Es tan transparente que hasta sus padres tuvieron que frenarla cuando intentó explicarles su primera noche de amor... Ahora, a sus casi 47, Laura Pausini está desatada con la nominación a los Oscar por 'Yo sí', canción de la película 'La vida por delante', protagonizada ... por Sofía Loren. «Sofía nos ha enseñado a las mujeres a tener carácter. Es una luz».
– ¿Ya ha dejado de llorar?
– Sí, me pasé tres días llorando de alegría y tomando píldoras para dormir, algo a lo que no estoy acostumbrada. Es que esto es demasiado grande para mí.
– Poco ego le veo...
– Soy una chica de un pueblo de 3.000 habitantes donde no había ni cine. A los 18, cuando gané San Remo, empecé a viajar, pero siempre con mi padre.
– Y mire dónde ha llegado. ¿Por qué no se lo acaba de creer?
– No sé, será mi carácter o cómo me han educado. El hecho de no tener ego me genera ansiedad a la hora de recibir premios.
– No tiene aspecto de insegura.
– Eso es porque en el escenario no tengo miedo de nada ni de nadie. Pero luego en la vida no me veo a la altura de todo lo que me rodea. Solo si trabajo mucho me quedo tranquila.
– ¿Demasiado responsable, quizás?
– Sí, tanto que por esa razón he tenido que ir al psicólogo. Al día siguiente de estar nominada llamé a mi psicóloga y le dije: «¿Qué coño hago yo ahora?».
– ¿Y ella qué respondió?
–Bueno, como ya me conoce, me reforzó. Yo amo hablar. Necesito contarlo todo. Desde pequeña, nunca quise secretos. Mis padres a veces me decían que no se lo contara todo. Es que hasta la primera vez que hice el amor se lo tuve que decir... Cuento todo y a veces causo situaciones embarazosas.
– ¿Ha soñado con el momento de recoger el Oscar?
– No. Y mejor, porque con mi primer Grammy me caí cuando me lo dijeron. Quería atender a todos y, como hablo tanto, no entré a tiempo al teatro. Ahora con la nominación al Oscar sentí debilidad en los brazos, no podía levantarlos. Pero me he dicho: «No voy a ganar». Así no sufro.
El chico que la inspiró
– ¿Se ha acordado estos días de su infancia, cuando escribió su primera canción?
– Ja, ja, ja... Horrorosa canción. Tenía 12 años y se llamaba 'Déjame dormir'. Se la dediqué a Marco, igual que la canción con la que gané San Remo. Ese chico me ha inspirado siempre. Les debo mucho a sus cuernos y a su traición.
– Vaya, ¿y qué ha sido de él?
– Ahora somos amigos. Me encanta porque él sigue diciendo que no me traicionó, je, je... ¿Cómo que no? Ese dolor lo recuerdas siempre.
– ¿Su hija, de ocho años, también compone?
–No, pero escribe muchas historias, dibuja, baila... Es muy fantasiosa. En ella domina la parte artística. Y eso es muy bueno en tiempos como estos.
– ¿Qué es lo que lleva peor?
– La desprotección. Desde que nací nunca me había sentido tan desprotegida. He perdido confianza en las personas que nos gobiernan. Siento que no nos están contando toda la verdad. '¡Porca vacca!' Estoy ahora en Roma, en la misma ventana en la que empecé a mirar afuera en febrero de 2020 y veo la misma cosa que hace un año. Veo la soledad. Y eso no está bien.
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