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En la presunta cima de desarrollo humano y la tecnificación «el 'Homo sapiens' se comporta como el 'Homo necius'». Así lo cree el escritor 'leonés' José María Merino (La Coruña, 1941), convencido de que «el 'sapiens' ha fracasado». Un fracaso que se evidencia en las ... amenazas a un planeta que hemos puesto al límite. Y de eso hablan muchos de los 50 relatos que Merino reúne en 'Noticias del Antropoceno' (Alfaguara), la vuelta al cuento de un narrador y académico que se confiesa «desazonado» ante lo que nos viene encima.
«El Antropoceno, esta era geológica bautizada así por el Nobel de Química Paul Crutzen, es cada día más terrible: el cambio climático y el calentamiento, la invasión de plásticos e insecticidas, la ganadería masiva, la sobrepesca y la contaminación extrema son obra nuestra», enumera Merino. «Antes los cambios se daban por elementos ajenos y ahora los provocamos nosotros. El futuro es oscuro y peligroso», diagnostica el escritor.
«Si en el 2050 tenemos cuatro grados más, como parece que será, con los polos derritiéndose, los océanos subiendo y el planeta desertizándose, se acabó. Supondrá el fracaso del 'Homo sapiens', que ha creído ser como Dios y tiene una enorme soberbia». «Somos primates avariciosos. Esa avaricia que tanto nos daña está en nosotros y es quizá el origen de todos nuestros males. No somos generosos», lamenta Merino.
Recurre a la sátira, a lo onírico o a la fantasía para dar «terribles noticias del Antropoceno» en forma de cuentos que predicen ese futuro aterrador. «No sé si es un libro apocalíptico o no, pero está claro es que no parecemos conscientes de lo que estamos haciendo. Es como si el planeta se jubilara: no hay una conciencia planetaria del grave momento geológico e histórico que vivimos más allá de algunas organizaciones medioambientales. Y eso es dramático», insiste este maestro del relato, ganador de los premios Nacional y el de la Crítica, entre otros muchos.
En estas 50 historias hay sueños, distopías, fantasía y mucho humor: unos Adán y Eva de hoy que viven sobre un nuevo continente de plástico; un joven escritor que trata de relatar el fin del mundo rural; un hombre que bucea en el océano para alejarse de las atrocidades de la superficie o un Papa que sueña con la dimisión del Altísimo. «No sé si nos iría mejor si Dios dimitiera, pero está claro que debe estar muy harto de cómo estamos llevando las cosas», ironiza Merino.
«Cuando ha predominado el negacionismo del cambio climático se necesita una literatura comprometida, que dé la alarma, sirva de conciencia colectiva y evidencie qué estamos haciendo», dice el escritor, que percibe cambios sutiles en su entorno más inmediato. «No veo golondrinas y están desapareciendo las abejas. Son señas de un cambio profundo, rotundo y peligroso», reitera.
Los personajes de sus cuentos escuchan entre sorprendidos y melancólicos «los mensajes que grita la Tierra y que nos dicen que nos encontramos ante una nueva era de transformación por la acción humana y el cambio en la relación entre personas propiciado por los avances tecnológicos». «Que hay un mundo nuevo en construcción en un planeta en destrucción», resume.
Opina Merino que tan frágiles como el planeta amenazado por el hombre son las democracias que nos parecían tan asentadas. «Son tan vulnerables como los ecosistemas. Acabamos de verlo en Estados Unidos. En España nos costó muchísimo tener una Constitución, tras cuatro fallidas y un siglo terrible de guerras civiles, pero seguimos a la greña. En vez de tener adversarios tenemos enemigos. Aprendemos poco y mal», lamenta. Cree,_además, que «derivamos hacia un neofeudalismo» y que «nos amenaza el imperio de la falsa verdad». «Eso que se llama posverdad danza por ahí y es terrible; he visto fotos obscenas de la mujer de Obama y con los medios de manipulación de imágenes y sonidos es imposible saber lo que es verdad o una manipulación», lamenta Merino, que dedica uno de sus cuentos a la manipulación de las voces.
A pesar de tanta amenaza, se muestra optimista y no cree que «todo se vaya a ir a al mierda», como vaticina uno de sus personajes. «Quiero creer en el ser humano. Al ver un cuadro del Bosco, al leer el Quijote, un poema de Lorca o de Whitman, quiero creer en la humanidad. Pero la realidad me lo pone muy difícil. No veo que estemos mejor tras un terrible siglo XX con dos guerras mundiales y millones de muertos». Todos los cuentos, salvo uno –'Virología'– fueron escritos antes de una pandemia, «que nos demuestra que las pestes siguen ahí, como en la Edad Media». «Ojalá ocurra como entonces, en los siglos XIII y XIV, de los que acabó naciendo el Renacimiento. A lo mejor de esta terrible pandemia viene algo positivo».
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