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La Biblioteca Nacional de España (BNE), con la colaboración del Gobierno de Cantabria, acoge la exposición 'Beato de Liébana: La fortuna del Códice de Fernando I y Sancha', una muestra que disecciona uno de los beatos más célebres de los que se conservan de la ... Edad Media.
La exhibición, de la que es comisaria Sandra Sáenz-López Pérez, indaga en este documento manuscrito para descubrir una de las obras artísticas más hermosas de la Alta Edad Media, protagonista, además, de una parte fundamental de la historia del libro medieval iluminado.
Los 'Beatos' son una serie de manuscritos ilustrados que contienen la obra de Beato de Liébana, famoso en la Edad Media por sus Comentarios al Apocalipsis, textos de gran interés para entender el último libro de la Biblia. Tan solo se conservan cuarenta ejemplares medievales y el que conserva la institución es el más importante debido a que es un encargo regio. Está custodiado en la Biblioteca Nacional desde los orígenes de esta entidad y solo es accesible a investigadores, aunque el ejemplar está digitalizado.
En la exposición, que se podrá ver del 16 de marzo al 27 de agosto, se muestran 25 obras, todas de la BNE, y un facsímil del Beato de Fernando I y Sancha, cedido por Moleiro Editor, para el público lo consulte.
El manuscrito del Beato de Fernando I y Sancha registra la huella de quienes lo consultaron, de modo que a lo largo de la historia ha ido incorporando modificaciones. Las marcas dejadas revelan la constante atención que suscitó a lo largo de los siglos.
Gaspar Ibáñez de Segovia, marqués de Mondéjar (1628-1708), fue su último propietario. Su biblioteca fue incautada por Felipe V durante la guerra de Sucesión, pasando así el Beato de Fernando I y Sancha a la Biblioteca Real, «germen de los fondos librarios de la actual Biblioteca Nacional de España».
Durante la guerra civil, gran parte del tesoro artístico fue evacuado de los museos y bibliotecas para protegerlo de los bombardeos de los que la BNE fue también víctima. Wenceslao Roces, subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública, dispuso que bajo la dirección y custodia del Director de la Biblioteca Nacional, Tomás Navarro Tomás se trasladaran a Valencia «los fondos que se consideren más indicados para ser objeto de esta medida».
El desarrollo de la guerra forzó al Gobierno de la República a seguir trasladando el tesoro artístico español, hasta su exilio. En 1939, al término de la contienda, las obras regresaron y, entre ellas, el Beato. Para entonces, la obra era vista con otros ojos. En 2015, la Unesco incluyó los Beatos conservados en España y Portugal en el registro de la Memoria del Mundo.
A finales del siglo VIII, Beato de Liébana (ca. 725-ca. 798) cobró fama al oponerse junto a Eterio, obispo de Osma, a la doctrina adopcionista mantenida por el arzobispo de Toledo. De este enfrentamiento nació el Apologético contra Elipando en el 785. Pocos sabemos de él. Es innegable su condición de presbítero. En varias ocasiones Elipando le tildó de «abominable presbítero» en sus cartas. Alcuino de York se refirió a él como «abad», lo que parece, sin embargo, infundado. Tampoco es seguro que fuera monje, aunque hay varios indicios que apuntan en esta dirección,
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