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No era David Broncano (Santiago de Compostela, 39 años) un desconocido cuando se puso al frente de 'La resistencia', el programa que conduce en Movistar Plus+ desde febrero de 2018 y que RTVE busca llevar al 'access prime time' de La 1. Para ... entonces el humorista y presentador, criado en la localidad jienense de Orcera, a la que hace referencia en cuanto puede, se había forjado una brillante carrera como monologuista que es la que le ha brindado la soltura y el desparpajo necesarios para llevar las riendas de un programa tan fresco, desenfadado y caótico como 'La resistencia'.
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A Broncano le va la marcha y le puede la curiosidad, prueba de ello es que a su paso por la Complutense cursó estudios de Informática, Publicidad y hasta Física. Aquello no le debía llenar porque abandonó la universidad y se puso a trabajar para varias agencias de comunicación y publicidad hasta que en 2008 Paramount Comedy aceptó un monólogo suyo para el programa 'Nuevos cómicos'. Tenía 20 años. A partir de ahí comenzó a construir su carrera como cómico en torno al 'stand-up' y a su colaboración en diversas secciones de distintos programas de radio y televisión. Del 'Estas no son las noticias', de Cuatro, al 'A vivir que son dos días', de la Ser, en apenas seis años.
En 2015, el mítico 'Hablar por hablar' había perdido fuelle y la Ser buscaba captar a una audiencia más joven, así que reservó una franja de la madrugada a un contenedor llamado 'Oh my LOL!' que cada día entregaba un programa de humor distinto. Entre aquellos formatos estaba 'La vida moderna', en el que David Broncano tomaba las riendas por vez primera como presentador, junto a Héctor de Miguel-Quequé e Ignatius como copresentadores. El espacio, que se mantuvo en activo hasta 2022, fue mutando con el tiempo, tanto en estructura como en secciones, algo que tenía sentido porque pasó de ser un programa semanal a casi diario, aunque los cuatro programas semanales se grababan en dos días. Lo que casi siempre permaneció es el monólogo inicial de Broncano y las secciones de Quequé e Ignatius... y la locura, porque un día salían del estudio y se lanzaban a grabar el programa caminando por la calle; otro se iban a entrevistar al responsable del recinto ferial de Madrid, a quien a menudo llamaban para ver qué se cocía esa semana en Ifema, y otro arrancaban la temporada con un almuerzo en una terraza madrileña con el equipo técnico del programa.
Sí que se perdió una constante de la primera temporada: las entrevistas que el cómico jienense hacía a personalidades del mundo de la cultura, la política y el deporte, unas conversaciones que no distan mucho de las que luego pondría en marcha en 'La resistencia'. Así, en el segundo programa de la primera temporada de 'La vida moderna', charlaba con el poeta y ensayista Luis García Montero en su casa. A aquella conversación, Broncano llevó impresa en papel los títulos de las conferencias que el escritor ya estaba dando cuando el humorista acababa de nacer o su entrada en la Wikipedia como punto de partida para las preguntas, una herramienta que, medio en broma medio en serio, sigue usando a día de hoy. Aquella charla extraña, distendida y desenfadada llevaba a García Montero a contar intimidades que quizá de otra forma no hubieran salido a la luz. Por ejemplo, desvelaba que cuando se va de copas con Joaquín Sabina o Benjamín Prado juegan a hacer sonetos o charlaba largo y tendido sobre su amistad con Rafael Alberti, habitual comensal del Vips de Princesa.
El éxito del formato llevó a El Terrat, la productora de Andreu Buenafuente, adquirida posteriormente por Mediapro, a fijarse en un presentador que, para entonces, había encontrado un estilo propio, con habilidad para moverse con soltura en el aparente caos, y que bajo el disfraz de lo que el mismo llama el 'sudapollismo', conectaba con la chavalada. Su desparpajo, su agilidad mental y sus estupendas dotes como comunicador le llevaron a colabora ren 'Late Motiv', el último 'late night' de Andreu Buenafuente, y a presentar 'LocoMundo', un programa para el extinto canal #0 de Movistar+. En febrero de 2018, el 'pachacho' televisivo dejaba 'LocoMundo' y sus colaboraciones en 'Late Motiv' para presentar su propio 'late night', 'La resistencia', un programa producido también por El Terrat que iba inmediatamente después del espacio de Buenafuente. Movistar+ replicaba así el esquema estadounidense de dar primero un 'late night' más canónico y, posteriormente, un 'late late night' más canalla y gamberro.
A lo largo de estas siete temporadas, 'La resistencia' se ha hecho con un público fiel, fundamentalmente de gente joven, que en las primeras etapas veía los programas en YouTube y que puso el grito en el cielo cuando Movistar Plus+ comenzó a editarlos y a dejarlos a la mínima expresión en el servicio de vídeos de Google en un intento de incentivar las suscripciones en la plataforma. Muchos de estos chavales siguen el programa ahora con las píldoras que el espacio comparte en sus redes sociales.
En todos estos años, el inclasificable espacio, en el que parece que todo es posible -el sofá que hay actualmente en el teatro en el que se graba es, supuestamente, un colchón que le sobraba a Ingrid García-Jonsson de la casa en la que vive en alquiler-, ha ido afilando su estructura, potenciando aquellas secciones que funcionaban bien y suprimiendo las que no calaban tanto en la audiencia. Así, del monólogo inicial en el que Broncano comentaba la actualidad desde el humor -ojo a los chistes del primer programa, que hablaban de La Manada o de los votantes del PP a los que «se la suda todo», que ya eran un indicativo de la comedia más cañera y negra a la que apuntaba el espacio-, se ha pasado en las últimas temporadas a una conversación con el público presente en el teatro donde se graba el programa, algo que suele dejar perlas muy divertidas, pero que puede extrañar a un espectador que en realidad se está perdiendo gran parte del contexto y que no ha visto el preshow anterior a que las cámaras se pongan a grabar.
También algunos de los colaboradores han ido abandonando el espacio, pero la estructura sigue siendo básicamente la misma. Ahí están las intervenciones de Pantomima Full, Yunez Chaib o Jorge Ponce, subdirector del programa, que en una de sus primeras ocurrencias tuvo el valor de presentar '¿Quién prefieres que se muera?', una suerte de concurso donde ponía a competir, figuradamente, a Joaquín Sabina y Alberto Contador para eso, para ver quién prefería el público que se muriera antes. Y, por supuesto, la entrevista, que sigue siendo el núcleo central del programa, siempre a personalidades del mundo de la cultura, la política y el deporte, con especial querencia en este último caso por aquellos atletas de deportes minoritarios. Siempre con el sello personal de David Broncano que lo mismo le pregunta al invitado cuál es su montaña favorita o le pone en una imposible disyuntiva como la que le plantó a Peso Pluma: «¿Qué preferirías: tener ganas de mear todo el rato o que te puedan venir ganas de mear en cualquier momento y hacerlo en diez segundos?». Sin olvidar, las preguntas que hace a todos los invitados: ¿Cuánto dinero tienes en el banco? y ¿Cuántas veces has follado en el último mes?
Todo este ambiente distendido da alas a un público jubiloso, que insulta con cariño al presentador y, a la mínima, corea lemas y cánticos mientras Broncano apoya la fiesta tocando un bombo. Con bajo, teclado, guitarra y un dispositivo para confeccionar bucles sonoros, Ricardo Castella, director del programa, y Marcos Martínez (Grisón) son la banda de un espacio que durante todos estos años ha vivido muy cómodo en Movistar Plus+, sin hacer caso de las audiencias, pero que también parece haberse quedado un poco estancado. Se echa en falta aquella tensión de las primeras temporadas, con un Broncano en estado de alerta constante, que casi siempre lograba extraer oro de conversaciones aparentemente insustanciales. Eso sí, el humor ácido y la capacidad de reírse de uno mismo siguen ahí, prueba de ello son las referencias constantes en los últimos programas a los tres fracasos a la hora de dar luz verde al contrato en el consejo de administración de RTVE -la última vez, Sergio Bezos, responsable del 'preshow' con el que se anima al público antes de que empiece el programa, ya dejó caer que igual en Localia había sitio para todos-.
Fuentes cercanas a las negociaciones de RTVE con El Terrat y Encofrados Encofrasa, la productora de Broncano, Castella y Ponce, aseguraban que el equipo de 'La resistencia' tenía «muchas ganas» de dar el salto a la televisión en abierto, pero también son conscientes del reto que supone entrar a competir en el 'access prime time' contra el todopoderoso 'El hormiguero' de Pablo Motos, de ahí los intentos de blindar el contrato durante varias temporadas. Por un lado, y más allá de si se mantiene el nombre del programa o no, parece lógico que, en su potencial cambio a La 1 de TVE, el espacio modifique algunos de sus contenidos para adaptarse al nuevo horario de emisión y hacer un programa más canónico y reglado. Por el otro, 'La resistencia' ha calado entre la audiencia joven, un público casi de nicho, a través de sus 'reels' en redes sociales como Instagram o TikTok, pero ese público hace años que ha abandonado la televisión, así que aún debe mostrar su buen comportamiento en la televisión en abierto y lineal y ante los medidores de audiencia que son quienes finalmente deciden si algo tiene éxito o no.
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