'La katarsis del tomatazo' hace 24 años. Marcos G.

Una obra de teatro cumple 30 años recibiendo tomatazos del público

Humor y música ·

Desde los años noventa, el espectador hace 'katarsis' al castigar a los actores después de cada 'sketch'. Por allí han pasado Marta Etura, Nathalie Poza, María Botto o Secun de la Rosa

Sábado, 17 de febrero 2024, 00:38

Durante 30 años los actores de una obra de teatro se someten a un referéndum popular después de cada número. Ante la pregunta: «¿aplauso o tomatazo?» puede caer una lluvia de tomates o escucharse el batir de las palmas. O, lo más frecuente, primero el ... castigo y luego la recompensa. El espectáculo se llama 'La katarsis del tomatazo' y sucede todos los sábados en un teatro del barrio Lavapiés, en Madrid, sin interrupción (salvo el confinamiento de 2019). Una quincena de actores y actrices se suceden en 'sketch' y canciones, que pueden versionar, por ejemplo, a Elton John. «¿Qué es la katarsis?», interroga el maestro de ceremonias. «Es como un orgasmo pero políticamente incorrecto».

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Las escenas cortas reciben nombres como 'Oda a la teta', 'Imaginarium' o 'Tienes un mosquito', y tratan de la ansiedad que sufren las operadoras del teléfono de ayuda del Ministerio de la Felicidad, o de las cartas homoeróticas que intercambiaba un legionario con Hitler.

«Nació como un cabaret», explica María Botto, directora artística de 'La katarsis del tomatazo'. «Siempre han sido unidades mínimas dramáticas, y así sigue a día de hoy. Cada época ha cambiado en función de las inquietudes de los actores, y se adapta a lo que sucede a nuestro alrededor. Una catarsis puede empezar de una manera y terminar de otra diferente esa misma temporada. Va creciendo y se transforma. Depende de la gente que componga la obra y de los tiempos que vivimos».

R. C.

El show empieza cuando un espectador cruza el portal que da acceso al patio interior de una corrala restaurada y que esconde un teatro para 120 personas. Las actrices y los actores –que se expondrán luego al escrutinio de un respetable público que, con los tomates en la mano, no siempre es tan respetable– salen de la cantera de la Escuela Cristina Rota.

Por la Sala Mirador han pasado algunos que luego alcanzaron la fama en series y películas, como Marta Etura, Nathalie Poza, Raúl Arévalo, Alberto San Juan, Roberto Álamo o Secun de la Rosa. La huella del kétchup puede ser indeleble. «La influencia que tiene el público en los actores depende de la experiencia que van adquiriendo», reflexiona Botto, que también estuvo tras ese telón. «Es bonito ver los primeros nervios, que no se pueden controlar, y cómo, después de tres años, saben manejar al público».

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Aunque la dinámica ha cambiado en el último año, al sustituir el tomate real por uno de gomaespuma («no lo roben», pide el apuntador), la clave de la «katarsis» sigue siendo la misma, según Botto: lo irónico, lo cómico y el punto irreverente.

Una escena de los noventa, de 'La katarsis del tomatazo' R. C.
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