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Septiembre u octubre son los meses que se barajan para la celebración de la solemne entrega del Premio Cervantes, aplazada debido a la crisis del coronavirus. El poeta Joan Margarit i Consarnau (Sanaüja, Lleida, 1938) no recogerá el máximo galardón de nuestras letras de manos ... de Felipe VI el próximo 23 de abril, como es tradición, en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. A falta del comunicado oficial de Cultura constatando el aplazamiento, fuentes cercanas al galardón confirman que se baraja el principio del otoño para celebrarla. Un aplazamiento confirmado también por la hija de Margarit.
Determinar la fecha concreta y si se altera el formato tradicional del acto será un sudoku que de deben resolver la Casa Real, en función de la agenda del rey Felipe VI, que preside la ceremonia, el Ministerio de Cultura, el Instituto Cervantes y la propia Universidad de Alcalá. Será la primera vez en larga historia del galardón que su entrega no se celebre en la primaveral semana del 23 de abril, aniversario de la muerte de Cervantes. Solo se había movido algo esa icónica fecha por ajustes en la agenda del monarca o sí caía en domingo, como ocurrió en 2017, cuando Eduardo Mendoza lo recibió el miércoles 20 de abril.
Al margen del confinamiento, en vigor hasta el 26 de abril, el sentido común invitaba a aplazar la tradicional ceremonia que acoge el centenario paraninfo complutense, un espacio reducido donde los apenas dos centenares de invitados se apiñan en bancadas corridas y que deberían, además, protegerse con mascarillas. El rey preside La gran cita literaria que se clausura con su discurso tras los del galardonado y el titular de Cultura. Al acto y a la recepción posterior también suele acudir el presidente del Gobierno, altas autoridades y grandes figuras del mundo de la cultura. Un encuentro propicio a los también apretados corrillos con don Felipe y el presidente del Ejecutivo, difíciles de imaginar con los protagonistas ataviados con chaqué y mascarilla.
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Había expectación por constatar si Margarit, que alterna el catalán y el castellano en su obra, incluiría la lengua de Vedaguer y Espriu en su discurso de aceptación. El poeta ilerdense, que resume su poesía en las palabras «belleza, verdad y cultura», es el quinto socio catalán del selecto 'club Cervantes', tras Juan Marsé, Ana María Matute, Juan Goytisolo y Eduardo Mendoza. El jurado reconoció la «honda trascendencia de su obra poética» y «el lúcido lenguaje siempre innovador» de Margarit.
También se aplazarán otras celebraciones vinculadas al Cervantes, como el tradicional almuerzo que ofrecen los reyes al mundo de las letras y la cultura en el Palacio Real en la víspera de la entrega. Se anularán también los actos paralelos de la semana cervantina, como el encuentro del galardonado con los medios en la Biblioteca Nacional. Tampoco veremos al ganador dejando su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, ya que Margarit lo depositó antes del fallo, ni la lectura continuada de 'El Quijote' que cada año acoge el Círculo de Bellas Artes.
El poeta catalán sí participará durante la semana del libro en varias iniciativas del Instituto Cervantes. Unas jornadas que se inician el lunes próximo con una campaña' La libertad es una librería' de apoyo a los libreros. Entre el 16 y el 30 de abril, Margarit conversará con los asistentes a los talleres de lectura organizados por la institución que dirige Luis García Montero y participará en un chat el 29 de abril.
Premio de la Crítica, Nacional de Poesía y Reina Sofía de Poesía Iberoamericana también en 2019, Margarit sostuvo el día del fallo que «si un poema no puede consolar a una persona en una situación difícil es que no vale nada como poema». Arquitecto especializado en estructuras, es autor de obras como 'Casa de Misericordia' y poemarios como 'Crónica', 'Amar es dónde' o 'Misteriosamente feliz'.
Instituido el 15 de septiembre de 1975 con una 'bolsa' de cinco millones de pesetas y dotado hoy con 125.000 euros, el poeta Jorge Guillén fue en 1976 el primer ganador del Cervantes. En sus 44 ediciones ha distinguido a 45 autores de las dos orillas de nuestro idioma: 24 españoles y 21 hispanoamericanos. Gerardo Diego y Jorge Luis Borges lo compartieron excepcionalmente en 1979, y se decidió después que no podía concederse 'ex aequeo' o a título póstumo ni declararse desierto.
Solo ha cinco mujeres en su palmarés. La pensadora María Zambrano fue la primera en recibirlo en 1988. Le sucedieron la cubana Dulce María Loynaz (1992), la española Ana María Matute (2010), la mexicana Elena Poniatowska (2103) y la uruguaya Ida Vitale (2018).
Los poetas abundan en el palmarés, con Gerardo Diego, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Luis Rosales, José Hierro, Antonio Gamoneda, Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, José García Nieto. Narradores y periodistas eran Miguel Delibes y Francisco Umbral, y hay un único dramaturgo, Antonio Buero Vallejo.
Han compartido Nobel y Cervantes los novelistas Camilo José Cela y Mario Vargas Llosa y el poeta, narrador y ensayista Mexicano Octavio Paz.
El Cervantes coincide con el otro gran evento anual del libro, Sant Jordi, la fiesta que cada primavera inunda Cataluña de libros y rosas, y que ya se había aplazado. Como la feria del libro de Madrid, que este año se celebrará del 2 al 18 de octubre. La Cámara del Libro catalana busca fechas a principios o a finales de la temporada estival para una jornada crucial para el sector y que supone casi el 10% de la facturación anual para el libro en castellano y hasta del 15 % para el libro en catalán. El año pasado su facturación superó los 22 millones de euros, un incremento del 0,6 % respecto a 2018. La Feria de Libro de Madrid, que dura dos semanas, bajó la persiana en su edición de 2019 con una recaudación de 10 millones de euros.
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