No dejan ninguna pregunta sin responder. Comienza uno y continúa el otro, con sincronización, sin pisarse y complementándose. Casi como lo han hecho desde que se conocieron con tres años. Así hasta que lo que antes era un perfil de Spotify compartido entre dos amigos ... ahora es una banda. Detrás de Besmaya están Javi Ojan y Javi Echávarri, de Barcelona y San Sebastián. Ahora publican 'Nuevos lemas', su primer disco, aunque llevan desde 2020 lanzando pequeñas dosis de ese «buen rollo» y «energía» que transmiten sus canciones.
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Dios, irse de fiesta o un amor no correspondido. No tienen etiquetas a sus propuestas de «pop distendido» que el público ha acogido de manera «muy positiva» en su primera semana de vida. Aunque no se olvidan de otros temas que ya tenían publicados. 'Gas', que habla de cómo el ritmo de la vida moderna come o 'Cuerda auxiliar', una canción que podría entenderse con claras referencias a Dios pero que, defienden, no tiene un significado cerrado sino que va «de lo que tú quieras que vaya». Aunque la carta de presentación para esta nueva etapa la tienen muy clara. Lo dicen abiertamente en la primera estrofa de 'Nuevos lemas', la primera canción del disco homónimo, y lo ratifican cuando les preguntamos por su divisa: «Tengo un lema para tatuarme en la frente: haz lo que tú quieras, siempre y 'fuck' la gente». Es decirle a la gente que haga «lo que más le emocione, lo que más le guste. Porque es muy fácil condicionarte cuando alguien te está examinando».
Y aunque reconocen que el disco era algo que les daba «mucho respeto» por ser una «propuesta artística fuerte», a tenor de la primera semana se sienten «muy contentos». La crítica que reciben, aseguran estos dos amigos, es muy positiva. Todo a pesar de incluir en la producción algo no muy habitual dentro de una industria con una oferta muy variada y en un mundo en el que el usuario elige las canciones y crea su propia playlist.
Con Besmaya esto es diferente. Sus canciones están relacionadas unas con otras, es decir, una empieza con el final de la anterior. «¿Si te puedes hacer una playlist con tus canciones favoritas, qué motivos tienes para escuchar un álbum entero?», lanzan al aire al justificar el hilo de conexión entre los temas. Una «frikada» -ríen- que les apetecía hacer y que, aseguran, ha comprado mucha gente. «Creo que el público ha entendido la intención con la que hemos hecho el disco y el cariño que hemos puesto para que, en global, tenga sentido».
Pero si hay una palabra que les describe es «distendido», creen. Y es que se sienten «afortunados» de poder haber lanzado un disco que «transmite» la cercanía que tienen entre los dos pero que, aseguran, envuelven al público de sus conciertos. «Nos miramos tocando y esa misma mirada es con la que nos dirigimos a la peña, por lo que es como un grupo de amigos en el que el público también entra», aseguran los Javis de la música que ven que el hecho de tener tanta complicidad y conocerse tanto es «una ayuda en vez de una dificultad» a la hora de trabajar en una industria como la musical en la que «el hueco te lo hace el público».
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Eso sí, tienen muy claro que es fundamental sentirse «muy cómodo con lo que estás defendiendo». Y ellos sienten que lo han conseguido con un trabajo que, desvelan, no está grabado en su totalidad en un estudio. «Hay cosas grabadas en una casa, pero preferimos perder un poco de profesionalidad en la grabación y sentirnos más a gusto a la hora de trabajar», afirman quienes ven que de un tiempo a esta parte están saliendo en España «proyectos musicales con una fuerza increíble que están rompiendo muchas barreras» después de un tiempo en el que todo el mundo, continúan, «quería copiar» la música extranjera. «Muchas veces los españoles tenemos un complejo de inferioridad del que ahora nos hemos desacomplejado y han salido artistas que han reivindicado lo nacional, con toda la fuerza y toda la tradición que tiene la cultura occidental e hispana».
A pesar de la defensa de la industria musical española y los artistas que hay aquí pero que no se encuentran fuera, ni Ojan ni Echávarri se mojan entre festivales o grandes conciertos. Y es que ven que son experiencias distintas, «un festival es como salir de fiesta a una discoteca con tus colegas y tienes que ser súper extrovertido. Y un concierto es como una cena con tus amigos, una cosa como más íntima. Los dos son planazos, pero son distintos».
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«La culpa de esta movida es de Cupido y Alizz», reconoce Javi Ojan mientras Echávarri asiente convencido. Su música fue la que les hizo volver a «conectar con la música en español de una forma que nunca nos habían hecho conectar otros artistas». Les gustaría colaborar con ellos, se lo han dicho alguna vez, pero «tiempo al tiempo, las cosas pasan cuando tienen que pasar».
Con quien sí que han colaborado ha sido con Sidonie. El pasado mes de febrero publicaron 'Instante' juntos, un pequeño adelanto de lo que sería el nuevo disco. «Nos hicieron ver que te puedes no desenamorar nunca de la música. Ellos estaban emocionados por su gira, por las canciones que sacaban, por su disco y también vimos que llevaban 25 años con el proyecto y seguían siendo súper amigos. Y eso fue como una lección de vida bastante importante», afirman.
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Sea como fuere, lo que sí tienen claro es su objetivo en la música. Y así se lo dicen al público. «Si quieres algo tierno y canalla, escucha a los Besmaya».
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