Eva Baltasar, autora de 'Mamut'. ELCROS

Eva Baltasar escribe 'Mamut', su novela más salvaje y sobria

Cierra el tríptico que inició 'Permafrost' al contar la historia de una de mujer que decide aislarse en una zona rural

A. PANIAGUA

Madrid

Domingo, 6 de marzo 2022, 18:29

La escritora Eva Baltasar aborda la soledad de una mujer en un entorno hostil en 'Mamut' (Literatura Random House), una novela que describe como la «más dura y austera» de las que conforman el tríptico que inició con 'Permafrost'. Baltasar, prosista y poeta, se obstina ... en perseguir la belleza del lenguaje, aunque en cada trabajo literario adopte un estilo muy diferente. «Puedo hablar de estiércol usando endecasílabos», aduce la autora, que inventa las vicisitudes de una joven que sobrevive en Barcelona y que decide aislarse en una zona rural y un tanto salvaje de un entorno rural. Este viraje la desplaza a un estado asilvestrado en el que el deseo de tener un hijo prevalece ante todo y prima el deseo de «construirse como madre».

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Sus avatares presentan una aventura «de despojamiento en el que caen muchas etiquetas». Al mismo tiempo, la protagonista emprende un «desaprendizaje» de su antigua forma civilizatoria en la que irrumpen formas de vida atávicas y viscerales. «Mi persona acaba viendo a la gente de la ciudad como gente muy incivilizada, inhumana e hipócrita». Eva Baltasar cierra el tríptico que inició 'Permafrost' con 'Mamut', su novela desabrida y despojada de todo ornamento. Esta tercera novela de la trilogia se diferencia de las dos anteriores por la relevancia que cobra el paisaje, además de ser la más breve y depurada estilísticamente.

El título de 'Mamut' remite a una metáfora de la protagonista, que se ve a sí misma como una criatura indómita, capaz de soportar cualquier envite, aunque la escritora subraya que los mamuts estaban «en el punto de mira» de los humanos de la época que hacían batidas para darles caza.

En el texto de Baltasar palpita la idea de que la ciudad deshumaniza y aniquila a la persona. La escritora, firmante de nueve poemarios antes de adentrarse en el terreno de la novela, clausura este tríptico con un arrebato misántropo y un tanto autista en el que se rebela contra los imperativos de la maternidad. «Ella sigue el instinto animal que persigue lo esencial: crear vida, pero también desprenderse de lo material».

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