Y ahí estaban, sin camiseta de tirantes, los 'héroes del sábado' a la orilla del río Vena y en la puerta de la vinoteca El Lagar para presentar su vino 'Vasos vacíos'. Ese que conmemora los diez años de carrera de La M.O.D. ... A. y que saldrá este miércoles a la venta, justo antes de arrancar los ocho conciertos que ofrecerán entre este jueves y el domingo en el Fórum Evolución de Burgos. Saben de las dificultades que ofrece la pandemia para subirse a un escenario, pero prefieren disfrutar, vivir y torear esta crisis. «Es momento de vaciar vasos».
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-¿Por qué un vino para festejar la década?
-Cumplimos diez años y nos apetece celebrarlo. Es un homenaje para nosotros, lo primero. Nos gusta el vino y las cosas que se hacen en nuestra tierra. Queremos colaborar con gente que nos atrae, con personas que nos gusta cómo hacen las cosas y cómo llevan su oficio y que transmiten los valores de la pasión y honestidad. Conocimos hace tiempo Bodega Balbás. De esa relación surgió la idea de conmemorar los 10 años con una botella de vino. Además, el diseño lo ha hecho Jose Houdine, que también ha llevado el arte de nuestro último disco, y la impresión y acabado, ha corrido por parte de Bacigalupe (Pradoluengo). Se va a poder comprar 'on line' en nuestra web y el único lugar físico es El Lagar. Es un proyecto totalmente burgalés.
-¿Es buen momento para llenar los vasos vacíos?
Es buen momento para vaciarlos.
-¿Qué análisis hacen de estos diez años?
-Llegamos a los 10 años y la clave es que sigamos sacando cosas nuevas, además de encontrar nuevas maneras de hacer canciones. Nos gustaría seguir otros diez años o más sacando nuevos discos, seguir juntos, en directo... Así queremos seguir. No tenemos más misterio.
-¿Ahora mismo cómo se sienten? ¿Crianza, reserva o gran reserva?
-Nos sentimos jóvenes. Esa es la palabra, ya cuando llevemos 80 años entraremos en la denominación reserva. Pero eso suena a Rolling Stone, ahora, simplemente, nos sentimos jóvenes. Seguimos sacando discos y estamos activos.
-¿Qué se siente al agotar entradas en vuestra ciudad en este año tan raro?
-Es un éxito que podamos tocar. Cualquier concierto que podamos anunciar es una alegría inmensa. Andamos con pies de plomo porque no sabemos qué va a pasar la próxima semana. Poder tocar delante de nuestra gente, tras venir de ocho conciertos en Madrid, es gratificante por volver a encontrarnos con el público de nuestra ciudad, que al final son muchas caras conocidas. Tenemos ganas de enseñar nuestro disco. Después de diez años, que la gente nos siga queriendo, nos agrada. En esta gira se están vendiendo más entradas en comparación de lo que habíamos vendido nunca. En Murcia, Alicante, Cádiz... estamos flipando. Se siente agradecimiento.
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-Y todo esto en un año pandémico...
-Tenemos muchas ganas de disfrutar. Echábamos de menos salir al escenario en este año y medio. Ahora tenemos la experiencia de los ocho conciertos de Madrid y está siendo muy emocionante reencontrarnos con la gente. Había ganas de juntarse y sentir que no estamos solos.
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-¿El concierto de Love of Lesbian de Barcelona marca el camino para la cultura?
-Se han visto muchos ejemplos. El de Love of Lesbian a lo mejor se aleja un poco de la practicidad. Los profesionales del sector que han promovido esa iniciativa aseguraban que era un experimento y explicaban que hacer los test a estos precios lo hace muy inviable. Aun así, son movimientos para demostrar que se puede hacer cultura segura y que se puede seguir trabajando. Ese concierto es un ejemplo de los muchos que hay. Desde el verano pasado, toda la gente que trabaja en este sector y que lo está pasando mal ha demostrado que han sabido estar en los momentos complicados. Ahora deseamos que no nos lo pongan difícil.
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«Es un añada 2019 y está elaborada con vino tempranillo. Ha pasado cinco meses por barrica de roble americano y representa la ganas de salir adelante. Representa la juventud de La M.O.D.A., mezclado con la potencia que tiene y ese toque de madera que te hace tener algo de experiencia», describe Iker Andrés, de la Bodega Balbás.
El grupo burgalés, la bodega y la vinoteca El Lagar, el único sitio donde se puede adquirir el vino de forma física, se han unido en un proyecto que mezcla «vino y música». «El vino pone la estructura y la potencia, y La M.O.D.A. pone la poesía y la música, por lo que el maridaje es fenomenal», destaca Paco Berciano, de El Lagar.
-En esa dificultad se asoma otro verano sin festivales...
-No todo son los festivales. Hay ciclos, teatros, festivales que se están reconviertiendo y otros eventos que no tienen que ser como los hemos conocido. Poco a poco se está buscando que la cultura sea segura. Es importante no tropezar en el camino, pero las cosas se están haciendo bien para seguir trabajando.
-El público no se puede juntar en un concierto. ¿Cómo lo hacéis vosotros en el escenario?
-Sí que impacta, con todas las restricciones numéricas, ver a una banda de siete. Intentamos ser lo más responsables posibles y cuidarnos, porque hay mucho en juego. Cada concierto es un triunfo y nosotros tenemos que dar ejemplo. Es importante cuidarnos, por nuestro equipo y familias.
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