La Feria del Libro se reinventa para celebrarse en Burgos a pesar de la pandemia

Con mucho esfuerzo, adaptándose a las medidas sanitarias y de seguridad y conviviendo con lo imprevisible que es esta enfermedad, ha establecido del 20 al 29 de noviembre el festín del libro en Burgos. Durante estos días se celebrará la 44 edición de la Feria del Libro en el monasterio de San Juan de la capital burgalesa, en lugar del habitual paseo del Espolón.

Las circunstancias cambian constantemente pero Álvaro Manso, presidente de la Asociación Provincial de Libreros, asegura que las fechas están cerradas. Por el momento, hay diez librerías de la capital burgalesa que han confirmado su asistencia a la feria. Además cuentan con colaboradores habituales como la Diputación de Burgos, la Fundación Fernán González, la Universidad de Burgos, el Instituto Municipal de Cultura o el Ministerio de Defensa.

Como confirma Manso, algunas cosas cambiarán en la feria, pero lo importante es que hay feria del libro. «Sabemos que no será igual pero no queremos perder la feria», reconoce, «la pandemia nos lo pone difícil pero hay que seguir haciendo todo lo posible cumpliendo con las medidas de prevención». La Asociación Provincial de Libreros no quiere un año sin feria y los burgaleses tampoco. En un momento en el que volvemos a estar más recluidos, en el que se limita nuestra vida social, un acto que nos saque de la rutina y nos ofrezca la posibilidad de otras realidades, nuevos conocimientos, se agradece.

Confirma Manso que esta feria también responde a una «obligación» con los clientes, «somos un sector que ha estado dos meses sin ningún tipo de facturación y cuando volvimos ahí estaban los clientes, esperándonos, y han respondido bien, gracias a ellos hemos tenido una buena vuelta. Además, que hemos tenido una gran oferta por todos esos títulos que no se publicaron durante el confinamiento».

La feria del libro tiene misticismo, miradas ansiosas que revisan los puestos, las caricias con las que se acerca uno al libro que ansía, ritmo y parsimonia a la hora de voltear las páginas. Tocar los libros transforma pero en plena pandemia mundial hay gestos que no podremos ver en esta feria del libro en Burgos.

Primero, la feria cambia de ubicación y se celebrará en el monasterio de San Juan, a cubierto. El aforo estará limitado, no se necesita cita previa pero sí se controlará el aforo a la entrada, si en el interior hay mucha gente, habrá que esperar. Obviamente la mascarilla es obligatoria y se reduce el contacto. También contará con las clásicas presentaciones de libros de autores nacionales y provinciales pero, en este caso, sí se necesitará reserva previa para asistir a estos actos. «Todavía nos encontramos cerrando nombres porque con los cambios del avance de la pandemia es una pequeña locura», asegura Manso.

Igualmente, se precisará reserva previa para participar en las actividades para niños y adultos que se organizarán. Los aforos serán reducidos, como marca la normativa. «En el exterior del monasterio habrá una caseta de información para orientar al visitante sobre el funcionamiento», añade Manso.

Además, habrá días temáticos. La feria transcurre en paralelo al Salón del Libro Infantil, por lo que habrá actividades infantiles relacionadas con los libros, pero también se dedicarán determinadas jornadas a determinados temas. Habrá un día dedicado al cómic, otro a la ilustración, a la novela histórica e, incluso, un día será de homenaje al escritor Miguel Delibes, del que este año se cumplen 100 años de su nacimiento y 10 de su muerte.

Manso confía en que la feria sea favorable para las librerías burgalesas. Confía en estas fechas, cercanas a la Navidad, como momento en el que comprar libros de regalo con un descuento del 10 por ciento. Este descuento solo se aplicará en la feria, no en las librerías.