«Estados Unidos ha salido fortalecido del coronavirus»

«Quienes pueden vivir con cierta tranquilidad son aquellos que poseen recursos (herencias, una larga trayectoria laboral...). Pero los que dependen de sus ingresos tienen mucha incertidumbre», explica Hernández, que se remonta a la crisis de 2008 para buscar explicaciones a la situación actual. «Todo lo que ha ido en el camino de la inestabilidad. Han subido los precios de la vivienda, de la energía o el transporte mientras la capacidad para generar recursos es limitada. Y todo ello se ha visto agrabado por la digitalización, que va a suponer importantes pérdidas de empleo. El panorama no es bueno, pero la esperanza es que si por lo menos uno se da cuenta de la situación, puede transformarla. La historia no está escrita», asevera.

En el libro, Hernández duda de una de las ideas más aceptadas tras la crisis económica, que Alemania salió más fuerte y poderosa. «Alemania se enfrenta a un gran dilema, que es el dilema de Europa. Tiene muchas brechas, la desigualdad económica en su interior; una posición geopolítica complicada, con vínculos en principio incompatibles con Estados Unidos y China; y la necesidad de organizar la Unión Europea, con los países del norte, del este y del sur», explica. «En Alemania no hay consenso sobre la Unión Europea, sobre si debe fortalecerse o si el país debe mirar hacia dentro, y esto le generará problemas», apunta.

El otro gran frente internacional está en la relación entre Estados Unidos y China y aquí Hernández vuelve a salirse del carril. «Estados Unidos sigue siendo la gran potencia y China se mantiene a mucha distancia. El declive de Estados Unidos solo puede llegar por sus propios errores. De hecho, de la crisis del coronavirus Estados Unidos ha salido muy fortalecido, teniendo en cuenta el auge de las empresas digitales y tecnológicas, y la mayoría son norteamericanas», sostiene, aunque reconoce las ventajas de China: «Ha planificado con visión de futuro, que es lo que hacía Occidente hace 50 años».

La polarización amenaza a las sociedades porque «a diferencia de los años 60 y 70, cuando existía la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, ahora resulta mucho más difícil la convivencia porque las instituciones no son tan sólidas», cree el autor. «Las brechas sociales se han ampliado: brecha geográfica entre las grandes ciudades y el mundo rural, brechas entre países... Cuando todo esto confluye, la sociedad está dividida y no hay interés por buscar soluciones comunes, sino que todo se convierte en un 'sálvese quien pueda'«.

Sobre España, Hernández no es optimista. «Si no cambian las cosas, en un plazo de 10 o 15 años puede convertirse en los que ahora es Asturias para España, una zona en la que los jóvenes tendrán que irse fuera porque no hay trabajo, la industria habrá desaparecido y quedarán primordialmente jubilados. Será un país del que quien pueda se irá», opina, aunque aquí, otra vez, reitera que «el futuro está por escribir». «España tiene talento y podría hacerlo de otra manera, mejor, sobre todo si encuentra el apoyo de la unión Europeo. Pero tampoco veo a nuestros dirigentes, de ningún lado, con un plan para España».

El autor de obras como 'El fin de la clase media', 'Nosotros o el caos' y 'El tiempo pervertido' considera que la sociedad necesita «estabilidad» para afrontar los retos. «Ahora mismo estamos en una cinta mecánica, corriendo para seguir siempre en el mismo sitio. Pero cuando uno tiene seguridad, puede dar saltos más arriesgados».