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Noche de dobletes. La fiesta del teatro culminó anoche en la XXII (22) edición de los Premios Max que acogiera el teatro Calderón desde una ciudad tan teatral como Valladolid, a lo largo de una gala que dio los reconocimientos a los mejores artistas ... y espectáculos que sobre las tablas han creado cultura escénica a lo largo del último año, tanto a aquellos premiados como a aquellos que pueden ostentar, ya en sus currículos, 'nominados a un premio Max'. Entre los ganadores de la noche cabe destacar los dobletes de 'A.K.A.' y 'Temps salvatge', también los de 'Iphigenia en Vallecas' (al mejor espectáculo revelación y a la actriz María Hervás) además de 'La ternura' (de Teatro de la Ciudad) y el espectáculo de calle 'Flotados', de David Moreno y la vallisoletana Cristina Calleja.
Eva Yerbabuena fue la primera en recoger su galardón por 'Cuentos de azúcar', un premio a la mejor interpretación femenina en danza a la que siguió su partenaire masculino, Daniel Doña, premiado por 'Psique'. La gala, presentada por Fernando Cayo, arrancó con un número musical a base de dulzaina, tras el cual el actor recordó la figura de Agapito Marazuela, compositor y folclorista de referencia segoviano.
Sharon Fridman recogió con «gran ilusión» su premio a la mejor coreografía por 'Erritu', mientras que la compañía Rocío Molina – Danza Molina S.L. se alzó con el reconocimiento al mejor espectáculo de danza por 'Grito pelao'. Daniel J. Meyer fue el siguiente premiado de la noche en la categoría de la mejor autoría revelación, por 'A.K.A. (Also Known As)'. El galardonado leyó una versión contemporánea del 'Primero vinieron…' de Bertolt Brecht, en un alegato a favor de la libertad de expresión en perfecta consonancia con el espíritu reivindicativa de esta XXII edición.
Jordi Prat i Coll, por 'Els jocs florals de Canprosa', llevaba una pertinente camiseta con las palabras 'What da fuck!' (traducido vagamente, '¡Qué leches!'), en visual ejemplo de su sorpresa por alzarse con el premio a la mejor adaptación o versión de obra teatral, y defendió que no se castigara con penas de cárcel por ninguna manifestación artística.
El siguiente premiado, Josep Mª Miró i Coromina ('Temps salvatge'), afirmó mediante palabras escritas en un mensaje de teléfono para disculpar su asistencia que incidía en un teatro que se relacionara con la sociedad. Su galardón arrebató la primera de las posibilidades locales, la de Lucía Miranda, que concurría en esta categoría por la obra 'Fiesta, fiesta, fiesta'. Los últimos premios melódicos, tras interludio a cargo de Amancio Prada, fueron para Silvia Pérez Cruz ('Grito pelao') y el espectáculo 'The opera locos'.
Con la intervención de Ana Graciani, presidenta de la Fundación SGAE, que citó a María Zambrano, se demandó una igualdad real (a partir del premio Ana Diosdado, que distinguirá textos de autoría femenina) y, sobre todo, una gran política cultural que incidiera en la educación y en la implantación del teatro como asignatura curricular, y que apostara por ayudas para el gremio y una mayor visibilización de este arte en general, y la danza en particular.
Tras un par de números de Eliseo Parra, María Hervás recogió su Max por 'Iphigenia en Vallecas' («Actuamos para saber que existimos») y Albert Salazar el correspondiente por 'A.K.A. (Also Known As)'. La mejor dirección de escena recayó en Xavier Albertí por 'Temps salvatge', quien recordó a los políticos que «los verdaderos patriotas son los artistas».
'Dados' de Ventrículo Veloz consiguió que Teloncillo se volviera a quedar a las puertas de la nominación en la categoría espectáculo familiar, mientras que Cristina Calleja y David Moreno sí que lograron que un Max se quedase en Valladolid: no por nada, el del mejor espectáculo de calle ('Flotados'), que se podrá ver en la XX edición del TAC esta semana, de jueves a sábado, a las 22.30 en la plaza San Pablo.
Ana Otero, Óscar de la Fuente y David Ruiz de la M.O.D.A. dieron paso a los premios de diseño: Juanjo Llorens ('El curioso incidente del perro a medianoche'), en iluminación; Curt Allen Wilmer ('Lehman Trilogy'), en espacio escénico, y Deborah Macías ('Comedia aquilana'), en vestuario. El mejor interludio, a cargo de Silvia Pérez Cruz y su versión del 'Gallo negro, gallo rojo', marcó el principio del fin de la gala con el premio del público ('Genovese' de Groc Teatre) y la concesión del Max de Honor, por parte de Pilar Jurado, a Concha Velasco, ante quien se rindió el Calderón al completo en pie y con sonora ovación: «Que me va a dar algo», advirtió. «No es un premio más; es el premio Max, que me ha costado muchos años que me dieran… quizás porque todavía no me lo merecía» dijo«a Teresa de Jesús».
La gala finalizó con los dos premios principales; mejor espectáculo revelación para 'Iphigenia en Vallecas' y mejor espectáculo de teatro para 'La ternura'
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