeros destinos. Pero hemos tenido que cortarla, porque, si ves el mapa de Exteriores, está todo teñido de rojo, de países que no aceptan españoles ahora, o que están en cuarentena.
–Así que ya tiene ganas de volver a meterse en líos…
–'Clandestino' es mi pasión. Es lo que me mueve y lo que me gusta hacer. Es mi hijo. Tengo ganas y tengo historias aparcadas que me llevan a selvas, a sabanas y a las profundidades del Amazonas que, si normalmente me muero por hacer, después de unos cuantos meses encerrado… más. Estoy como los toros en San Fermín: esperando al 'txupinazo' para salir en estampida. Pero aquí ando, intentando entrenarme mental y físicamente con una bicicleta estática que tenía en casa, y que ahora parece un bien muy escaso y difícil de encontrar.
–¿Le ha recordado esta situación a alguna aventura?
–Sí, a los tres meses que pasé en un hotel de República Dominicana esperando a que unos narcos me llamasen, sin poder hacer nada. Pero, evidentemente, no es ni parecido, porque ahí no estaba el dolor de tanta gente y la angustia. Simplemente, era la ansiedad de si salía o no salía lo que teníamos planeado, y la frustración de la espera. No había 30.000 muertos encima de la mesa.
–¿Por qué decidieron hacer una temporada de 'Clandestino' en España?
–Fue un desafío que nos lanzó Discovery. Llevábamos unos años viajando por el mundo y haciendo ese tipo de historias, y me decían: 'David, ¿y en España qué pasa?', y la respuesta que encontramos es que pasa, y bastante. Quizás, de una manera más sutil, sin que los protagonistas hagan la ostenteción de otras partes del mundo. Pero estamos hablando de la mayor puerta de entrada de cocaína a Europa, del mayor productor de marihuana de Europa, del tercer mercado de prostitución del mundo, solo por detrás de Tailandia y Puerto Rico, y de un lugar en el que se congrega buena parte de las mafias internacionales, que lo ven como un buen sitio para tener sus negocios.
-¿Qué lo diferencia de otras países?
-Lo que hace curioso e interesante el caso de España es que no se genera una violencia en torno al control de esos tráficos, como en otros lugares. España sigue siendo uno de los países más seguros del mundo. Hay violencia relativa al narcotráfico, hay sicariato, pero son casos puntuales, digamos, dentro de la lógica de su negocio, solo como último resorte. La criminalidad ha aprendido que en España hay una línea roja que no pueden cruzar, y es la de la sangre. El Estado combate la ilegalidad diariamente, pero cuando se produce un crimen de sangre se provoca una alarma social que hace que el Estado redoble y concentre sus esfuerzos en eso. Saben que matar no les sale a cuenta. Eso hace que en España se concentre un altísimo grado de actividades ilícitas, pero sin muchas dosis de violencia.
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