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Bailarinas del San Francisco Ballet en 'El Lago de los Cisnes'. Lindsey Rallo
«Es triste, pero las opciones profesionales de los bailarines españoles siguen estando fuera»

Tamara Rojo

Directora artística del San Francisco Ballet
«Es triste, pero las opciones profesionales de los bailarines españoles siguen estando fuera»

Tamara Rojo, directora artística del San Francisco Ballet, presenta en el Teatro Real de Madrid 'El lago de los cisnes'

Lunes, 14 de octubre 2024, 09:31

Tamara Rojo (Montreal, 1974), responsable del San Francisco Ballet, retorna mañana al Teatro Real con una nueva versión de 'El lago de los cisnes', la célebre pieza de Tchaikovsky. Es la primera vez que la compañía americana, toda una institución en el mundo de la danza, actúa en Madrid en sus 91 años de historia. El ballet emprende ahora su primera gira internacional desde que Tamara Rojo asumió la dirección del ballet hace dos años. Rojo respeta el legado de su antecesor, Heigl Tomasson, autor de la coreografía y hombre que comandó la dirección artística de la entidad durante 37 años.

Formada con Víctor Ullate y María de Ávila, la bailarina española argumenta que el público tendrá la oportunidad de disfrutar, entre el 15 y el 22 de octubre, de un espectáculo clásico de danza, todos un acontecimiento con el que un elenco experimentado lucirá su maestría técnica y hará alarde de unos hermosos trajes. «Es una versión que aporta continuidad y que es respetuosa con la coreografía original de Marius Petipa. Las emociones y sentimientos humanos, como el amor, la envidia y el poder, son aspectos que hacen que un clásico siga siendo importante. Con todo, no es mi versión, es la adaptación del director anterior; yo llevo solo año y medio al frente del ballet, pero me gusta esta coreografía porque no es sino la versión algo actualizada de la tradición», asegura Rojo.

Las primeras bailarinas, Sasha de Sola, Wona Park, Nikisha Fogo y Jasmine Jimison, darán vida a Odette, mientras el príncipe Siegfried cobrará vida a través de los bailarines Aaron Robison, Wei Wang, Max Cauthorn y Harrison James. «'El lago de los cisnes' es una oportunidad para que los artistas demuestren su bravura técnica y su nivel».

El bailarín Nathaniel Remez, en un momento del ballet. Erik Tomasson. Erik Tomasson

La española que más lejos ha llegado en la danza clásica asegura que no es su prioridad ser absolutamente fiel al original de Petipa, pues ello acarrearía el peligro de hacer una mera copia. «Es imposible saber si lo que hacemos ahora hubiera gustado a Petipa. Además, hemos de asumir con toda honestidad que los artistas de hoy en día tienen una capacidad física y técnica muy superior a los de hace un siglo».

Para Tamara Rojo sigue estando vigente el axioma que dice que para dedicarse a la danza hay que empezar joven, dedicarse a ella en cuerpo y alma y marcharse pronto de España. «Es una realidad que para la mayor parte de los bailarines que estudian en España las opciones profesionales están fuera. Es triste pero es así».

Cuidado del cuerpo

Ahora que está volcada en la dirección, la coreógrafa echa de menos sentirse fuerte y sana, así como cuidar el cuerpo y la alimentación. «Es un privilegio que nuestra carrera sea física. En este momento no tengo tiempo de cuidarme como quisiera. La experiencia de un bailarín es muy parecida a la de un deportista de élite».

Rojo, primera mujer en tomar las riendas de la histórica compañía californiana, no se queja. No es cierto, dice la bailarina, que existan techos de cristal para la mujer en el ámbito del ballet. «No tenemos en cuenta la historia. La primera directora del Ballet Real Británico fue Ninette de Valois y la primera responsable del English National Ballet fue Alicia Markova».

Está persuadida de que cierto grado de audacia es bueno y no teme que se desate la furia de los preservadores de la tradición si alguna vez acomete el empeño de renovar la danza. «No sé si me importa desatar la furia. Nunca he sentido ese miedo. Es importante que haya una conversación profunda sobre qué es la tradición y qué la renovación, debemos hablar sobre qué se debe hacer con el legado clásico. Eso es muy sano. Desde ese punto de vista, por favor que se abran todas las cajas de Pandora».

Pese a la dureza del oficio, la coreógrafa piensa que es crucial que los críos conozcan la danza, una actividad que les va a procurar competencias y destrezas relevantes. «Ahora que hay tanta tecnología que absorbe la mente sin generar ninguna estimulación física es importante que los niños encuentren sus pasiones e intereses en algo que les va a dar capacidad de atención, disciplina, concentración y conocimiento de su propio cuerpo».

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