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Tener pareja y atreverse a hacerlo público es un pecado casi mortal si eres una estrella del k-pop o del espectáculo audiovisual surcoreano. Tanta es la repercusión que provocan las acciones de estos artistas que automáticamente se convierten en los protagonistas de cualquier conversación ... en Corea del Sur. Y, por supuesto, monopolizan las charlas en las redes sociales donde los fans, sobre todo los de las bandas de k-pop, se transmutan en radicales salvajes de un equipo de fútbol.
La última en sufrir las iras de los que dicen ser sus fieles seguidores es Karina, el nombre artístico de Yu Ji-min y cantante de Aespa. Hace unos días se supo que mantenía una relación con el actor Lee Jae-wook. Ella tiene 23; él, 25. Empezaron a salir el año pasado y la noticia de su noviazgo saltó el 27 de febrero. Como curiosidad, ellos se conocieron durante el rodaje de 'Recuerdos de la Alhambra', una serie para Netflix de 2018 que se rodó en parte en Granada.
Desde que se supo el romance, la vida de ella -él ha estado desaparecido- ha sido un calvario porque los seguidores de Aespa se consideran traicionados. Algunos de ellos se presentaron en la sede de la agencia de representación de Yu en una camioneta con un cartel explícito: '¿No es suficiente el amor que te dan tus fans?'. No se quedaron ahí. «¿Por qué decidiste traicionar a los fans? Discúlpate directamente, por favor. De lo contrario verás una disminución en las ventas de álbumes y sillas vacías en tus conciertos», amenazaron si ningún tipo de rubor.
La cantante cedió el miércoles pasado. Subió una foto a Instagram con un texto escrito de su puño y letra. Sus 12,7 millones de seguidores leyeron sus «sinceras disculpas». «Quiero compensar a mis seguidores heridos a partir de ahora. Siempre he sido sincera y todos son realmente valiosos para mí», indicó la cantante en su publicación que provocó división de opiniones. Unos la defendían: «Nadie debería disculparse por salir en 2024» o «¿Disculparse por amar a alguien? No deberías hacerlo». Y otros no se lo perdonaban. «Si de verdad quisiera a su seguidores, no se habría enamorado», decía un usuario de Weibo, la principal red social china. Aespa tiene muchos seguidores en el gigante asiático porque una de sus componentes es de esa nacionalidad.
Las estrellas del k-pop están férreamente controladas, con sus movimientos muy medidos, para evitar romper esa mística que les rodea. A esto se añade unas legiones de seguidores capaces de hacer cualquier cosa por promocionar a sus ídolos, tanto en redes como llegando a pagar anuncios de sus conciertos. Un fenómeno que también se vive en Japón con el j-pop. Una lealtad mal entendida entre cantantes y seguidores que las discográficas temen que se destruya y repercuta negativamente si sale a la luz un romance como el de Yu y Lee.
Hasta hace casi una década, las empresas impedían incluso a sus artistas tener citas o teléfono móvil personal, unas prácticas que se han ido suavizando con el paso de los años.
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