Félix J. Palma: «La cobardía y la ruindad son nuestros monstruos diarios»

En esta base se apoya Palma para reflexionar sobre la capacidad humana para la maldad. «No somos buenos ni puros. Todos tenemos nuestros monstruos: la cobardía, las ruindades que llevamos a cabo todos los días por supervivencia o por falta de empatía, y las miserias del ser humano son muchas, la corrupción, la tortura, el maltrato», explica el autor.

Arce, su protagonista, debe superar obstáculos, cada cual más desagradable y extremo, a un ritmo contrarreloj para intentar salvar a su hija. Palma retrata a un padre «corriente» y lo expone a una situación límite. «El adulto es el resultado del niño que fuimos. Cualquier cosa que ocurrió en la infancia condiciona nuestra existencia. Los niños ven a sus padres como héroes y en teoría, todos haríamos cualquier cosa por nuestros hijos, pero quería mostrar qué ocurre cuando esos supuestos teóricos se convierten en realidad», subraya el escritor.

En este novela negra y gótica, Palma utiliza todos los mecanismos del 'thriller': una capa superficial, por debajo de la cual aparecen elementos simbólicos, y escenarios sublimes, como la Sagrada Familia, donde los protagonistas purgan sus pecados. «La novela negra es el género que mejor le puede tomar el pulso a la sociedad», agrega.

Palma también convierte 'El abrazo del monstruo' en metaliteratura y aprovecha para «vomitar» las «cuitas creativas» a través de personajes «que en apariencia parecen salido de una novela». Félix J. Palma alcanzó un notable éxito con su 'Trilogía Victoriana', compuesta por 'El mapa del caos', 'El mapa del cielo' y 'El mapa del tiempo' (Premio Ateneo de Sevilla), en la que abordó el género de la ciencia ficción. «Fue un 'bestseller' y se cumplió mi sueño. Desconfiaba que la fama pudiera llegar a un escritor», recuerda.

La trilogía se vendió en todo el mundo y fue traducida al chino, al japonés, al alemán, al inglés o al polaco, entre otros idiomas. «En España no hay casi hay que ocultar que uno escribe sobre la fantasía. Decir de una novela que es de fantasía es ponerle trabas en el mercado, aquí se piensa que es un género para 'frikis'», lamenta Palma. «Se lee 'Juego de Tronos' porque antes la gente ha visto la serie, pero después no se enganchan», dice el escritor, que cree que las dificultades del género para asentarse en España tienen su origen en la Guerra Civil: «No tenemos tradición fantástica porque la Guerra Civil la abortó. El realismo se impuso».