«Sencilla, pulcra y decantada». Así califica Antonio Colinas la poesía de Basilio Sánchez, el médico cacereño ganador de la XXXI edición del premio Loewe de poesía, que recogía este jueves su galardón. Se lo adjudicó gracias al poemario 'He heredado un nogal sobre la ... tumba de los reyes', un «autorretrato crítico» que «destila aliento místico en tiempo de penurias» y que publica Visor. Con sus 25.000 euros de 'bolsa' el Loewe es el galardón poético de mayor dotación en el ámbito privado y a esta convocatoria se había presentado 868 participantes de 34 países.
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Colinas describió el libro ganador como un poemario «necesario y a contracorriente», reflejo de «una poesía sencilla, pero que nada tiene que ver con la simplicidad sentimental que nos invade». «Tiene un sentido místico y el alma del poeta se orienta hacia el misterio», resumía Colinas antes del que ganador leyera varios de sus poemas.
Médico intensivista, el veterano poeta está al frente de la UCI de un hospital público extremeño. Sánchez ofrece en su poemario «la síntesis de tres décadas de poesía», según Colinas, que le entregó el galardón junto a Sheila Loewe en un multitudinario almuerzo al que asistieron personalidades del mundo de la cultura y política: de Manuela Carmena a Javier Sádaba, pasando por Jaime de Marichalar, Manuel Vilas, Laura García Lorca o Fernando Sánchez Dragó.
Responsable de la UCI del Hospital de San Pedro de Alcántara, Basilio Sánchez (Cáceres, 1958) entiende la poesía como «verdad y belleza relacionada con lo más íntimo». Tiene una larga trayectoria poética que ha alternado son su profesión de médico con la poesía, «que es una manera de humanizarse».
«Intento ser buen médico y buen poeta», asegura Sánchez, que presenta su poemario como «una meditación, el libro de horas de un contemplativo o el breviario de un paseante solitario». Dice que sus poemas son «una celebración de la naturaleza ahora que vivimos en una sociedad muy pulcra en lo material pero pobre en lo espiritual»
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Sánchez ha publicado casi una docena poemarios desde que fue reconocido en 1983 con un accésit del premio Adonáis. Entre su títulos figuran 'Esperando las noticias del agua', 'Cristalizaciones', 'Las estaciones lentas', 'Entre una sombra y otra' o 'El cielo de la cosas'. También fue finalista del premio Jaime Gil de Biedma en dos ocasiones (1995 y 2003) y ganador del premio de poesía de la Fundación Unicaja y del Tiflos.
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