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El goteo constante de familiares y amigos en los últimos días en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid hacía presagiar lo peor y, finalmente, así ha sido. María Teresa Campos, la reina de las mañanas televisivas durante toda una década, no ha podido ... superar el «cuadro de insuficiencia respiratoria aguda» por el que fue ingresada el pasado domingo y ha fallecido a los 82 años. En un comunicado, emitido por la Fundación Jiménez Díaz a petición de las hijas de la periodista fallecida, el hospital ha lamentado informar de que María Teresa Campos ha fallecido a las 5.25 horas de este martes, rodeada de toda su familia.
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Durante la jornada del lunes, familiares y amigos cercanos acudieron a acompañar en sus últimas horas a Campos y el centro hospitalario informó en un parte médico que su estado había empeorado. A última hora de la tarde, el Padre Ángel, tras visitarla, adelantó a los numerosos medios de comunicación que la periodista estaba en el proceso de irse, rodeada de sus seres queridos. Campos llevaba retirada de la vida pública desde hacía poco más de dos años tras sufrir un deterioro progresivo de su salud.
Nacida en Tetuán, protectorado español de Marruecos, en 1941, con un año su familia se instaló en Málaga. Fue en su universidad donde se licenciaría en Filosofía y Letras y consolidaría un amor por la comunicación que había nacido siendo tan solo una adolescente, cuando ganó un concurso de lectura en Radio Juventud de Málaga y el director de la emisora acabó contratándola. Se atrevía con todo. Lo mismo locutaba publicidad que presentaba magacines con un desparpajo y una naturalidad poco comunes para su corta edad. Su destacada labor la llevó, con los años, a dirigir los informativos de la emisora malagueña, tarea por la que recibió el primero de sus dos Ondas –fue galardonada también con la Antena de Oro, el Micrófono de Oro, la Medalla de Oro de Andalucía, el Premio Clara Campoamor y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo-, antes de dar el salto a otras emisoras como la COPE o RNE. Por eso solía decir que la radio «lo ha sido todo para mí».
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Con su llegada a Madrid, en 1981, se le abrirían las puertas de la televisión, medio en el que alcanzó el éxito y la popularidad. Tras colaborar en programas como 'Esta noche' y conducir espacios como 'Estudio directo' o 'Diario de sesiones', en 1986 y con la puesta en marcha de la televisión matinal, el periodista Jesús Hermida le ofreció la oportunidad de su vida en el programa 'Por la mañana'. La Campos, como popularmente la conocían muchos de sus espectadores y colaboradores más cercanos, conducía secciones, concursos telefónicos, tertulias y hasta daba rienda suelta a su vena artística en los microculebrones que atesoraba el espacio, teatrillos que luego llevaría a sus propios programas con la colaboración de actores como Paco Valladares o presentadoras como Rocío Carrasco. Aquella fructífera relación laboral con Hermida quedó interrumpida en 1989 cuando volvió a la radio como subdirectora del 'Hoy por Hoy' de la Ser. Un año después, la Campos regresaba a La 1 para sustituir a quien había sido su maestro. La 'chica Hermida' se convertía entonces en directora y presentadora de 'Pasa la vida', un magacine que condujo durante cuatro años con gran éxito cuando ya superaba el medio siglo de vida.
Pero fue 'Día a día', el programa matinal que presentó entre 1996 y 2004 en Telecinco, el espacio en el que se encumbró como la reina de las mañanas, una pionera progresista y profundamente feminista, que abriría camino a futuras periodistas. El cambio a Telecinco no fue baladí: el nuevo presidente del Gobierno, José María Aznar, acababa de llegar a la Moncloa y la Campos y su equipo arriesgaron con una tertulia política poco antes de la hora de comer. Un formato ahora extendido pero que hace treinta años suponía una revolución y en el que congregó a opinadores de muy diversas tendencias (de César Vidal a María Antonia Iglesias, entre otros muchos) para organizar un debate en el que la presentadora supo imponer su directriz con mano de hierro para dar o quitar la palabra a unos tertulianos que daban todo tipo de opiniones en política, economía y cualquier suceso social. «¡Eso lo has dicho tú!», solía aclarar cuando alguno de sus contertulios se pasaba de frenada, lo que ocurría a menudo.
Tras casi 2.000 emisiones, la comunicadora daba la sorpresa y fichaba por Antena 3 con un suculento acuerdo que le unía a la cadena hasta 2007, a razón de 6 millones de euros por temporada. Telecinco denunció a la presentadora por incumplimiento de contrato y el entonces consejero delegado de la cadena, Paolo Vasile, llegó a calificar de «atraco» las pretensiones económicas de la presentadora.
La batalla también confirmó el fuerte carácter de la malagueña, que no dudó en llamar «gilipollas» a Vasile, quizá desesperada porque sus proyectos en Antena 3 –'Cada día' y 'Lo que inTeresa– no acababan de despegar en audiencia. Años más tarde, Campos regresaba a la que siempre consideró su casa. Presentó el informativo matinal 'La mirada crítica', un formato que precisamente este mes recupera Telecinco tras el paso de Ana Rosa Quintana, su gran rival, a la tarde la cadena de Fuencarral. El vis a vis entre las dos presentadoras, en 2008, fue éxito de audiencia, una pugna de egos televisivos: «¿Te caigo mal?», le preguntaba Ana Rosa en una entrevista entre ambas. «Algunos tiritos sí me has pegado», le recordaba Campos.
No fue la única estrella de Telecinco con la que tuvo sus más y sus menos. A Jorge Javier Vázquez, que en una ocasión llegó a abandonar el plató enfurecido ante los ataques que le propinaba la Campos como defensora del espectador de 'Sálvame', lo llamó «tonto» y «gilipollas» en una entrevista en el 'Deluxe' en 2020 en la que también le dijo: «Ten cuidado, que te vas por ahí y te va a dar otra vez la cosa», en referencia al ictus que había sufrido el presentador.
Curiosamente, tras su último programa de éxito, '¡Qué tiempo tan feliz!' (2010-2017), un formato vespertino los fines de semana en Telecinco en el que aunaba las entrevistas, los testimonios, el corazón y, sobre todo, la música en directo, una de sus grandes apuestas para la televisión y que tanto defendía frente a otros canales, la propia Campos sufrió un ictus que le afectó a la visión y por el que permaneció ingresada durante ocho días. Solo nueve meses después, la periodista volvía a pasar por el hospital para ser intervenida quirúrgicamente de un cuadro de suboclusión intestinal.
Su salud y su popularidad ya nunca serían las mismas. En consonancia con los últimos tiempos de la cadena, la Campos acabó convirtiendo sus últimos años de vida en un espectáculo, con presencia constante en la prensa del corazón y la grabación de un 'docureality' junto a sus hijas y su entonces pareja, el actor Edmundo Arrocet, a quien estuvo ligada entre 2014 y 2019, año en el que el también humorista cortó la relación con un mensaje de WhatsApp.
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En 2021 regresó brevemente a la actividad profesional con 'La Campos móvil', un formato de entrevistas en un camión que no superó su primera emisión debido a su baja audiencia. Desde entonces, su familia había advertido de la deteriorada situación en la que se encontraba la periodista, que en una de sus últimas apariciones públicas apenas articulaba palabras frente a las preguntas de la prensa.
Deja María Teresa Campos dos hijas, que tuvo con el periodista José María Borrego, que se suicidó tres años después de que ambos separaran sus caminos y la periodista se trasladara a la capital, tres nietos y un bisnieto. Si bien dicen que el gran amor de su vida fue el arquitecto vasco Félix Arechavaleta, con quien compartió doce años de su vida y que murió de un infarto en 2006.
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