Un momento del ballet 'La bayadera'. Jack Devant

El Teatro Real estrena el clásico 'La bayadera', de la mano del Ballet de la Ópera de Múnich

El coliseo madrileño ofrece cinco funciones de esta obra, que recupera la versión que Patrice Bart hizo en 1998

Miércoles, 29 de mayo 2024, 18:09

'La bayadera', ballet estrenado por el coreógrafo Marius Petipa en 1877, tiene todos los ingredientes del repertorio clásico. La pieza habla de traición, pasión, amor, poder, diferencias entre clases sociales y venganza. El Teatro Real ofrece, a partir de mañana y hasta el domingo, cinco funciones de este ballet, que aunque conocido y popular, no se puede ver tan fácilmente. La obra, interpretada por el Ballet de la Ópera de Múnich (Bayerisches Staatsballett), recupera la versión que preparó en 1998 Patrice Bart, quien acometió una exhaustiva investigación, no exenta de dificultades, para acceder a las fuentes originales. De este modo, pudo reconstruir el acto final y completar las partes que faltaban en la música y la coreografía.

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Para el director artístico de la compañía, Laurent Hilaire, la versión de Patrice Bart «es rica y compleja», más incluso que la que pergeñó Rudolf Nuréyev. Frente al eterno debate sobre si los coreógrafos deben preservar la puesta en escena y la ejecución tal y como se concibieron en su día, Laurent Hilaire fue claro y abogó por la renovación. «Los ballets deben evolucionar. Las versiones antiguas son un poco estáticas. El repertorio debe nutrirse y renovarse porque es importante cuidar la conexión con el público, en especial con los más jóvenes», aseguró Hilaire, quien destacó que los bailarines son también actores, dimensión que no se debe descuidar

'La bayadera', cuyo nombre está indisolublemente unido a los ballets de Chaikovski como 'La bella durmiente', 'El lago de los cisnes' y 'El cascanueces', transcurre en una India imaginaria, más exótica que real, que conserva algunos resabios coloniales. No faltan voces que abominan de la pieza por difundir una imagen estereotipada de la India y de sus prácticas religiosas y culturales. No en balde, en la India antigua no había bailarinas de los templos o bayaderas.

«No veo un intento de atacar la identidad de la India. En ningún momento hacemos una caricatura. Es preciso tener en cuenta el contexto de la época. El creador tiene derecho a abordar todo tipo de temas siempre que lo haga con respeto», sentenció Hilaire.

«No hay un ataque la identidad de la India. En ningún momento hacemos una caricatura», dice el director del ballet

 

 

Bianca Teixeira, una de las bailarinas que da vida a Gamzati, la hija del rajá, reconoce que la coreografía es exigente y demanda de cada intérprete «un estado mental de concentración, casi de meditación», con el fin de que las 24 sombras que bailan en el escenario respiren de manera acompasada, lo que obliga a ir más allá de la perfección técnica. «El de Gamzati es uno de mis roles favoritos. Supone un cambio en mi carrera», aduce Teixeira.

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El coliseo madrileño culmina con este título, que hubo de ser retrasado por la pandemia de covid, su actual temporada de danza. La compañía abrió la temporada 1999/2000 con un programa que incluía 'Giselle', en las primeras representaciones, y 'Onegin', en las últimas.

La versión exuda un aroma a cuento de hadas y es tributaria de la fascinación por las narraciones exóticas propias del siglo XIX. Cuenta con dos actos y seis escenas, en las que el responsable del montaje ha procurado conferir a los personajes una impronta humana.

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La creación de la escenografía y del vestuario son obra del diseñador japonés Tomio Mohri, que exhibe un singular talento para trabajar con elementos muy visuales, al tiempo que muestra su predilección por los gráficos del arte japonés en varias escenas, como en el famoso 'Acto de sombras' o en el desfile de la fiesta de compromiso. Todo ello queda resaltado por la delicada iluminación de Maurizio Montobbio.

Tópicos

La historia, inspirada en los dramas 'Sakúntalâ' y 'La carretilla de arcilla', del poeta hindú Kalidasa, se desarrolla en una India preñada de tópicos y estereotipos occidentales, cuya identidad geográfica no está definida con precisión. Presenta un drama que gira en torno a la bailarina del templo, Nikiya; su rival, Gamzati, hija del rajá, y Solor, noble guerrero que es amado por ambas mujeres.

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Se alternarán en la interpretación de los papeles protagonistas Madison Young , Lauretta Summerscales y Ksenia Shevtsova como Nikiya; Osiel Gouneo, Jinhao Zhang y Julian MacKay en el papel del guerrero Solor, y Maria Baranova, Bianca Teixeira y Carollina Bastos encarnarán a Gamzatti. El rol de Ídolo dorado recaerá en António Casalinho, Shale Wagman y Ariel Merkuri.

Las funciones en el Teatro Real contarán con la participación de la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la dirección de Kevin Rhodes, para interpretar la partitura de Ludwig Minkus compositor de conocidos ballets como 'Paquita' y 'Don Quijote', entre otros.

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