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¿Bong Joon qué? ¿Una película coreana con subtítulos imponiéndose a Tarantino, Scorsese y '1917? ¿Se han vuelto locos en Hollywood? Aquí van cinco razones que pueden explicar el triunfo histórico de 'Parásitos' en los Oscar, quizá no tan sorprendente como pueda parecer.
En España, ... el séptimo largometraje de Bong Joon-ho se estrenó el pasado 25 de octubre de la mano de la distribuidora independiente La Aventura, que debe felicitarse de haber llevado a los cines de versión original a más de 400.000 espectadores. Su trayectoria internacional empezó nada menos que con la Palma de Oro en Cannes, el galardón de un festival más prestigioso que existe. 'Parásitos' se ha estrenado en más de mil cines en Estados Unidos, donde ha superado los 30 millones de dólares de recaudación (160 millones a nivel mundial). A pesar de no hablar inglés, Bong Joon-hoo ha realizado una campaña sin tregua para promocionar el filme en la carrera de los Oscar. La mujer bajita que subió a recoger la estatuilla a mejor película no es otra que Miky Lee, la principal empresaria del sector del entretenimiento en Corea del Sur, dueña de un imperio valorado en más de 4.000 millones de dólares, una aliada de la compañía Dreamworks de Spielberg que posee salas de cine, produce películas y series y posee estadios donde tocan los grupos de pop coreano o K-pop.
Desde 2009, la Academia de Hollywood elige un número variable de nominadas a mejor película, entre cinco y diez (este año eran nueve). Desde ese año se impuso el llamado voto preferencial, en el que en la categoría a mejor película se trata de buscar el consenso, aunque eso no signifique salga ganadora la cinta más votada. Por ejemplo, a la hora de votar a la mejor actriz está claro que este año Renée Zellweger ha sido la que ha recibido más votos y, en consecuencia, es la ganadora del Oscar. Pero en el premio gordo el funcionamiento es más complejo. Los votos de los filmes que menos gustan no se tiran, sino que se redistribuyen y pasan a contar como primer puesto de las papeletas que se encuentran en segundo lugar. Es decir, si una película arrasa entre los académicos no hay problema. Pero si hay división de opiniones, como ha ocurrido en un año que se presumía un duelo entre Tarantino y Scorsese, puede que un filme que salve la primera votación y tenga mayoría de segundos puestos acabe imponiéndose. Justo lo que le ha ocurrido a 'Parásitos'.
Hace cinco años, la Academia de Hollywood vio la necesidad de salir de las fronteras de Estados Unidos. Desde entonces, 1.500 socios no americanos han pasado a engrosar sus filas, entre ellos, sin ir más lejos, Sergio Pablos, el director de 'Klaus'. Ya lo advirtió Antonio Banderas: «Se están expandiendo porque quieren convertir los Oscar en unos premios mundiales. Eso está pasando a mayor velocidad de lo que la gente se cree». Hace un año, 'Roma' de Alfonso Cuarón ya aspiró al Oscar a mejor película y, aunque no lo ganó, se convirtió en la primera película no hablada en inglés en proporcionarle una estatuilla a su director. Una pista sobre lo que podía pasar anoche lo proporcionaba el Premio del Sindicato de Actores Estadounidense (SAG) a la mejor película para 'Parásitos': por algo el gremio electoral es el más representado en la Academia con 1.324 miembros.
«Cuando yo era joven y estudiaba cine, había un dicho que grabé en lo más profundo de mi corazón que decía: 'Lo más personal es lo más creativo'. Lo dijo Martin Scorsese». Así agradeció su Oscar a mejor director Bong Joon-ho, que logró que el patio de butacas del Teatro Dolby se pusiera en pie para homenajear al autor de 'El irlandés', que con diez nominaciones se fue de vacío. Si 'El irlandés' hubiera estado producida por un estudio tradicional, quizá hoy hablaríamos de su triunfo en los Oscar. Pero ninguna 'major' quiso pagarle a Scorsese su crepuscular retrato de unos gángsters en los que ya no hay ni un ápice de glamour o simpatía. Netflix deberá esperar para conseguir su ansiado Oscar.
Prácticamente todas las películas que aspiraban al Oscar se han visto envueltas en algún tipo de polémica en estos tiempos de corrección política. Tanto 'Erase una vez en… Hollywood' como 'El irlandés' fueron acusadas de machistas por sus retratos femeninos, por no hablar de los comentarios políticos a cuenta de 'Joker', que según algunos analistas estadounidenses casi llamaba a la revolución en la calles. 'Parásitos' cae simpática a todo tipo de espectador, incluso al que jamás visto una cinta coreana. Su sátira no salva ni a los nuevos ricos ni a unos pobres que, como ya mostró Buñuel, no siempre tienen que ser buena gente. Si añadimos que es uno de esas pocas películas en las que no se sabe qué va a suceder en la siguiente escena obtendremos una transgresora fábula para todos los públicos, a pesar de sus excesos gore en la parte final.
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