Secciones
Servicios
Destacamos
Entre la consternación y la esperanza contempla la escritora iraní Parinoush Saniee (Teherán, 73 años) lo que ocurre en su país. Casi 200 personas han muerto en las protestas contra el régimen de los ayatolás, desencadenadas tras la muerte en una comisaría de la joven ... kurda Mahsa Amini, de 22 años, detenida por no llevar bien el velo islámico. Mientras crece la oleada internacional de solidaridad con las mujeres iraníes que plantan cara a la represión con encomiable valentía, Saniee reclama a los gobiernos de los «tolerantes» países democráticos más respaldo a la lucha del pueblo contra el fanático régimen iraní.
«La violencia contra los opositores seguirá hasta que el régimen no pueda más y caiga», vaticina Saniee, que presenta en España su novela 'Los que se van y los que se quedan' (Alianza). Y está segura de que la represión no cejará. «Es la única forma que el régimen tiene para mantenerse en el poder», asegura la escritora en un encuentro con periodistas españoles. Con todo, cree que lo que ocurre ahora en su país «es muy esperanzador», aunque «no sepamos qué coste tendrá». Asegura que las iraníes «han perdido el miedo» y recuerda que en su país «las mujeres toman las armas si los hombres no pueden luchar».
«El régimen nunca ha respondido a las necesidades de la gente. Lo único que tiene es la violencia y la represión para impedir las protestas populares. Seguirá ejerciéndolas hasta su final. Hasta que no llegue ese momento, la violencia seguirá», insiste Saniee, cuyas novelas fueron prohibidas en Irán.
Socióloga y psicóloga, trabajó durante décadas para el gobierno iraní. De tardía vocación literaria, abandonó su país hace cinco años. Instalada en Estados Unidos, ha vuelto ocasionalmente a Irán, algo que ahora no podría hacer. «Mi deseo es volver a un Irán libre del fanatismo religioso y vivir allí, pero cada vez que regresaba la Fiscalía me acribillaba a preguntas», dice la autora, que mantiene contactos con los resistentes en el interior.
Unos iraníes «que no reciben apoyo de los gobiernos de otras países democráticos». «Son conscientes del respaldo de los ciudadanos de muchos países, solidarios con la lucha del pueblo iraní, y en especial con sus mujeres, y lo valoramos mucho. Pero los gobiernos no hacen lo que deben hacer», denuncia. «Antes de pensar en sus intereses, esos gobiernos que están siendo muy tolerantes con el régimen iraní deben reflexionar y pensar más en el valor de los derechos humanos», reclama.
Símbolo doble
«El velo es un símbolo de la represión y la discriminación de las mujeres», asegura Saniee sobre el hiyab. «Antes luchaban por la libertad en su forma de vestir, pero había otros problemas y creían que el tema del velo no tenía prioridad ante asuntos más graves. Pero hoy es un símbolo de la lucha de las mujeres iraníes contra el régimen teocrático», aseguró. Una dictadura religiosa «que siempre ha querido poner más murallas alrededor de las mujeres, cercenando su derecho al trabajo o al estudio», denuncia.
«La fuerza de las mujeres y su lucha constante les ha permitido trabajar y estudiar, aunque les hayan robado otros derechos fundamentales», acota. «Paso a paso, han conseguido mantener algunos derechos y lucharán para seguir adelante hasta conseguirlos todos», destaca la escritora. Reclama la colaboración de colectivos sociales, partidos políticos, sindicatos y asociaciones civiles «para luchar por un Irán que necesita la unión de diferentes ideologías para conseguir un cambio estructural definitivo».
Cree que la ola de protestas contra el fanatismo islámico «puede extenderse y llegar a países limítrofes». En especial a Afganistán, donde los talibanes han robado a las mujeres derechos tan básicos como la educación. «Afganistán tiene muchos aspectos comunes con Irán. Compartimos la misma lengua, el farsi, que es uno de los dos idiomas oficiales en aquel país», señala.
'Los que se van y los que se quedan' narra la peripecia de una familia iraní rota por la revolución de 1979 que derrocó al sha y encumbró a Jomeini, y que logra reunirse durante diez días en una casa de la costa turca. «Me chocó que se prohibiera en Irán, ya que habla de lo que todos veíamos», dice su autora, que durante 14 años no pudo publicarla en su país. También se censuró 'El libro de mi destino', donde narra cómo una mujer trata de salir adelante en el Irán posrevolucionario, afrontando las trabas sociales y familiares para su educación y sus cautivas decisiones amorosas. Traducido a 26 idiomas se convirtió un 'bestseller' mundial.
Saniee se confiesa «preocupada» por la escalada de las potencias nucleares, entre ellas su país. «No entiendo cómo se ha llegado a este punto en Irán, con dirigentes que no saben tomar decisiones lógicas para el pueblo pero que manejan armamento atómico. Es muy peligroso. Ahora que varios países tienen esas armas y se plantean usarlas, me pregunto: ¿para qué se han empeñado en tenerlas?», concluye.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.